Las obras que se llevan a cabo en la Plaza de la Reina Victoria Eugenia, a cargo del Patronato del Alcázar, ya en su fase final, han sacado a la luz los restos de un distribuidor del canal del Acueducto, de la época del Rey Felipe II, del siglo XVI, de características muy similares al que fue encontrado cerca del acceso a la fortaleza, de ladrillo, con espacios abovedados, dado a conocer en febrero de este año por el alcaide y coronel de la Academia de Artillería, Alejandro Serrano.
Según ha señalado a este periódico el arqueólogo territorial, Luciano Municio, en esta ocasión el pozo de captación está muy destrozado por las raíces de una acacia, cerca de la puerta de entrada a la plazuela, pero parece que se corresponde con la obra hidráulica de Felipe II, para abastecer al Alcázar.
Municio sostiene que hay una canalización del Acueducto de Segovia hasta el Alcázar, que llevó a cabo la Reina doña Juana, en época medieval, que incluso en sus ordenanzas del agua habla de que se realizan canales de piedra hasta ‘su Alcázar’, y luego la parte que promovió Felipe II, modificando la conducción anterior.
El arqueólogo territorial añade que Felipe II ordenó una serie de obras para mejorar el abastecimiento del Alcázar, que incluyeron una canalización totalmente nueva que anula la medieval, desde la puerta de acceso hasta la fortaleza, organizando sus desarenadores y probablemente siga en uso con Felipe III y Felipe IV, aunque se ignora hasta qué momento. En la entrada a la plaza coexisten los dos canales, restos del medieval, amortizado, y el nuevo del monarca llamado ‘el prudente’.
Hacia finales de los años ochenta del siglo XX se halló la entrada del canal original medieval con un desarenador pequeño, excavado en la roca debajo del cañon de la derecha de la puerta de entrada al parque, y ahora, cuando se ha estudiado el canal del siglo XVI, paralelamente se han visto los restos de uno más antiguo que probablemente coincida con el trazado medieval. En el resto de la plaza no se han podido seguir en su totalidad los recorridos de ninguno, teniendo en cuenta que es una zona alterada, donde se encontraba la antigua catedral, iniciada en el siglo XII y destruida en 1520, su derribo posterior y la instalación del monumento a Daoíz y Velarde.
Para Municio, el Acueducto romano moría en la zona de la plazas de las Arquetas y de Adolfo Suárez, a partir de ahí, las conducciones de agua en época romana solo pueden ser a fuentes públicas y a edificios de muy alto porte, por lo que no se encuentra ninguna canalización de la época de los romanos a partir de ese punto que se pueda decir que servía para llevar agua potable.
De acuerdo con los estudios arqueológicos, el solar de la plazuela ha estado ocupado al menos desde la Prehistoria. En una de las zanjas se halló un depósito de tierra negra que arroja el material más antiguo hallado hasta ahora, de la Edad del Hierro II. En el mismo lugar se obtuvo también una muestra de terra sigillata, delicada cerámica utilizada por los romanos, que prueba su presencia en el lugar.
Este 8 de julio se llevó a cabo un acto en el que el patronato del Alcázar hizo entrega al Museo de Segovia de diferentes piezas arqueológicas procedentes de la catedral antigua encontradas en el lugar donde estuvo levantada. Ya en el lado sur, en 2017, se descubrieron otros restos del palacio episcopal que construyó el obispo Arias Dávila, en el siglo XV.
En la cesión figuraban también tres monedas, reales de plata, de los que dos son de Felipe V, acuñados en 1724, y otro de Fernando VI, de 1753.