Desasosiego en La Velilla

Sergio Arribas
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El propósito de la ONG Dianova de abrir una residencia para la recuperación de personas con adicciones suscita el rechazo del movimiento vecinal del pueblo, que alerta de la 'distorsión social' que supondrá el centro

El centro ocuparía dos edificios, separados por una calle, los que muestra esta imagen, a la derecha. - Foto: D.S.

La Velilla, pequeño núcleo perteneciente a Pedraza, no encuentra la calma, propia de cualquier pueblo de su tamaño, desde que sus residentes —viven apenas 62— conocieron quienes iban a ser sus nuevos vecinos. 
A través de su asociación vecinal han recogido ya 600 firmas —más otras 700 en la plataforma change.org— contra el nuevo uso que se pretende dar a dos edificios del pueblo, situados a orillas del río Cega, en su confluencia con el río Vadillo. Lo que durante años fue un hotel para el turismo rural se convertirá, a su pesar, en un centro residencial para la recuperación de personas con adicciones  —entre ellas, con trastorno de alcoholismo y drogodependencias— promovido por la ONG Dianova. 

«Creemos que La Velilla no es el lugar adecuado para este tipo de centros», sostiene Pablo Pinillos, presidente de la asociación vecinal, entidad que lidera el rechazo al proyecto. En las antípodas está la opinión de Dianova, que argumenta que La Velilla es «un entorno perfecto», por sus «excelentes condiciones naturales y culturales», para ayudar a las personas con adicciones a recuperarse. En lo que coinciden ambas partes es que este «centro de toxicómanos», como lo definen los vecinos, contará con 20 plazas disponibles y 18 profesionales; esto es, con 38 personas, cuando La Velilla cuenta con 62 residentes habituales. «Entre drogodependientes y personal del centro, casi tocaremos a uno por cada dos habitantes. Creemos que este tipo de centros sanitarios deberían estar en municipios más grandes, con mayor población, que les pudiera absorber de forma más adecuada, donde estas personas se pudieran integrar mejor», afirma Pinillos.

Además, según el representante vecinal, la actual población de La Velilla «no es la más adecuada para asumir un centro de esta tipología»: hay 20 niños y adolescentes, menores de 16 años, y otros 20 por encima de los 70 años.

Pinillos añade más argumentos para el rechazo. Recalca que «no existe una infraestructura sanitaria» que de cobertura a este abrupto crecimiento de población, con una atención primaria que que se ciñe a dos días a la semana, una hora cada día; mientras que ante una urgencia médica el puesto más cercano es Navafría, «ya de por sí saturada». Los vecinos hablan, igualmente, de carencias en materia de seguridad — «ni por supuesto policía local ni puesto de la Guardia Civil»— y ausencia de oferta cultural para integrar a sus nuevos vecinos. «Se quieren ubicar en dos edificios que carecen de patio, donde podrían realizar actividades lúdicas o deportivas, con lo que, automáticamente, saldrán y estarán por el centro urbano».

Con independencia de la «distorsión social» que la llegada de esta ONG y sus ‘pacientes’ provocaría en La Velilla, los vecinos alertan que los edificios se emplazan al borde de los rios Cega y Vadillo, en «una zona inundable y con evidentes riesgos para las personas». De hecho, según apuntan, en 2017 ya se produjeron inundaciones en la zona, que impidieron el acceso a los inmuebles, anegaron sótanos y cubrieron coches, impidiendo el paso a cualquier vehículo de emergencias.

Dianova ha presentado ya el proyecto ante el ayuntamiento de Pedraza, ante el que los vecinos han presentado una carta y un paquete de alegaciones. También las han remitido a la Delegación Territorial de la Junta, la CHD y a la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades. Además de los anteriores argumentos, los vecinos alertan de que «un centro sanitario de drogodependientes no puede estar amparado por una licencia ambiental de apartamentos turísticos o de un hotel».

TURISMO RURAL. «Si finalmente cumplen la ley, no nos quedará más remedio que aceptarlo. No estamos en contra de centros de este tipo, aunque sí de que se deben guardar unas condiciones adecuadas», recalca Pinillos, que subraya que la apertura del centro puede llegar a disuadir la llegada de visitantes a la zona. «La actividad económica principal es el turismo rural, de naturaleza y deporte, quienes han apostado por quedarse en el pueblo e intentar sacar adelante sus pequeños negocios lo ven con intranquilidad, es algo que les genera una publicidad negativa», insiste.
Dianova, en nota de prensa remitida a esta redacción, sostiene que «en ningún momento ha recibido quejas de este proyecto” y que, a raíz de la publicación de informaciones que se hacían eco del malestar vecinal, han solicitado una reunión con la asociación de La Velilla, de la que aún no han obtenido respuesta.

La ONG, que varias informaciones periodistícas vinculan sus orígenes a la secta ‘El Patriarca’ y aseguran que el Ministerio le ya llegado a retirar subvenciones, sostiene que el centro «no tiene por qué crear ningún tipo de distorsión social». «Todo lo contrario —dice—, creará empleo en la zona, dinamizará la economía de Pedraza y ayudará a personas». Por otra parte, asegura que la información de la que dispone no califica la zona como habitualmente inundable y no advierte de un peligro para los residentes. 

«Entendemos —subrayan desde Dianova— que los vecinos puedan estar preocupados, pero la experiencia en otros lugares es que terminan por colaborar y sentirse parte del proceso de estas personas que, obviamente, merecen una oportunidad».