Arte urbano en vallas publicitarias por la Segovia comunera

David Aso
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Segovia acogerá una intervención de Gonzalo Borondo sobre 32 vallas publicitarias. Pintura, collage, animación y realidad aumentada para plasmar una visión contemporánea de la revuelta

Gonzalo Borondo, sobre un andamio frente a una de sus intervenciones.

El 29 de mayo de 1520 prendía en Segovia la Rebelión Comunera con el ajusticiamiento de los recaudadores reales a manos del pueblo, acusados de traición por apoyar a Carlos I. Y este viernes, justo 500 años después, debían arrancar los actos que había previsto el Ayuntamiento para conmemorar la efeméride. Sobra explicar por qué no será posible, pero un pilar maestro del programa no sólo ha resistido a la pandemia, sino que se adapta al escenario postcovid como si realmente hubiera sido algo buscado: la ciudad convertida en un museo al aire libre con 32 vallas publicitarias como lienzos repartidos por 17 emplazamientos; y en ellos, el arte callejero de Gonzalo Borondo con su particular lectura contemporánea de la revuelta. 

En este proyecto, bautizado como ‘Insurrecta’, trabaja desde el pasado octubre. La próxima semana empezará a plasmarlo sobre los soportes para inaugurar el día de San Pedro (29 de junio) y permanecerá durante diez meses, hasta el 23 de abril. Pasado ese tiempo, la obra que más haya gustado (habrá votación popular) la pintará sobre la valla elegida para que se quede por tiempo indefinido, y una exposición en La Alhóndiga acogerá las obras originales, las que realizó en formato más pequeño como paso previo a su integración en el paisaje urbano.
Gonzalo Borondo (1989), vallisoletano de nacimiento pero segoviano de adopción, ha vuelto a la ciudad donde creció después de pasar más de una década en el extranjero y convertirse en un artista de talla internacional.

«Es un referente mundial del street art, un grande», destaca la concejala de Cultura, Gina Aguiar. Su proyección del arte contemporáneo en espacios públicos ha dejado huella en murales de Kiev, Londres o Las Vegas. Le vale una fachada y también un templo (el de Chartrons, en Burdeos) para una intervención temporal. Hace año y medio abrió una sala de creación y exposición, ‘Spazio en Blanco’, en la travesía de Antonio Machado, junto con otro segoviano, Manuel Ayuso. 

Borondo espera empezar a trabajar sobre las vallas publicitarias la próxima semana.Borondo espera empezar a trabajar sobre las vallas publicitarias la próxima semana.

Exposiciones y festivales por medio mundo y ahora, esta singular muestra sobre unas vallas que, por cierto, llevan sin uso desde el verano de 2018 por un eterno retraso en la renovación de la contrata municipal para la gestión publicitaria de estos espacios. El reestreno va a ser sonado y, de paso, indirectamente se espera que sirva de reclamo para revalorizar el interés de agencias y anunciantes por tales soportes.

Aguiar contactó con Borondo el año pasado para proponerle el encargo. «Primero dibuja los originales en tamaños más pequeños para luego escanear e imprimir en lonas», explica. «Sobre esas impresiones interviene pictóricamente y también lo hará sobre las propias vallas con varias técnicas». 

Para ejecutar sus obras sobre las vallas empleará pintura, collage, animación y realidad aumentada, así como esculturas realizadas sobre paneles de microforjado que desbordan los límites de unos soportes que ya por sí solos, los de mayor tamaño, rondan los 24 metros cuadrados. Se le han quedado cortos.

El coronavirus no ha impedido el avance de ‘Insurrecta’, pero sí lo ha tocado porque el artista, «creativamente y por responsabilidad, ha ido modificando partes del concepto del propio proyecto».


Ruta por la ciudad. Los 17 emplazamientos de las vallas se extienden por toda la ciudad menos el casco histórico, «lo cual dará visibilidad a esos otros lugares e invitará a segovianos y visitantes a recorrerlos», valora Aguiar; ya sea a pie, en bici o en coche.  Llevarán a detenerse en puntos que de otro modo son de paso ordinario y sin interés turístico. «La gente encontrará el arte en lugares donde no lo encontraría nunca y eso va a hacer que llegue absolutamente a toda la sociedad». Y un proyecto que ya era «potente per se», pionero a nivel internacional por los soportes y su extensión por la ciudad, con esta crisis sanitaria cobra especial valor al ser al aire libre.

Por el contenido de cada soporte, los 17 emplazamientos se dividen a su vez  en cinco capítulos que cosen el relato de la Rebelión Comunera en Segovia, pero con «la visión contemporánea de Borondo sobre aquellos acontecimientos». Una lectura personal y crítica, «profundizando en la idea de revuelta y ampliando el análisis de las luchas de poder». El pulso entre la humanidad y la naturaleza, el diálogo entre lo urbano y el paisaje natural, los efectos de la imposición en la sociedad. 

El hecho de que Borondo deba trabajar a partir de la próxima semana sobre los propios soportes permitirá a los segovianos que pasen por allí contemplar el proceso creativo y participar de la previa al estreno del 29 de junio. Será entonces cuando el Ayuntamiento empiece a repartir mapas con la ubicación de todas las vallas para poder hacer el recorrido. Incluirán un relato de la revuelta por cada intervención, y una vez allí, los ciudadanos verán marcas que señalizarán la perspectiva ideada por el artista para contemplar cada obra.

Una exposición al aire libre en la antesala de la nueva normalidad para pintar la cara a esas restricciones que nos van a condicionar la vida sine die. La concejala de Cultura tiene fe en que para el próximo 23 de abril, cuando se dé por terminada la muestra coincidiendo con Villalar, las rutinas de entonces se parezcan mucho más a las de hace menos de tres meses y así se puedan reprogramar actos ahora suspendidos por el veto a las aglomeraciones. Mientras tanto, toca ‘Insurrecta’.