De copas por Segovia: de los cantautores a Mecano

Sergio Arribas
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Segovia vivió en los años 70 y 80 una efervescencia nocturna. Showking, Florida.. o Ladreda 25, centro de cantautores e intelectuales, hasta Oky Disco, una extensión de la 'movida madrileña', por donde pasaron Mecano, Los Pecos o Luz Casal

Mecano, en Oky Disco. - Foto: Foto cedida por Miguel Ángel García.

Pantalones de campana superlativos y camisas de cuello tiburón eran la indumentaria imprescindible para aquellos bailes frenéticos, en locales donde reinaba la Disco Ball y unos modernos Djs, de largas patillas. El fenómeno sociocultural del Disco imperó en los setenta, con la enorme contribución de una película, Saturday Night Fever (1977), y un personaje único, Tony Manero, que encarnó John Travolta.

Segovia no fue ajena a la irrupción de esta oleada de modernidad, que aparcó guateques y clásicas salas de baile con orquestas y alentó el nacimiento de discotecas y pubs, con la música a todo trapo y la presencia de grupos y artistas que, ciertamente, no eran del gusto del régimen. No obstante, Tony Manero hubiese sido expulsado de `Showking', la primera discoteca, en sentido puro del término, que abrió sus puertas en Segovia, en 1969. Allí, el baile siempre tenía que ser por parejas. Si un cliente, ella o él, bailaba solo, el camarero le llamaba la atención. Y si una señorita se quejaba de un piropo excesivo, al sujeto se le invitaba a tomar el aire. La discoteca nació en Segovia con el corsé de la moral y la censura franquista, que sortearon, con gran habilidad, unos empresarios que «eramos testigos de nuestro tiempo», recuerda Luis Martín, que durante doce años dirigió la mítica Ladreda 25. A finales de los sesenta operaban, con cierta fortuna, no pocas salas de baile, que tomaron el testigo de locales que durante años gozaron del fervor popular, como lo fueron 'El Barceló', en la calle de San Francisco y 'La Veloz', en la confluencia de la calle Buitrago y la Plaza del Somorrostro.

A camino entre las décadas de los sesenta y setenta, en las salas de fiesta segovianas el público juvenil disfrutaba de orquestas en vivo y artistas y grupos de universo musical variopinto. `La Terraza Jardín', en la calle Larga, ‘Las Sirenas’, en la calle Juan Bravo o ‘Las Vegas', en la calle Teodosio el Grande, se disputaban la clientela con otras no menos exitosas, como la del ‘Círculo Mercantil', conocida también popularmente, de forma un tanto grosera, como ‘El cha-cha club’, por la afluencia de muchachas dedicadas al servicio en las casas.

La Terraza Jardín, en la calle Larga, fue una de las salas preferidas por los jóvenes a finales de los sesenta.La Terraza Jardín, en la calle Larga, fue una de las salas preferidas por los jóvenes a finales de los sesenta. - Foto: Foto cedida por Luis Martín

Ángel Velasco, recientemente fallecido, y su socio Alejandro Arribas eran lo que hoy conocemos como jóvenes emprendedores. Desde 1964 regentaban Bar Orly, y con éxito. Testaron en Madrid aquellos primeros locales `disco' y decidieron expor tar la idea a la ciudad. En 1969 abrieron, en la calle del Carmen, el Bar-Club Discoteca `Showking', en un concepto revolucionario y un tanto alejado de las clásicas salas de fiesta que operaban en la ciudad. El triunfo fue meteórico. Era la primera discoteca perfectamente reconocible, con la típica bola giratoria y una iluminación colorista espectacular. Y con una decoración, obra del artista Antonio Madrigal, de pájaros con personas voladoras, que introducía al cliente en otro mundo. 50 pesetas costaba la entrada con derecho a un «cubata».

El local tenía dos plantas. Abajo la discoteca, con su pista de baile, y arriba el bar -club con salida a la avenida de Fernández Ladreda. Las colas a la entrada eran habituales, como también la presencia de los cadetes de la Academia, que hicieron de ‘Showking’ su punto de diversión los fines de semana. Abria a las siete de la tarde y cerraba a las diez de la noche, aunque los más nocturnos podían seguir ‘moviendo el esqueleto' de once de la noche a dos de la mañana. Abba, Bee Gees, Boney M., Donna Summer y Gloria Gaynor, y todos los `hit parade' del momento sonaban a volumen enorme.

‘Showking' espoleó a otras salas de noche que operaban desde hace años en un ambiente más recogido, como ‘Las Cuevas de Altamira’, que se situaba a escasos metros, en la Avenida de Fernández Ladreda, una ‘boite’ con entrada a esta calle y con otro acceso lateral, a la izquierda en la conexión con la Plaza de la Tierra. El cliente bajaba por unas estrechas escaleras, con paredes decoradas con dibujos de las Cuevas de Altamira. Abajo, una pequeña orquesta, que ponía música a las noches segovianas en un ambiente coqueto. El local llegó a convertirse en la meca del Cine a mediados de los 60, cuando el equipo de producción y actores de ‘La Caída del Imperio Romano’, tuvieron que permanecer largo tiempo en Segovia y eligieron el establecimiento para la diversión y consumo de whisky, a 15 pesetas el botellón. Alojados en el Hotel Las Sirenas, hay testigos de la presencia en las Cuevas de Altamira de Sofia Loren, James Mason o Eric Porter.

Luis Martín entrevistó a José Luis López Vázquez en Ladreda 25.Luis Martín entrevistó a José Luis López Vázquez en Ladreda 25. - Foto: D.S.

En la estela de `Showking' el «local de moda», abrió Ladreda 25 un año después, el 26 de diciembre de 1970. El empresario Joaquín Vera confió la gestión, dirección y relaciones públicas a Luis Martín, un joven recién licenciado en el servicio militar y que con anter ior idad había demostrado buenas dotes para el puesto, por ejemplo en `Terraza Jardín', donde organizó una fiesta «hippy» que aún permanece en la memoria. Ladreda 25 nació con un trocito de sala, de apenas 90 metros cuadrados, aunque en tan solo un año amplió su espacio hasta los cerca de 300.

De siete a diez de la noche y de once a tres de la mañana. Era el horario de un local que marcaría toda una época, con actividades tan inusuales como las «revistas habladas», diálogos de medianoche por donde pasaron todo tipo de invitados, desde artistas, actores y cantautores hasta políticos y autoridades relevantes de la ciudad. Hilario Camacho, Rosa León, Carlos Tena, José Luis López Vázquez, Carlos Saura.... «Lo que hoy es Hay Festival nosotros lo inventamos hace tiempo», bromea Martín, a quien le resulta casi imposible dar la relación de invitados ilustres.

Martín todavía recuerda aquel atrevimiento de invitar al obispo de Segovia, Antonio Palenzuela, «un hombre amante de la libertad y todo un ejemplo para la iglesia», asegura, aunque por entonces, en 1973, los últras del franquismo lo impidieron. Una falsa falsa amenaza de bomba sirvió de excusa para impedir a Palenzuela que acudiese a la se la revista hablada ‘Bombín es a Bombón’, el programa que presentaba Martín junto junto con Pepe Diviú.

Ladreda 25 abrió en 1970.Ladreda 25 abrió en 1970. - Foto: Foto cedida por Luis Martín

En sus primeros años, la censura también tenía a Ladreda en su punto de mira. Las letras de las canciones de Antonio Labordeta o Pablo Guerrero, invitados al local, eran antes supervisadas en el Gobierno Civil. Pero los cantautores siempre sorteaban a los censores. «Cuando estaban actuando, el camarero les llevaba un vaso de agua, para advertir que había entrado la pasma», asegura Martín.

Teatro independiente y de comedia, eran solo algunas propuestas de Ladreda 25 que revolucionó la noche de los viernes. «En los años setenta no se salía los viernes por la noche. Con Ladreda empezaron a ser noches interesantes», afirma Martín, que considera que la sala, que gestionó hasta 1982, supuso un «revulsivo» para la sociedad segoviana.

Cantautores. La música en vivo también era protagonista. Hilario Camacho, Rosa León, Nuevo Mester, Aguas Vivas o Emilio José fueron solo algunos invitados a una sala que también tenía un marcado sello discotequero, especialmente por las tardes, en sana pugna con otros recintos como Florida, en el Paseo del Salón, que arrancó como sala de fiestas al uso para mutar, a me mediados de los setenta, en discoteca.

Logo de Ladreda 25.Logo de Ladreda 25. - Foto: D.S.

La historia de Ladreda 25 se vió ensombrecida por un trágico incendio, el 2 de octubre de 1978. Dos hombres fallecieron y uno más resultó gravemente herido. Eran trabajadores, de una plantilla de hasta diez personas, que trabajaban en las obras de reforma y adaptación del local, que quedó completamente destruído por las llamas. Una chispa de un soplete electrógeno que prendió en un bidón de disolvente fue la causa de la tragedia, que permanece en la memoria colectiva de Segovia.

En sus inicios, como sala de baile Florida ofrecía la presencia de artistas variopintos los fines de semana, un escenario donde actuó desde Micky y los Tonys hasta un jovencísimo Andrés Pajares; y algunas de las vedettes del momento, en espectáculos en ocasiones frívolos, algo que no gustaba al entonces párroco de San Millán, Don Marcos, que con un martillo solía romper la vitrina, expuesta frente al edificio en construcción de la Caja de Ahorros. El objetivo era romper las fotos de aquellas chicas ligeras de ropa. Los hermanos Virgilio y Perfecto de la Asunción, propietarios de establecimientos como La Meca, se hicieron dueños de Florida en 1974 y un año después `ficharon' al joven Miguel Ángel García para «dar otro aire» a la sala, de dos plantas, que fue redecorada por Pepe Diviú.

La cabina del «pinchadiscos» de Florida, situada junto a la pista, rozaba la excelencia estilística. Diviú ideó un piano blanco de cola, con la tapa levantada, que se iluminaba con distintos tonos. Dos tocadiscos y un enorme candelabro completaban la decoración de una cabina, protegida con una gran verja de color blanco.

Miguel Ángel García, en su etapa en Florida, antes de abrir Oky Disco.Miguel Ángel García, en su etapa en Florida, antes de abrir Oky Disco. - Foto: Foto cedida por Miguel Ángel García.

Florida comenzó a dar protagonismo al baile-vermouth los domingos por la mañana. La cita dominical proponía baile y una actuación musical en directo. Después García y un jovencísimo Alfredo Matesanz entrevistaban al artista o personaje de turno, un diálogo que se emitía en directo a través de las ondas de Radio Segovia. La discoteca abría a diario, desde las siete y media hasta las diez de la noche. Tras una pausa, una los más nocturnos tenían su oportunidad, porque Florida seguía abierta desde las once y media hasta las tres de la madrugada. Una plantilla de cinco camareros permitía este horario tan ambicioso.

García recuerda cómo los gestores de la sala también tratataban de que los viernes fuesen «diferentes» y se organizaban desde desfiles de moda hasta puras fiestas `disco', con espectaculares gogós que bailaban ante la clientela detrás de pantallas transparentes.

La coctelería. A finales de los setenta, el ocio nocturno de Segovia sufrió otra pequeña revolución con la apertura de 'Vogue', en la calle Ochoa Ondátegui. Félix Garzón, que acumulaba una larga trayectoria en hostelería, abandonó su empleo en Ladreda 25 para abrir `Vogue', el 12 de junio de 1980. «Nuestra idea era trabajar la coctelería, de hecho eran el 50% de las consumiciones», recuerda Garzón, quien explica que la sala trasladó a Segovia la filosofía de locales madrileños como ‘Limón y Menta’, en la calle Princesa.

Posavasos de Vogue.Posavasos de Vogue. - Foto: D.S.

Las colas de espera eran habituales todos los fines de semana a las puertas de ` Vogue', que abría sábados y domingos desde las cuatro de la tarde. La sala marcó tendencia. Cada día ofrecía una actuación, salvo viernes y sábado, cuando el lleno estaba asegurado. Con una apreciable pista de baile, en Vogue, a un volumen más que superlativo, los clientes disfrutaban de las últimas novedades musicales, gracias a aquel proveedor de discos de importación que visitaba el local con cierta frecuencia para alertar de los temas que copaban las listas de éxito en las incipientes radio fórmulas.

Y no pocos personajes pasaron a tomar una copa en Vogue. Garzón recuerda en un sofá al mítico Cirilo Rodríguez, que narró para la radio española la llegada del hombre a la luna, y a Antonio ‘El Bailarín’, en animosa conversación. Un representante de Madrid era el artífice de que Vogue ofreciese un cartel de espectáculos en vivo de gran diversidad, desde magos o comediantes, hasta solistas de canción española, pasando por alguno de los grupos pujantes del momento. 21 años estuvo abierta `Vogue', que en sus mejores momentos llegó a tener una plantilla de siete camareros. Vogue convivió en los ochenta con otra discoteca que marcó también una época.

García abandonó Florida y junto a Carlos Fernández y Carlos Rodríguez abrieron ‘Oky Disco’ en 1983, en el espacio que dejó el pionero `Showking'. «Queríamos hacer algo absolutamente diferente y creo que lo conseguimos», explica hoy García. El atuendo uniformado de los camareros marcó la primera diferencia. Vestidos de la marca Adolfo Domínguez, sin corbata ni pajaritas, por primera vez el personal ya no vigilaba las mesas para recoger los vasos. Tampoco se servía en mesa. La música alcanzaba un volumen no apto para oídos sensibles en una sala que, para ‘enterrar’ el antiguo `Showking', sufrió una reforma más que apreciable.

«La pista era de mármol, los suelos eran de pizarra, nada que ver con lo que había, nos costó un dineral», añade el empresario, que recuerda cómo Oky Disco implantó un sistema novedoso de pago a sus clientes. Se le proporcionaba una tarjeta a la entrada, valorada en 3.000 pesetas, cantidad que se abonaba en caso de pérdida. Al salir, una lectura de la tarjeta permitía saber las consumiciones del cliente.

Las fiestas temáticas. `Oky Disco' supuso otra pequeña revolución, con aquel programa realizado en la discoteca las noches de los jueves, desde las once hasta las tres de la mañana, que se emitía por Radio Segovia. Cada jueves `Oky Disco' ofrecía una fiesta temática. La decoración de la sala y el uniforme del personal versaba sobre el tema elegido, que podía ser desde la Guerra de las Galaxias hasta el antiguo Egipto. El programa de radio era un ingrediente más. Con micrófonos inhalámbricos, las entrevistas se sucedían. Los oyentes se empapaban de lo que se cocía en la discoteca, del grupo que actuaba ese día, en directo o playback, y de la tertulia que, a última hora, los invitados mantenían en un «reservado» de la zona de arriba. La nómina de grupos y solistas que cada jueves pasaba por `Oky Disco' es interminable. Luz Casal, Los Pecos, Mecano....

Por `Oky Disco' desfilaron todos los protagonistas de la `movida' y un elenco nada despreciable de músicos ochenteros británicos, a quienes no les importaba desplazarse a Segovia, por su cercanía a Madrid, cuando acudían a España a presentar sus discos. García recuerda cómo en no pocas ocasiones había más público de Madrid que de la propia Segovia, que acudían específicamente a Oky Disco, donde, con seguridad, Tony Manero hubiera sido uno de sus inquilinos.