En busca del nuevo Ansu Fati

Nacho Sáez
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El Isoba, que entrena y juega en Los Ángeles de San Rafael, tiene sólo un equipo y busca formar futbolistas profesionales. Su dueño es un español afincado en EEUU que participa en fondos de inversión.

Son las cuatro y media de la tarde del lunes y en los campos de fútbol de Los Ángeles de San Rafael, donde en verano entrena el primer equipo del Atlético de Madrid, reina un absoluto silencio  que se rompe a los pocos minutos con la llegada de un gran autobús del que se bajan una veintena de chavales. Enfilan el camino de los vestuarios prefabricados que se encuentran junto a uno de los terrenos de juego y, a las cinco menos cinco, están todos preparados para empezar el entrenamiento. La rutina se repite todos los lunes, miércoles, jueves y viernes bajo un sueño común: llegar al fútbol profesional. 

Son los jugadores del Isoba, un club segoviano –así se debe considerar puesto que entrena y juega en nuestra provincia– que vive casi en la clandestinidad a pesar de haberse convertido en el único representante del fútbol local en la Liga Nacional Juvenil junto a la Gimnástica Segoviana. Los ascensos (y también un descenso) que ha firmado a lo largo de sus seis años de existencia han pasado desapercibidos, a pesar de la estructura de gran escuela que ha construido y de los ambiciosos objetivos que se ha marcado.

Tras haber caído 48 horas antes en el campo del conjunto palentino de La Amistad con un gol polémico y después de haber neutralizado un 2-0 en contra, Marcos Álvarez acompaña a la plantilla en el primer entrenamiento de la semana. Toca sesión de recuperación, aunque con la vista puesta ya en el partido del sábado contra el Zamora. El inicio de temporada ha sido bueno (una victoria y un empate, además de esa derrota), pero no hay tiempo para la relajación. Los retos individuales y colectivos obligan a que la exigencia se eleve al máximo.

Los jugadores del Isoba posan antes de un entrenamiento.Los jugadores del Isoba posan antes de un entrenamiento. - Foto: N. S.

El Isoba quiere estar en un corto plazo de tiempo en la División de Honor Juvenil –la máxima división en esta categoría– y sobre todo formar a las posibles perlas del futuro. De ahí, su estrategia. Todos los esfuerzos están volcados en la plantilla que dirige Pedro de la Nuez, formada por 22 jugadores que se encuentran en el paso previo al salto (o no) al fútbol profesional. Entrenan todos los días menos el martes y lo hacen sobre el que probablemente sea el mejor césped de la provincia de Segovia. El corte no tiene nada que envidiar al de cualquier campo de Primera División y sólo echan en falta una iluminación que les permitiera entrenar un poco más tarde durante el invierno. Pero estos campos de Los Ángeles de San Rafael se encuentran enteramente a su disposición salvo que algún equipo de élite o el Atlético femenino quieran hacer una ‘mini’ pretemporada allí o haya un club extranjero de gira por España que haya planificado un alto en estas instalaciones.

Los futbolistas del Isoba lo tienen casi todo: segundo entrenador, preparador físico, preparador de porteros, un autobús gratis para acudir a los entrenamientos y los partidos y hasta un precio especial para vivir en un apartahotel para los que son de fuera de Madrid. Nadie cobra pero tampoco pagan ningún tipo de inscripción. Del presupuesto –unos 35.000 euros de media– se encargan un par de patrocinadores y principalmente el dueño del club, Andrés Suárez, un español de 35 años que estudió Business en la Universidad de Cornell –en el estado de Nueva York–, que vive en Estados Unidos y que participa en fondos de inversión. «Fundamos juntos el Isoba con el objetivo de conseguir una rentabilidad a través de los derechos de formación», desvela Álvarez.

Luis Hernández, que militó en la plantilla, puede convertirse en el primero que dé réditos a su apuesta. Becado al 95 por ciento en la Universidad de Carolina del Norte, aspira a irrumpir en el emergente fútbol estadounidense, huérfano del prestigio del europeo pero cada vez más poderoso económicamente. «Andrés tiene buenos contactos allí y con Luis, son tres los chicos que ya han ido para allá», cuenta el presidente del Isoba, al frente de una estructura en el que la labor de captación tiene un espacio importante.

Los porteros del equipo, Gerardo Campana y Erik Santiago, realizan ejercicios de calentamiento.Los porteros del equipo, Gerardo Campana y Erik Santiago, realizan ejercicios de calentamiento. - Foto: N. S.

En sus orígenes apostaron por jugadores de la zona, pero la experiencia no funcionó. Después comenzaron a rastrear el fútbol madrileño –el propio presidente procede del Club Deportivo Galapagar– y se hicieron con varios ‘ex’ de las canteras del Real Madrid o Atlético. Precisamente de este último llegó la temporada pasada Pedro de la Nuez tras doce cursos en las categorías inferiores rojiblancas. «Es un proyecto muy bonito y me gusta mucho el grupo que tenemos este año», destaca el entrenador, que está acompañado en el cuerpo técnico por Luis García como segundo, Fermín Ayllón como preparador de porteros y José Manuel Rico como encargado de la parcela física.

Además, el Isoba firmó el pasado verano un acuerdo de filialidad con el Club Deportivo La Granja que ya ha permitido debutar en Tercera a uno de sus integrantes. Benjamín Flan Kossa, extremo de 17 años que ha llegado esta temporada a la plantilla, trata de adaptarse a su nueva posición como lateral derecho y a la vida que ha estrenado en Madrid tras haber pasado por varios equipos de la Comunidad Valenciana. Igual que Erik Santiago, que estuvo en la cantera del Villarreal y más tarde en Málaga, Granada y Alicante y ha pasado a defender la portería del Isoba. «Desde el principio he visto mucha profesionalidad. Creo que no nos van a prometer nada que no puedan cumplir. A mí me vieron jugando contra el Atlético Madrileño en División de Honor en el Cerro de El Espino de Majadahonda y este verano me llamaron», relata. 

La mayoría de los integrantes del equipo procede de Madrid y acaba de iniciar sus estudios universitarios. Es el caso de Gabriel Pérez, exjugador de la cantera del Atlético  y del Pozuelo de Alarcón que acaba de comenzar Ingeniería de Servicios. «Me levanto sobre las siete y media de la mañana, voy a clase, como rápidamente y cojo el autobús para ir a entrenar. En el trayecto voy estudiando y, como llego a casa sobre las ocho, todavía me da tiempo a estudiar un rato más», apunta este fan de Iniesta. El ídolo de Iván Grande es Sergio Ramos. Este defensa central valora el proyecto del Isoba y admite que sueña con llegar al fútbol profesional: «Todos mis compañeros y yo tenemos esa ilusión».

El entrenador, Pedro de la Nuez (centro), junto a su segundo, Luis García (derecha) y el preparador de porteros, Fermín Ayllón.
El entrenador, Pedro de la Nuez (centro), junto a su segundo, Luis García (derecha) y el preparador de porteros, Fermín Ayllón. - Foto: N. S.

El club incluso maneja plazos para que fructifique esa apuesta que han realizado. «Esperamos que en los próximos diez años llegue al menos uno», indica el presidente mientras continúa el entrenamiento de un equipo que, desde el silencio, quiere hacer mucho ruido.