Luquero contesta a los hosteleros: "No a ranchitos privados"

ICAL
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La alcaldesa negó con rotundidad que se pueda llegar a negociar la instalación de terrazas totalmente cerradas en el centro de la ciudad para los meses de invierno, como piden los hosteleros

Ejemplo de cerramiento de una terraza climatizada en otra ciudad

La alcaldesa de Segovia, Clara Luquero, afirmó hoy con rotundidad que el equipo de Gobierno no contempla autorizar terrazas cerradas y permanentes en el centro de la ciudad porque no están dispuestos a que se hagan “ranchitos privados” en la zona histórica porque “no me parece coherente” que existan estas estructuras privadas en un entorno que es “Patrimonio de la Humanidad”, abriendo la posibilidad de estudiar “alguna separación con alguna estética”.

Clara Luquero negó que se pueda negociar la instalación de terrazas totalmente cerradas para los meses de invierno porque el Gobierno municipal no contempla que se puedan “hacer ranchitos privados” en el casco histórico, tal y como han propuestos desde la Agrupación de Industriales Hosteleros de Segovia, para poder combatir el frio.

La alcaldesa explicó que la Concejalía de Obras y Servicios, que gestiona el edil Miguel Merino, retomará la redacción de la ordenanza de ocupación de la vía pública con terrazas en la vía pública que se quedó pendiente en el anterior mandato corporativo, consensuando “en la medida de las posibilidades”, lo que pueda beneficiar a la hostelería y lo pueda beneficiar a la ciudad.

Luquero remarcó que el planteamiento no puede ser lo que “los hosteleros quieren y ya está” ya que la función del Ayuntamiento es conciliar, “esa es nuestra responsabilidad”, sin perjudicar los intereses de la hostelería que es “un sector económico importante” y que “genera empleo”, con el interés general. La alcaldesa sentenció que ésta es la línea de trabajo y “no voy a dar más detalles porque hay que ponerse con ello”.

En su opinión, hay que hablar de los temas porque en todo hay siempre “un término medio razonable”, por ejemplo, entre exigir que todo el mobiliario de las terrazas se tenga que guardar en el interior de los establecimientos y que un hostelero se vaya de vacaciones dejando las sillas apiladas, atadas al pilar más próximo a la Catedral, en los soportales de la Plaza Mayor, y “tapadas con una lona azul”.