Debería cambiarse de nombre para pasar a denominarse ‘Calendario laboral de los trabajadores de las enseñanzas no universitarias de Castilla y León». La andanada de la Federación de Ampas de Centros Públicos de Zamora ilustra el enfado que se ha extendido entre las familias de Castilla y León al conocer el calendario escolar del próximo curso y sobre todo la recuperación de la jornada reducida en septiembre.
Eliminada hace dos años, periodo durante el que solo se ha mantenido la de junio, supone la reducción de una hora lectiva al día en Educación Infantil, Primaria y Especial durante esos dos meses. «Esta reducción horaria incumple la normativa de base que regula el calendario escolar de modo general, establecida en la Orden EDU/385/2017 de 22 de mayo y a la que se deben supeditar», critica la Confederación de Federaciones de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado de Centros Públicos de Enseñanza de Castilla y León (Confapacal). «La Consejería de Educación pública un calendario que es ilegal, que no tiene el apoyo de todos los miembros del Consejo Escolar Regional y que atenta descaradamente contra los principios educativos y de conciliación», ha añadido.
Para la segoviana Fedampa Antonio Machado, por su parte, «dificulta aún más la conciliación de la vida familiar y laboral y que impone unos horarios de recogida de los alumnos imposibles para muchos trabajadores». «No entendemos la razón de esta reducción salvo la obvia de que los docentes reduzcan su horario laboral y pasen menos tiempo atendiendo a los alumnos», argumenta. «Esta medida perjudica a las familias y al alumnado, no sólo por la dificultad de conciliar la vida familiar y laboral sino también porque ese tiempo que no se imparte clase no se traduce en la reducción de los temarios y los contenidos y muy a menudo son los alumnos los que sufren las prisas para terminar los temas y la carga de trabajo en casa para llegar a cubrir todos los contenidos de los currículos. A la hora de tomar una decisión que afecta a tantas personas se debe tener en cuenta, además de la opinión de los representantes del colectivo docente, el interés de los menores y la del conjunto de la sociedad».
Sin embargo, los profesores se defienden. «Los alumnos realizarán una jornada continua de cuatro horas lectivas, pero no afecta al horario del profesorado», comienza la secretaria provincial del sindicato de docentes ANPE, Cristina Olmos. En su opinión, «esta medida favorece la organización de las aulas de dichos centros para el inicio del curso escolar y de igual manera la planificación y coordinación tan necesaria en este mes inicial de septiembre, favoreciendo las reuniones entre las diferentes comisiones de los centros educativos y otras medidas como entrevistas iniciales, programaciones...».
«Nosotros insistimos en que hay que distinguir el horario laboral del profesorado del horario lectivo del alumnado. Si las familias quieren que sus hijos sigan, hay otros programas para atenderles, pero nosotros tenemos una serie de derechos», abunda el secretario general de Enseñanza de CCOO en Segovia, Óscar Sancho. Tras escuchar las quejas de las familias, considera que equivocan el enemigo. «Deben detectar quién les está quitando derechos, que no es el profesorado. Madrugadores, Tardes en el Cole, Comedores… Todo ha estado recortado por el Gobierno de la Junta de Castilla y León con contratos súper precarios, por ejemplo, para atender los comedores», señala, al tiempo que anuncia más batalla para lograr la reducción de horas lectivas a 24 en Primaria y a 17 en Bachillerato.
Pero el regreso de la jornada reducida en septiembre no es la única queja que ha suscitado el calendario escolar entre las familias. Lamentan que este siga supeditado a las festividades religiosas, de manera que el próximo curso el segundo trimestre tendrá 61 días lectivos y el segundo 47.