Diez años de sangría poblacional y 160.000 habitantes menos

David Alonso
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La sangría poblacional no cesa y la región baja de los 2,4 millones de habitantes por primera vez. Castilla y León pierde 100.000 personas desde 2014, 9.616 de ellas durante el último año, y marca su mínimo histórico desde que hay registros

Una mujer camina por un municipio de la Comunidad. - Foto: Eugenio Gutiérrez

La herida poblacional castellano y leonesa sigue sangrando sin que por el momento se perciba una solución, quirúrgica o paliativa, que alivie el problema. Por décimo año consecutivo, Castilla y León volvió a perder población en 2019, cuando registró 9.616 habitantes menos y rebasó por primera vez en la historia desde que hay registros, la barrera de los 2,4 millones de habitantes, marcando un nuevo mínimo. La revisión del Padrón municipal publicado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) fija la población de la Comunidad a fecha 1 de enero de 2019 en 2.399.548 habitantes. O lo que es lo mismo, 100.000 menos que hace un lustro, cuando en la región vivían casi 2,5 millones, es decir, un cinco por ciento más de población.

El boom demográfico al calor de la burbuja inmobiliaria dibujó una realidad ficticia que, una vez explotado el ladrillo, arroja una perdida de 163.000 personas desde que el padrón autonómico comenzase en 2010 una cuesta abajo de la que todavía no ha encontrado el suelo. Desmenuzando todavía más las cifras, durante la última década Castilla y León ha visto menguar su población en una media de 45 personas al día. O lo que es lo mismo, la sangría demográfica autonómica se ha llevado por delante en diez años el equivalente a la población de toda la ciudad de Burgos –la segunda capital más grande de la Comunidad–.

Unas cifras que, al cierre de esta edición, no motivaron ninguna reacción política, sindical ni empresarial durante la jornada de ayer. En este caso, no existe brecha de género y Castilla y León perdió durante el último año casi el mismo número de hombres (4.962) que de mujeres (4.654), manteniendo la predominancia de las féminas (1.218.147) respecto a los varones (1.181.401) en la región. Según el documento, Castilla y León fue la autonomía que más habitantes perdió en cifras absolutas, aunque en términos relativos bajaron más en Asturias (1.022.800) y Extremadura (1.067.710), donde la población descendió un 0,5%, con 5.444 y 5.153 personas menos. Asimismo, también perdió el 0,1% de su población Galicia (2.699.499), 2.244 habitantes. Por el contrario, creció más en Baleares (1.149.460), un 1,8 por ciento, con 20.552 habitantes más; y Madrid (6.663.394), un 1,3 por ciento, que sumó 85.315.

Los datos difundidos por el INE constatan que todas las provincias perdieron habitantes a excepción de Soria, curiosamente, la más afectada por el problema de la despoblación. En este sentido, la provincia soriana sumó 36 habitantes, hasta los 88.636.

Los territorios más afectados por la pérdida de habitantes fueron Zamora y León. La primera redujo su población un 1,2 por ciento y la segunda un 0,8 por ciento y perdieron 2.010 y 3.745 personas, respectivamente, hasta los 172.539 y 460.001. Palencia sufrió una merma poblacional, en su caso, del 0,7 por ciento, con 1.055 palentinos menos, hasta los 160.980, según informa Ical.