Primer ascensor urbano: Vía Gascos se cuela en el callejero

Sergio Arribas
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La histórica calle de San Lorenzo recupera viandantes gracias al primer ascensor urbano de Segovia, que permite sortear los 65 escalones para alcanzar la Vía Roma. «Esto es divino» dice Ramón, de 83 años

David Tuesta y Rosana Moreno. Turistas procedentes de Logroño. Conocen ascensores urbanos similares en ciudades del norte. - Foto: Rosa Blanco

Ramón Areces (1904-1989) ha pasado a la historia por traer a España las escaleras mecánicas. Las implantó en el Corte Inglés, del que fue su fundador. Aquellas escaleras eran todo un símbolo de modernidad y un ‘plus de comodidad’ para sus clientes que fue clave para el triunfo de los grandes almacenes. La calle Gascos no es el Corte Inglés aunque en ella también ha llegado la cómoda modernidad, simbolizada en el nuevo ascensor eléctrico que la ciudad estrenó el 16 de septiembre.

El primer elevador urbano de Segovia permite sortear el abrupto desnivel que existe entre la calle Gascos y la Vía Roma; el que hasta ahora un peatón solo podía superar con la escalada de un tramo de escaleras con 65 interminables peldaños. Pero, ¿qué uso tiene la cabina? ¿merecía la pena que las arcas municipales desembolsarán más de 90.000 euros para su instalación? ¿Sería el particular aeropuerto de Castellón? 

La prueba del algodón pasaba por ‘acampar’ frente a su puerta y comprobar su utilización. Con casi dos horas de estrecha vigilancia es posible extraer algunas conclusiones: aunque no hay colas —ni por supuesto aglomeraciones—  el goteo de usuarios es constante, superior a quienes, por una u otra razón, prefieren seguir utilizando las escaleras; personas, además, que según admiten han vuelto a transitar por la calle Gascos gracias a la comodidad que les ofrece la infraestructura.

Viacheslav y Volodymyri dos estudiantes ucranianos del IE, también lo usan cuando vuelven del gimnasio.Viacheslav y Volodymyri dos estudiantes ucranianos del IE, también lo usan cuando vuelven del gimnasio. - Foto: Rosa Blanco

En el Ayuntamiento apenas disimulan su satisfacción por los datos de uso del ascensor, que se ejecutó por el ser el proyecto ganador —por votación popular— de los presupuestos participativos. Los 2.078 viajes —veces que ha subido o bajado el aparato—contabilizados en las primeras 24 horas demostraban, al menos, «que la gente iba a conocerlo por curiosidad», comenta el concejal Miguel Merino (PSOE), quien, a los tres días de la puesta en uso del ascensor, le pararon por la calle un matrimonio de personas mayores deseosos de entrar en la cabina. «Esta claro que en los primeros días la gente ha ido por conocerlo. Habrá que esperar un tiempo para comprobar su uso real», admite Merino, que defiende, sin titubeos, la fuerte inversión, con independencia del volumen de pasajeros. «Merece la pena y mucho, porque es mejorar la accesibilidad para todos y la calidad de vida de los ciudadanos», defiende Merino. Son 4.590 viajes en una semana —del 16 al 23 de septiembre— con una media de 300 viajes diarios de domingo a martes.

La histórica calle Gascos, que fue reducida al ostracismo tras la remodelación de la Plaza Oriental a principios de los 60 — y que incluyó el derribo de viejas edificaciones ‘pegadas’ al Acueducto—, ha recuperado un cierto trasiego gracias al nuevo ascensor. ‘Vía Gascos’ parece haberse colado en el callejero, aunque dista aún de rivalizar con Vía Roma para alcanzar a pie el barrio de San Lorenzo.

Sonia Castillo vive en la calle Gascos y está «encantada» con el ascensor porque hasta ahora «sobre todo si vienes cargada de la compra o con familiares mayores, las escaleras eran algo imposible». Desvela que la calle era utilizada especialmente por los vecinos residentes en el entorno de la plaza de San Lorenzo para llegar al Acueducto y aventura que, si bien la afluencia por la calle Gascos no se disparará, sí harán uso del aparato personas que antes no contemplaban esta ruta. «Mi padre no podía venir a casa si no le traigo en coche. Con el ascensor la cosa cambia. Era necesario», comenta Soria, que aprovecha para manifestar su disgusto con el cemento aplicado en parte de la calle. «Después de levantar los cantos con martillos neumáticos van y echan un cemento en lugar de baldosas, vamos, una chapuza».
una desinfección al día. Aunque la cabina tiene capacidad para 8 personas, las medidas anti-COVID han reducido el transporte a la mitad. «Se desinfecta una vez al día, los protocolos no establecen nada concreto, estamos sopesando aumentar la frecuencia y reforzar sobre todo la limpieza de barandillas y botoneras», explica el concejal Miguel Merino.

Sonia Castillo, vecina de la calle Gascos.Sonia Castillo, vecina de la calle Gascos. - Foto: Rosa Blanco

«Voy con mi mascarilla y mi gel y tomo mis precauciones, y aunque pone cuatro personas, si entran más de una, pues me espero», dice, por su parte, Sonia, a quien la pandemia no disuade de utilizar el moderno ascensor.

Sin embargo, ésta es una de las razones por las que Belén González prefiere usar las escaleras para llegar desde Gascos a Vía Roma. «No lo he usado por la pandemia y porque además así hago un poco de ejercicio», afirma Belén, que se manifiesta como firme defensora de la infraestructura. «Mi pareja va en silla de ruedas y lo veo muy necesario. Las personas que estamos bien quizá no lo echemos en falta, pero hay que pensar en las mamás con carritos de bebé, en las personas con dificultades de movilidad y en nuestros mayores».

Ramón Vázquez tiene 83 años. Baja por las escaleras. «Si bajo es por hacer ejercicio, pero esta mañana lo he usado para subir. A los mayores nos viene estupendamente. Es algo divino», afirma Ramón, mientras se cruza con dos mujeres que se disponen a emprender la subida por la larga escalinata. Son Chelo Velasco y Cristina Blanco, que trabajan en la calle Gascos y que aún no han usado el moderno ascensor acristalado. 
«Bueno, no viene mal para las piernas subir escaleras, no es por otra cosa, pero lo utilizaremos seguro», dice la primera, mientras su amiga añade: «lo veo muy bien, sobre todo para las personas mayores, especialmente cuando llegue el invierno, porque esta escalinata puede llegar a ser un suplicio».
David Tuesta y Rosana Moreno, turistas procedentes de Logroño, pasan junto al ascensor, del que sabían de su reciente estreno por una guía turística. «Laguardia, una ciudad de Álava, tiene muchos desniveles y ascensores parecidos. Están muy bien, aunque estoy convencido de que el cristal en poco tiempo quedará un poco sucio», avisa David, que aprovecha para declararse «impresionado» por la belleza de Segovia.

Ramón Muñoz-Torrero, ex-edil de Tráfico también ha estrenado el ascensor.Ramón Muñoz-Torrero, ex-edil de Tráfico también ha estrenado el ascensor. - Foto: Rosa Blanco

A los pocos minutos, otros dos jóvenes aprietan el botón para hacer uso del nuevo ascensor. Son Viacheslav y Volodymyr, dos estudiantes de IE University de origen ucraniano  Acuden un gimnasio y ahora siempre, a la vuelta, toman el ascensor para subir al centro. «Cuando haces ejercicios de piernas en el gimnasio subir las escaleras es un tormento», asegura, entre risas, Viacheslav.

Octavillas. La abogada Eva Martín, con despacho en la calle Gascos, recuerda que cuando se sometió a votación popular la elección de proyectos para su financiación por los presupuestos participativos tuvo un papel activo en favor del ascensor. Imprimió un centenar de octavillas y las repartió por el barrio. «Estoy muy contenta porque la población de San Lorenzo está muy envejecida; muchos van al centro varias veces a la semana y las escaleras costaban un montón», dice.

La casualidad quiere que entre los usuarios de la mañana del ascensor esté Ramón Muñoz-Torrero, que trabaja en las oficinas del servicio territorial de Agricultura, ubicadas en San Lorenzo. Fue concejal de Tráfico en el Gobierno municipal que aprobó la construcción de la infraestructura, tal y como el ex-edil se encarga de recordar. «Lo coge mucha gente. No había montado y ahora que voy a la Plaza Mayor, pues me voy a estrenar», afirma Ramón, que, tras su primer viaje, promete que será uno de sus fieles usuarios.

Laura y Ouda. La segunda subió por primera vez con su amiga.Laura y Ouda. La segunda subió por primera vez con su amiga. - Foto: Rosa Blanco

Guía para futuros usuarios
• El nuevo elevador salva el desnivel entre la calle Gascos y la Vía Roma; un tramo de 65 escaleras.
• Funciona en horario de 7:00 a 23:00 horas de lunes a domingo.
• Tiene una carga útil de 975 kilogramos. Aunque su capacidad máxima es para 8 personas, las medidas anti-COVID reducen su aforo a 4 personas.
• Es de tipo eléctrico, de doble guía con contrapeso, para dos paradas, con unas superficie de cabina de 2,34 m². Recorre 9 metros a una velocidad máxima de 0,63 m/s.
• La instalación corrió a cargo de la empresa Fain ascensores. La empresa Otis será la encargada de su mantenimiento.
• Se desinfecta una vez al día.