Retraso en la ordenanza de protección del Acueducto

D. Aso
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Un nuevo informe técnico pospone su aprobación inicial para introducir antes más reajustes en un texto que contendrá decenas de acciones penalizables con multas de hasta 3.000 euros.

Retraso en la ordenanza de protección del Acueducto

La Ordenanza Municipal para la Protección del Acueducto deberá someterse a nuevos reajustes antes de su aprobación inicial. La Concejalía de Patrimonio Histórico ya contaba con haberla llevado al pleno del 28 de diciembre, pero un último informe técnico ha cambiado los planes en vísperas de que expirase el plazo legal para la convocatoria de la comisión de área previa a esta próxima sesión.Tocará esperar como mínimo el siguiente pleno, el de finales de enero, pero eso no debería impedir que pueda entrar en vigor en torno a mediados de 2019.

De ese último informe técnico ya se esperaba un visto bueno final a los cambios que se habían introducido en los últimos meses pero, lejos de tal previsión, insta a nuevas modificaciones que terminen de aclarar el alcance de la ordenanza. Se trata de prevenir ambigüedades que dificulten su aplicación en la práctica, y aunque la concejala de Patrimonio Histórico,Claudia de Santos, no oculta cierta frustración, interpreta el retraso en positivo.«Más que de correcciones yo hablaría de matizaciones, y por encima de que tardemos un mes más o un mes menos, lo importante es que salga lo mejor posible porque además hay mucha gente de otras ciudades pendientes de nosotros», asegura. «En España no conozco otra normativa específica de protección de un espacio monumental que la de la plaza de Salamanca y la que estamos preparando para el Acueducto y su entorno. Hemos hablado de ello en el Grupo de Ciudades Patrimonio, hay expectación, y aunque sea difícil de entender que nos esté llevando tanto tiempo, estos procesos administrativos a veces son así», subraya.

No en vano, ha pasado un año y medio desde que la ordenanza salió a consulta pública previa para recoger aportaciones ciudadanas, y De Santos ya contaba con que su aprobación fuera inminente cuando, el pasado verano, un informe de la Secretaría General previno de desajustes legales entre esta ordenanza y al menos tres vigentes: las de terrazas, circulación y convivencia ciudadana.«Debíamos evitar que esta ordenanza asumiera competencias que ya están reflejadas o han de reflejarse en otras, como en la de Circulación el tema de modificar el límite de velocidad en una calle u otra», cita como ejemplo. Y ahora que en la Concejalía creían resueltas estas cuestiones, toca nuevos ajustes que, eso sí, «en absoluto» rebajan la contundencia del régimen sancionador que recoge el texto en ciernes. «Cambia un poco la forma, pero no el fondo», de modo que los tipos de infracciones y su valoración se mantienen prácticamente igual que en el borrador que ya terminó la Concejalía a mediados de este año.

SIN MULTA MÍNIMA PREFIJADA La sanción máxima alcanzará los 3.000 euros aunque, eso sí, la mínima se dejará «a criterio del órgano instructor», matiza la concejala. Es el mismo planteamiento de partida que ya se aplicó en 2011 con la elaboración de la Ordenanza de Convivencia Ciudadana, que tampoco concreta una cuantía mínima para infracciones leves; a diferencia por ejemplo de la que aprobó el pasado mes de mayo el Ayuntamiento del Real Sitio de San Ildefonso para combatir actos incívicos, que incluye una horquilla de sanciones entre 100 y 3.000 euros. EnSegovia, por tanto, la multa más baja podrá ser de 100, pero también de menos, en teoría.

La propuesta de régimen sancionador de malos usos del Acueducto y su entorno ya recogía de manera expresa en su borrador una amplia relación de infracciones tipificadas como leves (hasta 750 euros), graves (de 750,01 a 1.500) y muy graves (de 1.500,01 a 3.000) que también se dividen entre comportamientos incívicos (27) e incumplimientos en materia de terrazas hosteleras (15).

Quien tire por ejemplo un papel o una colilla de cigarrillo («cualquier tipo de residuo», señala el texto), ya no sobre el monumento sino al suelo de cualquier espacio público de su entorno (Oriental, Azoguejo, Teodosio El Grande, Día Sanz, Almira y Cañuelos), se expone a ser multado por lo que se considera una infracción leve, de las de ‘hasta 750 euros’. Igual que si alguien alimenta a las palomas, una conducta tan clásica e inocente como seria, si se tiene en cuenta el daño a la piedra que causan estas aves y sus excrementos.

Si se permite que la mascota defeque en cualquier vía del entorno y no se recogen los excrementos, multa leve; y si se dejan sobre el monumento o se orina en éste, muy grave.

Pensando en el impacto visual, también puede ser sancionado (por infracción leve, hasta 750 euros) un residente de este entorno que tienda o exponga ropa u otros «elementos domésticos» en su ventana o balcón. Y pensando en la movilidad, se expone a multa el hostelero que sobrepase el área de terraza autorizada en cualquier medida, ya sea por un cartel, por la pata de una silla, la de una mesa o cualquier otro elemento. De hecho, si se excede menos de un 10% el incumplimiento es leve, y si supera ese porcentaje pasaría a ser grave. 

A esa escala de infracción grave se eleva también la conducta de un ciclista que apoye su bici en un sillar. Sí, por tocar piedra con la bici la multa ya pasará a 750,01 euros como mínimo, tal cual; otra cuestión será el mayor o menor rigor con que se aplique la normativa, pero así se plantea de momento sobre el papel.

No obstante, son otros supuestos de infracción los que más han sonado en estos meses, como escalar el Acueducto, que saldrá por un mínimo de 1.500,01 euros (muy grave). Si se usan sus arcos como lugar de estancia, infracción leve; y si se introducen papeles, colillas u otros residuos en sus juntas, grave.

Por otro lado, la nueva ordenanza ampliará los requisitos para autorizar el desarrollo de eventos en el entorno del Acueducto. Su banda de protección, que deberá permanecer libre de cualquier instalación, salvo vallas de forma excepcional, se fijará en nueve metros. 

También habrá más límites para el mobiliario urbano y las terrazas. La parte del Azoguejo más próxima al centro de visitantes quedará limpia de mesas, que deberán alinearse a los soportales, y el mobiliario en esta plaza, Santa Columba, Artillería y Teodosio El Grande no podrá ser de plástico ni llevar publicidad. 

En cuanto a la movilidad, el peatón tendrá prioridad frente al tráfico en las calles que flanquean el monumento, donde la velocidad máxima permitida será de 20 km/h. Y se reordenarán plazas de aparcamiento, lo cual conllevará, por ejemplo, la supresión de siete en la calle Almira y de dos muy próximas al Acueducto en la plaza Avendaño.

Ésta y otras cuestiones irán cobrando forma en los próximos meses, en el final de la tramitación de una ordenanza cuyo proceso administrativo arrancó en junio de 2017 con la citada convocatoria de una consulta pública previa. A mediados de este año se presentó el borrador a los grupos municipales de la oposición, después llegaron los requerimientos de la Secretaría General y, una vez readaptado, este último informe para introducir nuevas modificaciones.

De Santos, después de tantos imprevistos, ya declina aventurarse a apuntar la fecha de finales de enero para la aprobación inicial, que dará paso a la apertura del clásico periodo de exposición pública. Será de un mes y después tocará resolver las alegaciones que se puedan plantear antes de proceder en otro pleno a la aprobación definitiva. Puede valer como referencia que la última ordenanza aprobada por el Ayuntamiento, la de los carteles-tijera de comercios y hostelería, requirió tres meses entre su aprobación inicial y la definitiva, y cinco en total hasta su entrada en vigor, así que si la del Acueducto repitiera tales plazos arrancaría en junio si se aprueba en enero. Hacia el final de la primavera o ya en verano, en plena temporada alta del turismo.