«Segovia ha sabido crecer muy bien sin perder su identidad"

AURELIO MARTÍN
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Periodista y escritora, Pilar Cernuda (Santiago de Compostela, 1948) está especializada en información política y,en los últimos años, ha seguido colaborando en distintos medios tantos escritos como radio y televisión.

Pilar Cernuda - Foto: ICAL

Esta periodista dedicada a la información y el análisis político en diversos medios, autora de más de una veintena de libros –como ‘El presidente’, ‘Ciclón Fraga’, ‘30 días de noviembre’, ‘El síndrome de La Moncloa’, ‘Moncloa Confidencial’ y ‘Genio y figura’–, así como del ensayo ‘Madres solas’ y la novela histórica ‘Volveré a buscarte’, ha sido nombrada Hija Adoptiva de la Provincia de Segovia, donde pasa largas temporadas, desde hace años. De esta tierra que conoce muy bien, asegura que «ha sabido crecer muy bien sin perder su identidad, su cultura, su tradición, su gastronomía, su patrimonio, con una gente que es la que ha hecho el cambio (…), es una provincia castellana pero ha avanzado con el tiempo”.

El 30 de mayo próximo recibe el nombramiento de hija adoptiva de la provincia de Segovia, ¿cómo se siente una gallega por estas tierras?

Estupendamente, la prueba es que llevo casi treinta años pasando gran parte de mi vida, muchas vacaciones y fines de semana, tengo maravillosos amigos segovianos. Soy gallega y madrileña también, pero estoy encantada de tener ese rincón [en Marugán]. El nombramiento fue inesperado, pero también emocionante, me llamó el presidente de la Diputación [Francisco Vázquez] y no daba crédito, me ha hecho una ilusión enorme, es un honor.

¿Cómo ha visto la evolución de esta provincia usted que lleva tantos años vinculada a ella?

Segovia ha sabido crecer muy bien sin perder su identidad, su cultura, su tradición, su gastronomía, su patrimonio, con una gente que es laque ha hecho el cambio. Es una provincia castellana pero ha avanzado con el tiempo. Tengo la casa en un pueblo que no llega a quinientos habitantes, pero es una gente que manda a sus hijos a la universidad, están muy pendientes de lo que ocurre en la Unión Europea, para todo el tema del campo, es una gente muy formada, incluso hay actividades para quienes tienen más años y no han tenido oportunidades, para que puedan estar a la altura, que manejan perfectamente los ordenadores, saben de la actualidad, siguen la política… Ha crecido muy bien sin abandonar el segovianismo, es una provincia atractiva.

¿Ve con preocupación el fenómeno de la despoblación?

Todos lo vemos con preocupación, es fundamental que, no solo se ocupen de ellos los gobiernos sino también las empresas y los emprendedores. Viajo mucho por Europa y he visto cómo se han encontrado fórmulas para remontar la vida de esos pueblos, pero para eso hacen falta iniciativas para que la gente se quede sabiendo que tiene futuro, ayudándoles a montar actividades empresariales vinculadas al entorno, con servicios esenciales, como la educación o la sanidad, que haya vida, con buenas comunicaciones… Me da mucha pena ver que hay personas de otros países que compran pueblos españoles enteros, lo que significa que saben sacarle rendimiento para poder vivir en ellos.

Hablar con una analista política y no preguntarle por los resultados de las últimas elecciones generales sería imperdonable…

Principalmente soy periodista de la transición, he tenido la fortuna y el privilegio de vivir la época más apasionante del siglo XX desde el punto de vista periodístico y político, de conocer a los políticos más grandes en todos los sentidos, de patriotismo, generosidad, lealtad o de luchar por su país y por la gente. He visto verdaderas heroicidades. Ahora, la diferencia es abismal, en los políticos actuales veo demasiados intereses personales y partidistas que de preocuparse por este país. Estoy absolutamente decepcionada con el resultado, no por el hecho de que hayan ganado unos u otros sino porque no veo políticos que vayan a dejarse la piel por nosotros, se ha retrocedido muchísimo en cuanto a la clase política y a su dedicación hacia una España mejor en vez de estar pendiente de promocionarse personalmente o a sus partidos.

¿Qué consecuencias se prevén a medio plazo, aunque se muevan poco las cosas hasta que no pasen las municipales, autonómicas y europeas del 26 de mayo?

No van a ser buenas para nosotros, además se avecina una nueva crisis económica mundial. El problema es que la mediocridad está agarrando en muchos países. Las redes sociales han hecho un daño inconmensurable al mundo, me llaman retrograda por decir esto, porque es el mejor método de comunicación inventado nunca después del teléfono y el peor utilizado; está siendo empleado por los malos, por los mediocres, por los que quieren dominar el mundo, por los populistas y por los ultras, de uno u otro signo. Vemos cómo se usan las redes para colocar a auténticos títeres al frente de países para intentar infravalorarlos, no hay más que ver lo más cercano en Europa. El Brexit no es producto de la casualidad como tampoco lo es el referéndum en Escocia o lo que pasa en Europa…

Le han atribuido haber dicho que no soportaba a personas de Podemos porque olían mal…

Eso no es cierto, no lo dije nunca, además tengo buena relación con la gente de Podemos, es una más de la mala utilización de las redes sociales. Me preguntó Susana Griso en ‘Espejo público’ mi opinión sobre cómo iban vestidos algunos diputados o las rastas, en el mismo día de la constitución de las Cortes, la primera vez que entraban Ciudadanos y Podemos en el hemiciclo, y le dije que me daba exactamente igual, que lo importante era la cabeza, y añadí que si algunos se lavaran un poquito, mejor. Mucho antes, una diputada tenía fama de oler muy mal y procurábamos acercarnos poco a ella y no era ni podemita, ni de izquierdas. Eso que hicieron es tomar un comentario absolutamente superficial y elevarlo a categoría de general cuando me refería a una persona muy concreta.

Con Podemos se ha producido cierto efecto souflé, de crecimiento y caída rápida, ¿ocurrirá lo mismo con Vox?

Podemos es víctima de las ambiciones personales de algunos de sus miembros, como ocurre en otros partidos, la falta de votos viene provocada en la lucha interna por el poder, antes de las elecciones estaba muy destrozado. Es un partido en el que manda Pablo Iglesias e Irene Montero y hay gente muy decepcionado por cómo lo dirigen. Es común en partidos que son circunstanciales y hechos por personas que no tenían formación suficiente, en cuanto a saber cómo se vive en un partido… En Podemos hay gente con mucha categoría desde el punto de vista de estudios, pero también hace falta saber convivir dentro de un partido, respetar a todos y no entrar en las luchas por influir más. En cuanto a la ultraderecha, el expresidente Mariano Rajoy venía diciendo que le preocupaba más Vox que Ciudadanos. Vox no es de ahora, lleva seis años presentándose a todas las elecciones y ya se ocupó Rajoy de que no creciera suficientemente porque, como me pasa a mi, estaba en contra de la extrema derecha y de la extrema izquierda, hasta que ha llegado un dirigente nuevo que, no solamente no ha sido capaz de darse cuenta de la ola que arrastraba a la extrema derecha sino que, incluso, se sumó a ella, en algunos momentos. Vox me parece un peligro, como la extrema izquierda, los populismos no me gustan nada, destrozan países, estamos viendo lo que pasa en Estados Unidos o en Italia y empieza a llegar a los países nórdicos. Me asusta muchísimo que haya gente en España que piense que los populismos son democráticos, no lo son, aceptan el resultado de los votos pero, en muchos casos, los usan para destrozar a la sociedad.

El 8M se ha convertido en una fecha reivindicativa por la igualdad, usted critica las cuotas, ¿cree que el tema de la mujer se emplea como arma política?

No me gusta nada el feminismo como confrontación y, desgraciadamente, en el 8M he visto muchas mujeres y hombres que presentaban la igualdad como confrontación, ahí no me van a encontrar nunca. Creo en la igualdad de oportunidades y de consideración social entre un hombre y una mujer, yo misma he peleado mucho para que me consideren en relación a mis compañeros hombres; hay un problema muy serio de violencia y de discriminación salarial pero eso no se arregla con manifestaciones sino con políticas rigurosas. Desde luego estoy contra las cuotas, me humillaría llegar a determinado estatus profesional si fuera por una cuota, de las peores cosas que han pasado en este país es que haya cuotas en las listas electorales. Me comentaba un dirigente político que en una determinada provincia de su región estaba desesperado porque tenía un hombre que valía la pena y tenía que poner dos entre los cinco primeros puestos de salida, dejando a dos mujeres, y en otra de sus provincias pasaba lo contrario. El resultado ha sido que hemos tenido un Parlamento en el que sobraba bastante gente porque era muy mediocre y había personas, hombre y mujeres, que quedaron fuera por el tema de las cuotas, lo que me parece ridículo.

Como madre por adopción, soltera, incluso ha escrito un libro sobre el tema, ‘Madres solas’, aunque no tenga que ver con su caso, ¿cuál es su opinión sobre la maternidad subrogada o los vientres de alquiler?

Estoy a favor de la adopción, ahí no hay ningún tipo de discusión ni debate por parte de nadie. No estoy muy definida en cuanto a la maternidad subrogada, estoy absolutamente a favor cuando es voluntaria por todas partes, me parece una forma muy generosa de dar la oportunidad de ser madre o padre cuando no puede serlo por diferentes cuestiones, pero empiezo a ver cosas que me preocupan, como mercadeo, compra de voluntades o forzar voluntades, eso me chirría, me produce rechazo y una preocupación infinita.

Ha escrito más de una veintena de libros sobre cuestiones de actualidad política, incluso novela histórica, ¿qué es lo que mejor le ha funcionado en toda su producción literaria?

Una biografía de Felipe González cuando aún era presidente y cuestiones muy concretas de la política, el de ‘Moncloa confidencial’ funcionó muy bien, como los tres que he escrito sobre el Rey Juan Carlos, sobre todo ‘30 días de diciembre’, donde contaba todo lo que no se conocía sobre lo que tuvo que hacer al principio de la transición. La novela ‘Volveré a buscarte’ sigue vendiendo, parece increíble, y he publicado mi último libro de actualidad, la semana pasada, que espero que vaya bien, sobre ‘Mujeres espías españolas’. Hay casos absolutamente insólitos y he conseguido autorización, por primera vez, para hablar con mujeres que trabajan en el Centro Nacional de Inteligencia (CNI). No podemos imaginar qué mujeres están en los servicios de inteligencia españoles, son especialistas en la lucha contra el yihadismo, las mafias rusas o cuestiones tecnológicas, además en cargos importantes, dentro y fuera de España, en foros internacionales importantes. Leyéndolo, la gente se va a quedar muy chocada, ni siquiera las familias, sus maridos y sus hijos, saben dónde trabajan.

Tras el Día Mundial de la Libertad de Prensa, ¿qué impedimentos cree que existen para el ejercicio de este derecho, después de haber trabajado con profesionales como Manu Leguineche?

Era mi maestro, aprendí de él todo lo bueno que sé del periodismo, aunque tenía un carácter muy especial. Me dijo algo que deberían escuchar los nuevos periodistas: «El periodismo es contar historias», muchos ahora creen que es meterse en Google o leer qué pasa en el lugar donde él debería estar, en vez de emplear la búsqueda de Internet. Manu me decía siempre que hay que estar y hablar con la gente donde se producen las historias, es la lección que mejor me ha venido para ejercer esta profesión y que había que transmitir en las universidades. Hay libertad de prensa pero, si la ejerces con sinceridad te pueden machacar, vuelvo a las redes sociales. La libertad debe ser plena y los tribunales deben actuar si cometes un delito pero aquí hay gente que se empeña en ponértelo muy difícil, al menos, porque si cuentas la verdad hay quien puede machacarte vivo.

¿Cómo está el periodismo después de la crisis del papel y la revolución tecnológica? El papel es mi gran pena, es el periodismo de la reflexión, hecho con detenimiento, aunque sigo trabajando también en radio y televisión, pero el periodismo escrito es el que se hace más reflexivamente, buscando la palabra y buena documentación, da mucha pena que se pierda. No puedes imaginar la cantidad de días que recibo preguntas de amigos interesándose por si cosas que les han enviado son verdad, estamos invadidos por las noticias falsas, la gente se las cree. Soy del plan antiguo, ahora lo que se prima más es manejar Internet mejor que nadie, poner en circulación la información el primero de todos sin tener el menor rigor de comprobación y prevalece el ‘scoop’ [la exclusiva] sobre la comprobación de la veracidad de la noticia. Si no contamos la verdad podemos destrozar biografías absolutamente decentes. El periodismo es una profesión apasionante pero hay que ejercerla con rigor y seriedad, eso es lo que creo que falta en gran parte del periodismo actual, me llevo todos los días sorpresas desagradables, viendo noticias que son falsas y quien lo publica posiblemente sepa que lo es, es una barbaridad.