Bancos con ruedas

Sergio Arribas
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En sus pueblos no hay cajeros ni oficinas bancarias. Rosina, Victoria, Pedro o Asunción son algunos de los vecinos que hacen uso de sucursales móviles, como los 'ofibuses' de Bankia, que alcanzan 91 municipios y recorren 7.000 kms al mes en Segovia.

Un empleado de Bankia atiende en el 'ofibus' a Josefa, vecina de Zarzuela del Monte. - Foto: Rosa Blanco

En la Plaza de la Fuente, a pocos metros del ayuntamiento de Ortigosa del Monte, cuatro mujeres y un hombre, octogenario, apoyado en una garrota, esperan de pie, en relajada conversación. Se han dado ‘la vez’. Cada uno ya sabe detrás de quien le toca subir. Llega el autobús verde, con los colores y anagrama de Bankia. Nada más aparcar, el conductor, empleado de Alsa, se apresura a instalar una escalera metálica para permitir el acceso al autocar. «Buenos días, ya estamos aquí», les saluda José Domingo Velasco, con chaqueta y corbata, el empleado de Bankia que atenderá esta mañana a estos vecinos de Ortigosa, de 586 habitantes.

Lo hace en uno de los ‘ofibus’ que tiene la entidad para dar servicio a las localidades que no cuentan con oficinas físicas y, con ello, evitar la exclusión financiera. El autobús es una sucursal rodante y en ella se puede hacer la práctica totalidad de operaciones bancarias habituales. También están equipados con cajeros automáticos para facilitar la extracción en metálico.

Dentro del autocar hay una pequeña sala de espera, con cómodos asientos, antesala de la ‘ventanilla’ donde despacha José Domingo con los clientes. El sol y las suaves temperaturas, inusuales en febrero, hacen que los vecinos prefieren esperar su turno a pie de autobús.

Una puerta separa la zona de atención al público, garantizando la privacidad de las operaciones.Una puerta separa la zona de atención al público, garantizando la privacidad de las operaciones. - Foto: Rosa Blanco

Rosina Antoranz, de 85 años, que está acompañada por su hija Rosa María, sabe, sin género de duda, los días en que el ‘banco con ruedas’ visita su pueblo. «Antes llegaba dos veces al mes. Ahora solo una, el tercer viernes de cada mes», comenta Rosina, que no cuestiona la escasa frecuencia con la que el ‘ofibus’ para en su pueblo. Tampoco encuentra pegas su hija, que llega a desvelar una de las grandes ventajas de la oficina rodante, como es la atención personalizada en ventanilla. «Aquí sí que te actualizan la cartilla y en las sucursales te obligan a hacerlo en el cajero», afirma Rosa María.

Al tiempo que Rosina sube la escalera para «actualizar su cartilla y sacar efectivo», Victoria Barreno y Ascensión María esperan su turno mientras explican el motivo de uso del ‘ofibus’. «Me viene divinamente porque, aunque mi marido tiene coche, yo no sé conducir», afirma la primera, en referencia a que, de no existir el ‘ofibus’, tendrían que desplazarse a Otero de Herreros, a siete kilómetros, donde sí hay oficina física de la entidad.

Muchos vecinos del pueblo se desplazan a Otero, aunque no los de mayor edad, los más perjudicados por el cierre de oficinas —77 en la provincia en la última década— y que son los beneficiarios y principales usuarios de estas sucursales móviles.

Uno de los dos 'ofibuses' -un tercero se comparte con Ávila- que recorren la provincia, en la Plaza de la Fuente, en Ortigosa.Uno de los dos 'ofibuses' -un tercero se comparte con Ávila- que recorren la provincia, en la Plaza de la Fuente, en Ortigosa. - Foto: Rosa Blanco

En España existen 4.109 municipios sin sucursal bancaria, 580 más que en 2008; 165 localizados en la provincia de Segovia, afectando al 21,9% de su población (unos 33.000 habitantes). Lo dice un informe del Banco de España, en el que justifica el cierre de sucursales en los municipios más pequeños en la necesidad de las entidades de adaptar su red al descenso demográfico que sufre el medio rural.

Aunque, como se asegura en el mismo informe, la falta de acceso a una oficina bancaria «no implica necesariamente» una exclusión financiera, en referencia a las medidas adoptadas por las entidades, con la instalación de cajeros y oficinas móviles en zonas rurales.

A raíz de la crisis financiera «Europa nos obligó a racionalizar de forma exigente nuestra red de sucursales. Para atender a estas poblaciones y no dejarlas en exclusión financiera creamos en 2014 el ofibus», comenta el director de zona Segovia centro-sur de Bankia, José Gabriel García. Los ‘ofibuses’ suplen aquella ingente red de oficinas que implantó por la provincia la extinta Caja Segovia y que, en los municipios más pequeños, dejaron de ser rentables tras su integración en Bankia, heredera de la antigua Caja Madrid.

Este mismo día, el ‘ofibus’ tuvo parada previa en Zarzuela del Monte, de 505 habitantes, que llegó a tener una oficina de Caja Segovia y otra del Banco de Santander. El ajuste bancario las clausuró hace años, en tanto que en la cercana localidad de Villacastín (1.493 habitantes), frontera con la provincia de Ávila, que dista 8 kilómetros de Zarzuela, existen cuatro sucursales de diferentes entidades.

Pedro Moreno es cliente de Bankia y usuario de su ‘ofibus’. «Nos viene muy bien, porque no tienes que andar cogiendo el coche para ir a Villacastín. Todos nos haremos mayores y no podremos conducir, como le ocurre ya a mucha gente mayor del pueblo», afirma Pedro, ya jubilado, que toda la vida regentó una pequeña tienda en Zarzuela, un pueblo que ha perdido casi un centenar de habitantes en la última década. «Si nos quitan servicios, pues menos gente querrá vivir aquí. El ‘ofibus’ es un servicio que ayuda a la población, sobre todo para la gente mayor», asegura.

Hasta 200.000 operaciones se realizaron en 2017 en los ‘ofibuses’ de Bankia, el doble que el año anterior, según precisa el director de zona Segovia centro-sur de la entidad. Recalca que, con este servicio, la entidad evitó la exclusión financiera de casi 20.200 personas residentes en 341 municipios de todo el territorio nacional.

11 ‘ofibuses’. Son 11 ofibuses los que recorren, en horario de ocho de la mañana a seis de la tarde, de lunes a jueves, y los viernes hasta las tres de la tarde, localidades de las provincias de Ávila, Castellón, Ciudad Real, La Rioja, Valencia y Segovia. Bankia tiene cinco ‘ofibuses’ en Castilla y León, dos en la Comunidad Valenciana y La Rioja y uno en la Comunidad de Madrid y Castilla-La Mancha.

En Segovia, operan tres, dos por la provincia y uno compartido con pueblos de Ávila. La entidad atiende a 91 municipios segovianos. «Hacemos más kilómetros que en ningún sitio. Segovia es la provincia de toda España donde más municipios atendemos y supone una referencia a nivel nacional», comenta el directivo de la entidad. Los ‘ofibuses’ recorren en Segovia una media de 7.000 kilómetros al mes.

Emilia López vive en Madrid casi todo el año, aunque pasa también largas temporadas en Zarzuela del Monte, pueblo de su marido. Es la primera vez que usa la sucursal bancaria móvil. «El coche lo tiene mi marido. Así no le tengo que molestar para que me lleve a Villacastín», explica la mujer que considera que la presencia del ‘ofibus’, pese a ser beneficiosa, no deja de ser un servicio que suple la ausencia de una ‘oficina física’ . «Había dos sucursales, ahora ninguna. Se han perdido muchas cosas, como la discoteca. Para reunirse la gente joven ya solo tenemos el salón del pueblo», comenta.

Menos servicios. «Un pueblo vive mientras tiene servicios», razona, por su parte, Javier Lens, profesor jubilado, que lleva 13 años en Zarzuela del Monte, donde trabaja su mujer como enfermera en el consultorio médico. «El colegio aún funciona, aunque me temo que en el momento en que el número de niños sea insuficiente, lo cerrarán. Y si no hay trabajo, no aumenta la natalidad. Tenemos consultorio y farmacia, dos tiendas y dos bares. ¡España solo tiene bares y aquí solo hay dos! Para mí esto es un claro indicativo de que la población va decayendo y el día en que los pocos servicios que hay desaparezcan, este pueblo ha muerto», afirma Javier. 

«Hay que deslocalizar las fábricas —añade— y traerlas a zonas donde haga falta asentar población. Aquí no hay industria para que la gente joven se quede. La pequeña esperanza es que fructifiquen los planes de nuevas empresas en Villacastín. Si se crean esos puestos de trabajo, posiblemente mucha población joven que pensaba marcharse, finalmente se quede».

Javier hay utilizado hoy por primera vez los servicios del ‘ofibus’. «Lo hago hoy por comodidad, porque yo sí tengo posibilidad de coger el coche. Suelo ir a Villacastín. Éste es un servicio muy básico, muy necesario sobre todo para la gente mayor que no tiene coche o que, por edad, ha perdido la capacidad de conducir. Si desaparecen servicios, será la muerte de este pueblo y de todos los de alrededor».

«La mayoría son personas mayores, aunque también acude gente joven, en menor proporción», comenta, por su parte, el empleado de Bankia, José Domingo Velasco, que desvela cómo el usuario más longevo del ‘ofibus’ es Isabel, con 103 años. La anciana no pierde la oportunidad de acercarse al autocar, acompañada de su hija, cuando acude a su pueblo, Santo Tomé del Puerto.

El ‘autobús bancario’ acude en días predeterminados a los pueblos. Sus habitantes suelen conocer de la llegada del autocar ‘verde’ por los anuncios que los distintos ayuntamientos colocan en los tablones de las casas consistoriales. El ‘ofibus’ acude una o dos veces al mes a cada uno de los pueblos, en función del número de residentes y necesidades financieras. Tras Zarzuela del Monte y Ortigosa el ‘ofibus’ sigue su recorrido. Hay días que visita hasta cinco localidades en una sola jornada. Y hoy no será distinto.