La Casa de la Lectura ampliará usos tras 7 meses de obras

D. A.
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La segunda planta quedará habilitada por completo y se creará una puerta de emergencia en la fachada trasera, aparte de un ascensor más amplio y la restauración de elementos exteriores · El edificio deberá cerrarse «uno o dos meses»

La Casa de la Lectura ampliará usos tras 7 meses de obras - Foto: Rosa Blanco

La Casa de la Lectura estará unos siete meses de obras para llevar a cabo los trabajos de acondicionamiento y remodelación que se esperan iniciar «a finales de este año o principios del próximo». Ese es al menos el plazo que baraja la Concejalía de Cultura, aunque siempre puede haber variaciones según las ofertas que presenten las empresas que opten a hacerse con el contrato del proyecto, que ya está en la fase de licitación; y por supuesto, según los imprevistos que puedan surgir durante las propias obras, nada descartables en un edificio histórico. Pero de momento se estima un plazo de siete meses y al menos «uno o dos» deberá permanecer cerrada por completo al público, si bien las fechas concretas se definirán más adelante, tras la adjudicación del proyecto.

Después de más de 60 años como Biblioteca Pública del Estado (aunque gestionada por la Junta) y casi dos cerrado, el edificio de la ‘cárcel vieja’ reabrió como biblioteca municipal en octubre de 2017, pero no será hasta la ejecución de este proyecto cuando se den por completadas las actuaciones que permitirán dar uso a todo el inmueble. Incluida la segunda planta, que es la más amplia de las tres (434,30 metros cuadrados de superficie útil, frente a 338,65 en la baja y 412,10 en la primera) y la que menos actividad ha podido acoger hasta ahora. Allí se habilitará por ejemplo una nueva sala de actividades y talleres, según avanza a El Día la concejala de Cultura,Gina Aguiar, aparte de mantenerse la sala María de Pablos, que ya se abre de manera puntual para la celebración de ciertos eventos y podría utilizarse en el futuro con mayor frecuencia; así como zonas de depósito de libros y también de usos administrativos.

El proyecto ha salido a licitación con un presupuesto de 218.060,43 euros (IVA incluido) y, entre otras actuaciones, contempla una mejora de las condiciones de accesibilidad del edificio, principalmente, por la instalación de un nuevo ascensor más ancho que el actual, en el cual no caben ciertas sillas de ruedas. Para ello se cuenta con reformar los aseos, algo imprescindible precisamente para poder ampliar el hueco del ascensor, circunstancia que se aprovechará para adaptarlos a un uso exclusivamente infantil, dado que en dicha planta se han ubicado las salas de lectura y actividades para niños.

En los dos últimos años se llegó a estudiar incluso la opción de comprar sillas de ruedas con dimensiones ajustadas al ancho actual del ascensor para prestárselas a los usuarios que pudieran requerirlas por llevar otras de mayor tamaño, como las eléctricas, por el motor. Y al final se apuesta por la solución más invasiva y cara, pero la que más favorecerá la accesibilidad.

También se prevé mejorar la seguridad antiincendios del edificio, en el que se creará una salida de emergencia ampliando el hueco de una ventana de la fachada trasera, la que da a la calle José Canalejas. Un asunto que no ha estado exento de controversia entre el Ayuntamiento y la ComisiónTerritorial de Patrimonio Cultural, que autorizó esta solución hace sólo unas semanas, tras más de un año de intercambios de propuestas y rechazos. Según la información facilitada por la DelegaciónTerritorial de la Junta, la alternativa que ya tiene el visto bueno de Patrimonio contempla que, una vez realizado el nuevo hueco, «se fabricará una reja igual a la existente pero adaptada a las nuevas medidas», así como «una puerta balconera acristalada dotada de cierre antipánico», de forma que «se unirán ambas para permitir la apertura al accionar el cierre». El muro en el que se intervendrá data de 1946, por lo que no se tocan los originales.

Por otro lado, el montaje de andamios para la primera fase de restauración de elementos ornamentales exteriores del edificio (espadaña, pináculos y demás) que se llevó a cabo entre finales de 2018 y principios de 2019 permitió al mismo tiempo comprobar el mal estado de la cubierta de teja del edificio. Tal y como se recoge textualmente en el proyecto, «muchas de las piezas se encuentran desplazadas, rotas o atomizadas debido a su mala calidad, el efecto de los agentes atmosféricos y la falta de mantenimiento», de ahí que se haya decidido añadir la obra de retejado al proyecto. 

Y por supuesto, ya se cuenta con completar por fin la restauración de los citados elementos ornamentales.En una primera fase se aplicaron consolidantes a un pináculo y el escudo de armas, que así se pudieron despojar de las tristemente clásicas mallas, y quedan pendientes de consolidar y destapar tres pináculos, la espadaña y la hornacina.

Una solución «provisional» que ya lleva más de 12 años. No estará de más perder de vista las mallas. El Ministerio de Cultura las puso como «una solución provisional» tras registrarse pequeños desprendimientos, pero a alguien se le debió de parar el reloj porque de aquello hace más de una década y prácticamente se ha cronificado la imagen de las mallas en la histórica ‘cárcel vieja’ que, a ojos de muchos jóvenes, o de cualquiera que haya llegado a la ciudad pasado 2007, no existe libre de semejante apariencia de provisionalidad sine die.

Los problemas con los elementos ornamentales vienen incluso de más lejos de esa década larga con ‘tuneo de obra’, a pesar de que a este edificio, declarado BIC hace más de 30 años, se le valore como uno de los monumentos renacentistas de carácter civil más importantes del patrimonio segoviano. De hecho, técnicos del Servicio Territorial de Cultura de la Junta ya realizaron una visita de inspección poco después de que el 27 de julio de 2004 se produjeran «desprendimientos de material del pináculo oeste», según consta en el informe de daños que redactaron. Entonces ya previnieron del riesgo de más incidentes similares en ese y otros elementos, y recomendaron una actuación de urgencia al Gobierno central, titular del inmueble también mientras ha funcionado como Biblioteca Pública del Estado, entre 1948 y 2015.

En 2006 fueron técnicos del Ayuntamiento los que dirigieron un escrito al Ministerio de Cultura para informarles de nuevos desprendimientos y el bucle administrativo de avisos y reacciones a medias prosiguió hasta 2011; pero desde entonces, casi nada. Sin novedad hasta que el Ministerio cedió el inmueble en 2016 al Ayuntamiento, que tuvo claro desde el principio la necesidad de acometer esta inversión.

En total, según la concejala de Cultura, el Ayuntamiento ha destinado unos 294.000 euros a reformas o arreglos en el edificio con cargo a las arcas municipales, contando este próximo proyecto y teniendo en cuenta que el diseño interior, por ejemplo, corrió a cuenta de IE University.

«Las obras que se llevarán a cabo ahora son necesarias por accesibilidad y por protección antiincendios, principalmente», incideAguiar, y también hay ganas de ver el edificio libre de mallas. «Pronto tocará volver a ver andamios en el exterior del inmueble, pero merecerá la pena».

Lo que sí continuará en el aire tras este proyecto es la idea de cerrar el patio interior para optimizar su uso. «Es una posible mejora que sigue ahí de cara a un futuro, pero no es algo que esté actualmente encima de la mesa», señala Aguiar. Y «sobre la mesa» está, en cambio, la posibilidad de ampliar los horarios, ya que actualmente la biblioteca sólo abre mañana y tarde los jueves, viernes y sábados (de 11 a 14 y de 17 a 20 horas), además de los domingos por la mañana (de 11 a 14). Cierra por tanto los domingos por la tarde y los lunes, martes y miércoles, y eso podría cambiar: «Necesitaríamos más presupuesto y principalmente más personal», recuerda, aunque lo primero, de momento, es completar una remodelación que arrancará «en diciembre o enero», por lo que, con toda seguridad, las obras se prolongarán como mínimo hasta el verano de 2020.