Jesús Fonseca

EL BLOC DEL GACETILLERO

Jesús Fonseca

Periodista


El viaje de mi vida

10/10/2021

Ya tenemos la autobiografía, escrita con palabras de carne, sonrisas de oreja a oreja y lágrimas, que muchos llevaban años pidiéndole a Ramiro Calle, el introductor del Yoga en España y autor de más de 300 libros y relatos dedicados a técnicas de control físico y mental, así como a la riquísima mística oriental. Aquí están, por fin, todas sus vivencias, vacilaciones y certezas, desde su inocente y traviesa infancia y los desmanes de su juventud, a su serena madurez, narrados con valentía en una jubilosa, pero también amarga travesía vital. Nuestro yogui de referencia transita a tientas la noche oscura del alma y atisba a ratos las claridades eternas, para hacernos partícipe de ellas, en esa incansable búsqueda de la quietud interior y el sosiego cierto: «he abordado este libro a sabiendas de que todos compartimos espacios anímicos que nos aproximan, más allá de las engañosas y burdas palabras, y que cuando uno viaja a lo hondo de si mismo, también lo está haciendo a lo más profundo de los demás», asegura. Primorosamente editado por Kailas, el libro es una gozada. No te voy a contar, amable lector, su contenido en una gacetilla, porque me faltarían líneas. Pero si te adelanto que, lo mejor de estas hojas volanderas, es la esperanza de vida y más vida que transmiten. Desde que conocí a Ramiro el eremita, supe que nuestro fakir sostenía con sus manos el alma del mundo y vivía sólo para encontrar el tesoro más preciado: la paz de los adentros. ¿Acaso no fue él quien nos descubrió la mística del instante y nos habló del hoy aquí y ahora, cuando nadie lo hacía? ¿Quién plantó cara, hace décadas a través del yoga, a la atrofiada sociedad del hartazgo y la impostura? Hay más espiritualidad en su mirada indescriptible, que tras algunos muros eremitas de Oriente y de Occidente. He aquí unas memorias que nos enseñan a derribar muros y a ser personas, a vivir plenamente el breve instante; y a lo que verdaderamente importa: encontrarnos con nosotros mismos en la vida y en la muerte, banalizada hasta límites insoportables. Pero lo mejor de esta aventura humana, que va desde fuera hacia los adentros, es la capacidad de su protagonista para acoger y compartir, dejando libre al otro; y para volcarse en el querer. En realidad, la única prédica de Ramiro Calle, el auténtico desafío de su viaje, es el amor, como se demuestra en estas exquisitas y sabrosas correrías, andanzas y aventuras.