Las medidas de Trump arriesgan 27 millones en exportaciones

P. Velasco
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Las bodegas castellanas y leonesas son las más perjudicadas, ya que Estados Unidos es uno de los mercados prioritarios al que en 2018 despacharon vino por valor de 20,6 millones

Las medidas de Trump arriesgan 27 millones en exportaciones

Las consecuencias de la guerra abierta entre Donald Trump y la Unión Europea por las ayudas que algunos gobiernos concedieron a Airbus repercutirán en el bolsillo del sector agroalimentario de Castilla y León. En concreto, entre los productos más perjudicados por los aranceles adicionales que Estados Unidos impondrá a partir del 18 de octubre se encuentran el vino, derivados del cerdo, los quesos o la mantequillas, varios de los sectores con más proyección de la Comunidad.

La subida de estas tasas arancelarias pone en riesgo exportaciones que superan los 27 millones de euros desde la región, que se traducen en el 8,6 por ciento de las ventas al país norteamericano de estos sectores, como informa Ical. Desde la Junta señalaron que el volumen de las exportaciones de productos agroalimentarios de la Comunidad a Estados Unidos suman un montante total de 64,4 millones de euros, pero no todos ellos están sujetos a esta subida.

El vino es el sector más perjudicado, con más de veinte millones de venta al país norteamericano en 2018, debido a la importante presencia de caldos de las denominaciones de origen de la Comunidad, principalmente Ribera del Duero, Rueda y Toro. De hecho, en los siete primeros meses de 2019 ya se ha comercializado vino por importe de 12 millones de euros, de los que 10,8 se corresponden con vinos con marca de garantía, como señalaron desde el ICEX.

Además de este sector, el porcino será otro de los más perjudicados, aunque es complicado calcular en la actualidad qué parte de los 6,2 millones que se exportan a EEUU se verán afectados. También podrían sufrirlo, en parte, los 3,7 millones de leche y productos lácteos, por el queso de la Comunidad.

El vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, lamentó la medida desde su defensa a políticas de libre comercio. «Hay que afrontar una nueva situación muy preocupante para el mercado exterior ya que triunfan quienes no creen en la libertad y en el libre mercado y sí en populismo», aseveró. Igea defendió la necesidad de impulsar medidas y planes de contingencia.

«Injusto»

El presidente de la Confederación de Organizaciones Empresariales de Castilla y León (Cecale), Santiago Aparicio, consideró «injusto» que unos sectores, como el agroalimentario, «paguen por las ayudas que reciben otros» y pidió diálogo a Washington y Bruselas para que la decisión de imponer aranceles «se pueda olvidar para ser un mal sueño». «Es una sorpresa, pero se venía hablando desde hace tiempo y las amenazas de Trump no se quedan en aguas de borrajas», lamentó.

También las organizaciones agrarias de la Comunidad criticaron que el campo pague las consecuencias de la guerra comercial. Coag y UPA señalaron que «resulta totalmente injusto y desproporcionado que, una vez más, el sector agrario sea el pagano de una guerra comercial de la UE que no tiene nada que ver con el campo español», pues está vinculado al ámbito aeronáutico.

Por este motivo, reclamaron una «respuesta contundente» desde Madrid y desde Bruselas «al más alto nivel», y exigieron a las autoridades comunitarias y al Gobierno que «protejan los intereses» de la agricultura con «una solución rápida y equilibrada para evitar que pase factura a agricultores y ganaderos.

Incertidumbre en las denominaciones

Trump puede dar la «puntilla» a un sector que vive con incertidumbre todos los cambios económicos y políticos que se avecinan con el Brexit o el acuerdo con Mercosur. Las bodegas castellanas y leonesas temen las consecuencias de los nuevos aranceles anunciados por el presidente de Estados Unidos y que supondrían gravar el vino con un 25 por ciento. Este mercado es uno de los que se considera prioritarios para el sector vitivinícola, principalmente para las denominaciones de origen Ribera del Duero y Rueda, que desde hace cinco años invierten entre dos y tres millones de euros anuales en un plan en Estados Unidos para posicionar su marca y que ahora se puede frenar con la amenaza comercial de Trump.

Enrique Pascual, presidente del Consejo Regulador de Ribera del Duero, se mostró cauteloso sobre el anuncio y manifestó que intentarán «sortear cómo se pueda» todas las trabas y complicaciones con las que se encuentren los productores. Confió en que esta situación tenga «una trayectoria corta», ya que como recordó Estados Unidos es un país «prioritario» para ellos al que actualmente exportan el 12 por ciento de la producción que se vende a otros países. 

Desde Protos, bodega que exporta más de la mitad de su producción, su director general y vocal del Consejo Regulador, Carlos Villar, recordó que Estados Unidos es el principal importador de vino de calidad por lo que inevitablemente los aranceles repercutirán en las ventas. Villar espera que no se cumplan finalmente las amenazas de Trump, aunque parece algo «inminente» y sigue sin comprender porque se ha metido con los productos agroalimentarios. «Esperemos a ver si lo cumple o si la UE puede paliar algunas consecuencias derivadas», añadió.

La otra denominación afectada, Rueda, reconoció que esta noticia afecta «al potencial» que se tenía en este mercado, donde se crecía de forma sostenible en los últimos años, aunque su director técnico indicó que EEUU solo supone el 1,3 por ciento de sus ventas totales.

Una de las denominaciones para la que esta amenaza comercial puede tener peores consecuencias es Toro, ya que Estados Unidos es el principal mercado al que exportan: del 38 por ciento de las ventas que realizan al extranjero, un veinte por ciento va a parar allí. «Tenemos que ver quién asume eso y si es algo a largo plazo», recalcó su presidente, Felipe Nalda, que indicó que si se frena su expansión en el país norteamericano tendrán que buscar otras salidas con China como principal destino para sus vinos ante la saturación que se podría producir en la Unión Europea.

El Bierzo, Sierra de Salamanca o León son otras de las zonas vitivinícolas que se pueden ver perjudicadas. Misericordia Bello, presidenta de la primera, apuntó que se trata de «una subida enorme que afecta a toda la cadena pero fundamentalmente al productor» e indicó que este mercado se ha colocado en los primeros puestos de países a los que exportan y a lo que se destina aproximadamente un tercio de su producción. Una situación que se repite en la denominación salmantina, en la que Estados Unidos es su mercado principal.