La pandemia ha hecho necesario un refuerzo de plantilla en los centros residenciales, que ha costado 370.000 euros. Un refuerzo que se mantendrá al menos hasta otoño, primero para cubrir vacaciones en verano y después para posibles contingencias derivadas de nuevos brotes de Covid. En palabras del presidente de la Diputación, Miguel Ángel de Vicente, “es de justicia que a esa gente que cuando otros decían que no ellos dijeron si, estemos a su lado y les mantengamos la relación laboral".

Por otra parte, la Diputación invertirá 665.000 euros, el doble de lo previsto incialmente, en sus centros residenciales. Se abrirán nuevas unidades de convivencia tanto en el Centro La Fuencisla como en la Residencia de Nava, en ambas será la segunda, como en el centro de El Sotillo, la primera de Castilla y León en un centro de atención a personas con discapacidad intelectual. En el centro de menores Juan Pablo II se completarán las obras, con la reforma de espacios comunes y la última unidad de convivencia, destinada a niños menores de 3 años.

Otra parte de la inversión se destinará a la adaptación de espacios pensando pensando en futuros casos de Covid, de forma que se garantice la sectorialización de los centros, con accesos externos a zonas de aislamiento y que al mismo tiempo este aislamiento sea “más humanizado”.