"Traspasaré un país con las cuentas en orden"

Elías L. Benarroch (EFE)
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Cinco años después de ponerse al frente del Gobierno, el presidente considera que dejará a su sucesor una nación mejor, no teme que se investigue su gestión una vez deje el poder y aspira a volver a dedicarse al humor, del que está "enamorado"

"Traspasaré un país con las cuentas en orden" - Foto: Jose Jacome

Lenín Moreno no concurre a las elecciones presidenciales que celebra este domingo Ecuador y, de hecho, ha mantenido un férreo distanciamiento de la campaña. Eso sí, asegura que traspasará el Gobierno «con las cuentas en orden» y no como «emboscada», como la que, asegura, heredó de su predecesor en 2017. 
En un balance de lo que ha sido su mandato, también reconoce que hace unos días que ha comenzado a sentir «alivio» después de que el país andino empezase a recibir las primeras vacunas contra el coronavirus, una crisis a la que no podrá ganar desde el poder.

 

En tres años ha dado un golpe de timón a las relaciones exteriores, sobre todo, con EEUU. Algo que contrasta con las de su predecesor, Rafael Correa, y su vínculo con China, Venezuela y Cuba.
Desde el inicio de mi gestión, incluso antes, había manifestado que íbamos a refrescar nuestras relaciones internacionales. ¿Cómo no hacerlo con el principal socio comercial del Ecuador, EEUU? ¿Con Europa, con Japón? Nos habíamos acercado exageradamente a países a los cuales no vendíamos ni un banano, en los que no habitaba un solo ecuatoriano, no como EEUU, que tenemos, que sé yo, dos o dos millones y medio de migrantes. 

 

No ha manifestado apoyo a ningún candidato. ¿Qué le parecen las alternativas políticas? 
Cualquiera que sea el candidato que el pueblo elija, sabremos respetarlo. Lo que sí les pido, en términos generales, es que no hagan ofertas exageradas que después no puedan cumplir, porque luego se vuelve un lastre, y se lo digo porque me ha pasado a mí.

 

Su gestión se ha caracterizado por el desmantelamiento de estructuras y del ideario correísta a nivel gubernamental, económico y hasta legal. ¿Por qué rompió con Correa?
Cuando él me visitó en 2016 para proponerme a la Presidencia, ante una pregunta mía me dijo textualmente: «Lenín, vas a poder gobernar a tu manera. Yo me iré a Bélgica a preocuparme de mi familia, que ya los he descuidado 10 años». Y cuando le leí la carta que había enviado sobre dialogar con todos los movimientos políticos, estuvo completamente de acuerdo. Incluso con lo de mejorar las relaciones internacionales con aquellos países que se habían descuidado.

 

¿Por qué habla entonces de «emboscada»?
¡Me encontré con la mentira! Me encontré con que se había dejado un país que no era un país, que no era un Gobierno. Era una emboscada, que no estaba preparada para mí pero que me cayó a mí. Yo no iba a ser candidato y tenían a otro (Jorge Glas), pero las encuestas decían que perdería. Si fueron a buscarme no es porque tenían confianza en mí, sino porque sabían que era el único que podía ganar.
Dejaron 650 obras mal hechas, cargadas de corrupción, y una deuda que había prácticamente quintuplicado su valor. Y, además, estaba cargada de corrupción.

 

¿Cuándo empezó la ruptura?
Desde el primer momento empezaron a criticar mi gestión. Desde el discurso de investidura, cuando él (Correa) se retiró del Parlamento y empezó una ráfaga de críticas.


¿O sea, desde su primer día como presidente?
Sí, por parte de él. Y por parte mía cuando me encontré un país que, falsamente, él decía que lo había dejado en otras condiciones.

 

¿No conocía usted las cuentas del Gobierno?
Siempre se sospecha, pero yo creía en la palabra del presidente. Cuando yo realicé mi gestión como vicepresidente me dedique exclusivamente a lo que se me había encargado, y lo hice de manera excelente. Se nos dijo que dejaban el país con la mesa servida y no fue verdad.

 

Ahora que deja el poder en mayo, ¿teme usted algún revanchismo político o judicial en caso de que el correísmo recupere el Gobierno?
No, no me preocupa. Suelo preocuparme poco por el futuro.

 

Miembros del correísmo han anunciado que, si ganan, se investigarán conductas dentro del actual Gobierno.
Si quieren investigarme bienvenidos sean. Lo que sí recomiendo es no romper la institucionalidad. No volver a meter la mano en la Justicia. No hay nada más desesperante para un ser humano que no creer en la institucionalidad.

 

¿Cuáles son sus planes a futuro?
Lo que venía haciendo antes: escribir. Antes de la primera candidatura a la Vicepresidencia, yo daba charlas y vendía mis libros de humor. Lo hice porque me encontré en un momento en que el humor tenía efectos analgésicos. Tenía un dolor terrible que me obligó a pasar cuatro años tirado en una cama después de que me dispararan. Cuando descubrí su efecto analgésico, me enamoré del humor.

 

¿Cuál sería su Ecuador ideal, el país que tanto como presidente, como ciudadano, querría ver de aquí a 10 años?
Un Ecuador que tenga mejores gobernantes y mejores ciudadanos. Ese es el Ecuador que quiero ver.