La pandemia fulmina el teléfono de urgencias pediátricas

Nacho Sáez
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Sanidad todavía publicita esa línea 900 en su página web y en centros de salud a pesar de que desde hace meses solo la utiliza para proporcionar información sobre el coronavirus y ahora sobre las vacunas.

Servicio de atención telefónica para el coronavirus ubicado en el Hospital General. - Foto: DS

El cartel para la difusión de su existencia entre la población todavía está colgado en las paredes del centro de salud de San Lorenzo y en la página web de Sacyl. En él las autoridades sanitarias invitan a hacer uso del 900 222 000 «si va a ir a Urgencias por un problema leve, tiene cualquier duda sobre la salud de su hijo o no sabe dónde acudir». Sin embargo, este servicio telefónico de atención de urgencias pediátricas ha dejado hace meses de ser prestado. «Está usted llamando al teléfono de atención sanitaria por coronavirus de Castilla y León. En breves momentos le atenderemos. Gracias», explica una operadora automática cuando se marca esa línea. «Y si esperas a ser atendido y realizas una consulta por una urgencia pediátrica te dicen que no te pueden ayudar», cuenta Óscar, un padre que se ha chocado con la pérdida de este servicio: «No debe caer en saco roto que lo hayan quitado».

Este teléfono de atención de urgencias pediátricas fue creado por la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León en marzo del 2014 y, por ejemplo, recibió cerca de 16.400 llamadas en 2019. En Segovia 800 en concreto, de las que 563 no necesitaron derivación. Ofrecía la posibilidad de llamar de forma gratuita al teléfono 900 222 000 de 15.00 a 8.00 de lunes a viernes y durante las 24 horas los fines de semana donde le responderán profesionales cualificados y entrenados en este tipo de atención y le aconsejarán sobre pautas a seguir o los servicios a los que debe recurrir. «Si lo que se ha pretendido tradicionalmente es descongestionar las Urgencias y evitar que la población vaya salvo cuando es totalmente imprescindible, no se entiende que hayan decidido acabar con un servicio como este», reflexiona el padre que ha denunciado ahora esta situación.

Consultada por los motivos de  esta decisión, la Consejería de Sanidad señala que «el 900 lleva un año funcionando para el coronavirus». «Tendremos que dejar de publicitarlo», añaden en referencia al teléfono de atención de urgencias pediátricas. Sin embargo, la Asociación Defensor del Paciente considera que es un ejemplo más de la pérdida de recursos sanitarios que ha provocado la pandemia. «Todo es una tomadura de pelo que están pagando los pacientes que no tienen covid», lamenta su presidenta, Carmen Flores.

Cartel con el que publicita Sacyl el servicio.Cartel con el que publicita Sacyl el servicio.

El Hospital General de Segovia llevó a cabo obras en los pasados meses en Urgencias con el objetivo de establecer un doble circuito para pacientes con coronavirus y enfermos con otras patologías, pero las autoridades continúan apelando a realizar un uso responsable de este servicio. «Hay personas que nos llaman y nos dicen que han ido a Urgencias porque no les quedaba más remedio, porque no sabían lo que tenían y en la farmacia no les daban ningún medicamento, y que al llegar a Urgencias les han echado la bronca. Son piedras en las ruedas por todos los sitios», critica la responsable de la Asociación Defensor del Paciente.

En el caso del teléfono de atención de urgencias pediátricas, Sacyl aconsejaba utilizarlo antes de acudir a Urgencias sobre todo en épocas de mayor presión asistencial como la de la gripe. Invitaba a recurrir a este servicio cuando un menor presentara algún síntoma de aparición repentina o aguda que le obligara a consultar de urgencia, caso de fiebre, tos, mocos, catarro,  cólico del lactante, diarrea, vómitos, dolor de tripa, malestar, heridas, golpes, traumatismos o vacunaciones, según enumeraba la propia Consejería de Sanidad a la hora de promocionar esa línea.

«Generalmente la mayoría de las Comunidades ponen estos teléfonos y luego no los coge nadie», denuncia la presidenta de la Asociación Defensor del Paciente. «Esos teléfonos son una forma de marketing que no sirve para nada». Detrás subyace ahora la reducción de las consultas presenciales con el objetivo, dicen las autoridades sanitarias, de reducir el riesgo de contagios de coronavirus. «Yo creo que a las administraciones la pandemia les ha venido bien entre comillas. Me refiero a la hora de quitarse pacientes de encima», opina Flores.

La tardanza en reabrir los consultorios médicos rurales después del confinamiento, en medio de protestas ciudadanas, abrió una grieta que todavía no se ha acabado de cerrar. «Lo de hacer consultas por videoconferencia ha sido una brillante idea. Esto le complica la vida a los pacientes y va a ocasionar muchísimas denuncias porque las consultas presenciales son lo normal. Ver a un paciente, mirarle a los ojos, mirarle los oídos… No se puede medicar o diagnosticar por una videoconferencia como se está haciendo ahora», argumenta esta portavoz de la Asociación Defensor del Paciente, crítica también con los barracones que ideó Sacyl como sala de espera de los pacientes que acudían a consulta. «Los ciudadanos no vamos al médico para verle la cara al médico, a la enfermera o la consejera de Sanidad sino porque enfermamos y necesitamos asistencia sanitaria. Y esto está dejando mucho que desear y está suponiendo una falta de respeto. Es una absoluta locura lo que está aconteciendo», concluye.