El 'agricultor colaborador' se consolida y suma cultivos

P. Velasco
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Esta red, que comenzó a funcionar durante la campaña pasada, cuenta ya con la participación de 80 profesionales que informan sobre plagas

Un agricultor señala los daños provocados por los topillos en una parcela de la provincia vallisoletana. - Foto: Jonathan Tajes

Conocen muy bien sus tierras y llegarían a ellas con los ojos cerrados, por eso los profesionales del campo se convierten en los mejores vigilantes para controlar las plagas y enfermedades que pueden dañar los cultivos y dar la voz de alarma. Con esa idea se creó durante la campaña pasada la red de agricultores colaboradores en Castilla y León que se ha consolidado este año con el reconocimiento expreso de esta figura y con la participación ya confirmada de más de 80 profesionales de toda la Comunidad que puedan prestar su apoyo para enfrentarse a los problemas fitosanitarios que surjan en cualquiera de los cultivos que se producen en la región.

Desde la Consejería de Agricultura recordaron que la lucha integrada frente a plagas y enfermedades agrícolas es uno de los principales retos que debe afrontar el sector en la actualidad, «incluyendo el riesgo de cambios en el espectro patogénico al que enfrentarse, motivado por nuevos problemas fitosanitarios debido a factores como la globalización de los mercados o el cambio climático».

Por este motivo consideran la vigilancia una de las prioridades «perfeccionando la capacidad de respuesta en todas las personas y entidades involucradas mediante la definición y puesta a punto de sistemas de evaluación y prevención de riesgos».

Dentro de esos sistemas, la emisión de avisos y recomendaciones dirigidos al profesional agrícola en un tiempo y forma adecuados se considera una de las «herramientas fundamentales» para minimizar las consecuencias negativas que se pueden generar para los cultivos, señalan las mismas fuentes, que apuntan que con la creación de la figura de ‘agricultor colaborador’ y el establecimiento de una red se buscar mejorar el Sistema de Vigilancia y Control de Plagas de la Comunidad.

La implicación directa de los principales interesados en la minimización de riesgos asociados a la incidencia de las enfermedades agrícolas y que, evidentemente, son el eslabón más próximo al problema y el primero en detectarlo por el contacto directo y diario en sus parcelas son claves para justificar su creación y que se conviertan en un nexo para la interacción entre la administración y el resto de profesionales de la zona en la transmisión de avisos y recomendaciones.

Perfil del colaborador.

Los agricultores colaboradores son personas vinculadas al campo, conocedores de su entorno y especialmente sensibilizados con la problemática sanitaria de los cultivos de la región. Con un contacto directo con otros agricultores y profesionales de la zona, así como por su capacitación, interés y disponibilidad, son personas que de forma voluntaria participan en los procesos de detección y captación de posibles avisos fitosanitarios y facilitando los flujos de información entre todos los implicados, como indicaron desde la Consejería de Agricultura y Ganadería.

Por tanto, esta figura no se ciñe únicamente al agricultor, ya que también se contempla potencialmente a otros colaboradores como por ejemplo los técnicos de las cooperativas agrarias que existen en la Comunidad.

La red comenzó su andadura la campaña pasada a través de una experiencia piloto vinculada a plagas y enfermedades en cereales de invierno. En ese tiempo, como aseguraron las mismas fuentes, demostró su eficacia como uno de los mecanismos de transmisión más efectivos en la captación y difusión de once avisos de detección temprana de plagas y enfermedades en estos cultivos. Además, también se contribuyó a otros dos avisos para el viñedo, «incluyéndose en todos los casos la difusión de fichas de apoyo para la identificación y conocimiento de los problemas detectados y las recomendaciones y formas de actuación al respecto».

Tras esta experiencia, desde la Administración regional se ha decidido impulsar «de forma definitiva» esta red con la publicación de la estrategia de gestión integrada de riesgos derivados de la presencia de topillo campesino en Castilla y León en la que se reconoce expresamente esta figura y su colaboración. Los primeros pasos de esta red, como valoraron desde la Consejería de Agricultura, resultan «optimistas» y ya cuenta con la participación de más de ochenta agricultores colaboradores que vigilan los diferentes cultivos durante esta campaña.