Segovia contiene la respiración mientras observa cómo en los límites provinciales ya son tres los municipios que han sido aislados durante 14 días debido al brusco aumento de los contagios. Íscar y Pedrajas de San Esteban en Valladolid y Aranda de Duero en Burgos han entrado en fase de transmisión comunitaria del virus. Si no lo han hecho, se sospecha que sí. De ahí que hayan vuelto a la cuarentena respecto a la posibilidad de salir de sus respectivos términos municipales a la espera de que la situación se controle. Mientras Segovia no puede evitar mirar de reojo con temor debido a la cercanía y las estrechas relaciones que mantiene con esas localidades y también al ver que los positivos se disparan en España a niveles que parecían olvidados desde el mes de abril.

Al cierre de esta edición, nuestra provincia tenía tres brotes activos y dos zonas básicas de salud en ‘aviso’ naranja por haber diagnosticado más de cinco casos por PCR por 10.000 habitantes en los últimos siete días. En concreto, las ZBS de Cuéllar y El Espinar han contabilizado 6,47 y 5,86, respectivamente, lo que las sitúa lejos de Aranda de Duero (66,69) e Íscar (33,43) pero en situación de alerta. A ellas, como a otras veinte del resto de Castilla y León, la Junta les ha recomendado evitar las reuniones de más de diez personas y restringir al máximo el contacto social y la exposición en lugares cerrados, paso previo al confinamiento.

El alcalde de El Espinar, Javier Figueredo, recuerda que en su caso cuatro de los cinco positivos se han detectado en una misma familia y que los parámetros de la Junta no tienen en cuenta que su municipio alcanza estos días los 30.000 vecinos. Pero no faltan los motivos para la preocupación. Primero porque a la Administración autonómica no le está temblando el pulso para decretar el aislamiento de las zonas con más contagios, y segundo porque el número de infectados en la provincia de Segovia ha subido un 162 por ciento en los últimos 14 días respecto a las dos semanas inmediatamente anteriores.

Segovia contiene la respiración tras aislarse Íscar y Aranda

De los 16 que se sumaron a las estadísticas globales entre el 10 y el 23 de julio se ha pasado a 42 entre el 24 de julio y el 6 de agosto. Es verdad que cualquier comparación con las cifras de marzo y abril da la razón a los que consideran que ahora se está generando un alarmamismo injustificado, pero puede ser un aviso. Más si se gira la vista hacia Aragón, que en estos momentos es la región europea con más casos –567 por cada 100.000 habitantes– y una presión hospitalaria al alza. Las personas que han requerido ingreso por la covid-19 no han dejado de aumentar en los últimos días, aunque las autoridades de la comunidad aragonesa han aclarado que están lejos de los registros alcanzados en abril.

En este sentido, Segovia apenas ha experimentado cambios desde que finalizó el estado de alarma. El pasado 24 de julio se alcanzó la cota más baja, con solo un paciente ingresado en planta y ninguno en la Unidad de Cuidados Intensivos, y este jueves había cinco en la zona de hospitalización y cero en el espacio destinado a los críticos, donde afortunadamente no son testigos de un fallecimiento a causa del coronavirus desde el 16 de julio.

La consejera de Sanidad de la Junta, Verónica Casado, insiste no obstante en la importancia de no bajar la guardia. En el caso de nuestra provincia le dan la razón la subida de los casos activos en Atención Primaria –que incluyen los sospechosos que aún no han sido confirmados y que este miércoles marcaron su cifra más alta desde el 14 de junio (483)– y sobre todo los brotes que se han declarado.

A fecha de 6 de agosto había tres (en Chañe, San Rafael y Campo de Cuéllar) y habían provocado 21 positivos y 85 contactos en estudio. Fuentes de la Administración autonómica reconocían que el jefe del Servicio Territorial de Sanidad, encargado de encabezar el seguimiento epidemiológico de los casos, se encontraba desbordado a pesar de las nuevas incorporaciones llevadas a cabo en la plantilla de rastreadores. De 17 se ha pasado a 40, de manera que Segovia cumple con las ratios de un rastreador por cada 5.000 habitantes que aconsejan los expertos en este ámbito para llevar a cabo una labor efectiva en el objetivo de evitar la transmisión comunitaria.

Nuestra provincia también sigue reforzándose en el apartado de infraestructuras hospitalarias, aunque la solución adoptada pueda ser discutible sobre todo mientras no haya plazos concretos para la construcción de un segundo hospital. Esta semana han comenzado las obras para la ampliación del espacio de Urgencias al mismo tiempo que se instalaban los módulos prefabricados que lo harán posible. El fin último es que exista un doble circuito de entrada a Urgencias para que no se mezclen los pacientes sospechosos de coronavirus y los que acudan por otras dolencias. Para ello ha sido necesario desalojar los despachos de los directivos, que se reubicarán en esos módulos prefabricados que se han adquirido en régimen de alquiler.

Una inversión que se une a la realizada para ampliar también las camas de UCI existentes y que demuestra que existe la convicción entre las autoridades de que hay que estar preparados ante una posible segunda oleada de la covid-19. De momento la incidencia acumulada en Segovia en los últimos 14 días (27,42 casos por cada 100.000 habitantes) se sitúa muy por debajo de la media de España (72,23). Como curiosidad, los mayores problemas se concentran en el medio rural. Mientras que Villacastín y Riaza se encuentran ‘en amarillo’ por haber sufrido más de 2,5 contagios en los últimos siete días, además de Cuéllar y El Espinar ‘en naranja’, Segovia capital se hallaba este jueves prácticamente libre de covid. Tan solo se han registrado dos positivos en el centro de salud Segovia I y uno en Segovia II, por ninguno en San Lorenzo. También invita al optimismo el paisaje en las residencias, donde solo hay tres casos activos.