Oportunidades europeas para el medio rural

P. Velasco
-

Castilla y León se encuentra ante una oportunidad histórica de impulsar el desarrollo de los municipios con los miles de millones que llegarán del plan de recuperación europeo y la nueva PAC

Varias ovejas pastan en la localidad burgalesa de Quintanar de la Sierra, junto a varios edificios abandonados por la falta de población en el medio rural. - Foto: Alberto Rodrigo

Castilla y León y su medio rural se enfrentan a una oportunidad única para poder desarrollar proyectos con los miles de millones que la Unión Europea está dispuesta a poner sobre la mesa hasta 2027 con el objetivo de superar la pandemia y sobreponerse a sus consecuencias económicas. Un nuevo marco de financiación que tiene visos de convertirse en un auténtico Plan Marshall que todos los sectores castellanos y leoneses deben aprovechar con programas ya consolidados como la Política Agrícola Común (PAC), pero sin olvidar otras vías de inversión que llegarán a través del Marco Financiero Plurianual (MFP) de la Unión Europea y del nuevo instrumento de recuperación Next Generation. 

Este fondo puede convertirse en una «oportunidad histórica» para nuestra Comunidad con programas específicos como el Instrumento de Recuperación y Resilencia (MRR), el React EU, el de Desarrollo Rural, Invest EU, Horizonte Europa, RescEU o el Fondo de Transición Justa. Este último permitirá abordar los efectos en las regiones más afectadas por el cambio a la política verde impulsada desde la UE, como aseguraron fuentes comunitarias, que indicaron que España ya tiene asignada una partida económica para este objetivo y ahora debe seleccionar los proyectos y zonas para destinar dicha financiación.

PAC

Dentro de estos miles de millones que está previsto que España reciba de la Unión Europea en los próximos años, Castilla y León se juega buena parte de ellos en la negociación de la PAC y descarta renunciar a los 6.435 millones de euros que los agricultores y ganaderos de la Comunidad perciben en ayudas. De momento, este es uno de los programas que más retraso lleva en las negociaciones, como explicaron las mismas fuentes, ya cerradas en otros programas como los de Erasmus o el Interreg.

Para paliar este retraso, durante dos años se ha puesto en marcha un mecanismo de transición para que los agricultores puedan seguir ejecutando sus proyectos pero siguiendo las normas del periodo 2014-2020, aunque con presupuesto del actual, es decir del 2021-2027. De esta forma, la verdadera reforma de la PAC empezará el 1 de enero de 2023. Antes, se deben aprobar por parte del Parlamento Europeo las bases legislativas para finales de este año y los planes estratégicos de los estados miembros -que se comenzarán a recibir a partir del 1 de enero de 2022-.

Dentro de estas negociaciones, Castilla y León se teme una caída de la partida que ha recibido hasta el momento, ya que en términos globales, como confirmaron fuentes comunitarias, sí está previsto que el presupuesto de España descienda en torno al uno por ciento, aunque también se beneficie de otras ayudas de mercado destinadas al vino, frutas o legumbres.

Esta nueva PAC marcará el futuro del campo castellano y leonés, que debe adaptarse a los principios fundamentales que se negocian en la actualidad y que serán la prioridad a la hora de repartir las ayudas. Cambios que incluyen el pacto verde, ya que al menos un 40 por ciento del presupuesto debe destinarse a medidas para luchar contra el cambio climático con estrategias ya marcadas desde la UE como la biodiversidad y de la granja a la mesa. Además, se han propuesto ecoesquemas -uno de los puntos de fricción en las negociaciones-, que quiere decir que aquellos agricultores que ejecuten políticas medioambientales destacadas, se beneficiarán en sus pagos directos, aunque estos ecoesquemas serán de carácter voluntario.

Otro de los pilares de la nueva PAC es el ‘capping’ para reducir los pagos directos por hectárea para que ningún agricultor pueda alcanzar los 100.000 euros anuales y se beneficie a los más pequeños, detallaron las mismas fuentes.

De momento, comunidades y Gobierno deben centrarse en la preparación de su programa estratégico. España ha recibido una serie de recomendaciones como la necesidad de diversificar el sector agrícola, más inversión en energías renovables, el rejuvenecimiento del campo y la falta de digitalización del medio rural.

Next Generation, MFP, PAC o los fondos de los diferentes programas europeos marcan un camino de esperanza para Castilla y León, ya no solo para el campo con un amplio margen económico para modernizarse y adaptarse a la nueva era digital, sino para otros sectores que también se beneficiará de estas inversiones como puede ser el turismo, uno de los grandes perjudicados por la pandemia del coronavirus, y que en el marco de recuperación o resilencia puede buscar ser más verde y digital.