La conspiración de Vargas Llosa

Agencias
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El escritor peruano analiza en su nuevo libro 'Tiempos recios' las maniobras de los Gobiernos latinoamericanos del siglo XX para consumar golpes de estado y derrocar democracias

La conspiración de Vargas Llosa - Foto: Juan Carlos Hidalgo

El escritor peruano Mario vargas Llosa ha querido preguntarse en su nuevo libro, Tiempos recios (Alfaguara), que presentó ayer en Madrid, por qué y cuándo se perdieron los países latinoamericanos, unos Estados que parecen ir a la deriva, no solo Venezuela o recientemente Perú, sino todos los territorios centroamericanos, e incluso Argentina y Brasil. A este respecto, el Nobel contesta: «Un país, salvo casos excepcionales, no se jode en un día» y que, en el caso de América Latina, la «independencia» fue un proceso «mal hecho». 

«En la novela hablo de una región odiosa, detestable y con violencia que es la de los dictadores. Pero afortunadamente hoy ya no existen esas dictaduras militares, aunque sí haya dictaduras ideológicas como las de Venezuela, Cuba o Nicaragua y democracias imperfectas impregnadas de populismo», lamentó el autor. 

En Tiempos recios, Vargas Llosa aborda la participación de la CIA en el golpe contra el presidente guatemalteco Jacobo Árbenz, a comienzos de la Guerra Fría. «He trabajado con libertad e imaginación, pero había hechos básicos imposibles de alterar», señaló. 

De manera secundaria, la obra trata del auge del comunismo en América Latina para dejar de lado el apoyo a las democracias. «Nuestra responsabilidad en el fracaso de Latinoamérica es enorme, no fallaron los dictadores, lo hicimos nosotros. Pero tener conciencia de eso abre una gran oportunidad», añadió. 

La aparición de dictadores en esa época supone para el autor hablar «del horror, de un mundo de injusticia y atropellos sistemáticos en el que no existía la libertad». «Todo ello por unos dictadorzuelos que son personajes mínimos, lamentables y mediocres y que se quedaron 20 años en el poder», criticó. 

Para Vargas Llosa, estos sistemas militares no fueron resultado de un solo día, sino de un largo proceso durante el cual Latinoamérica «perdió muchas oportunidades». «La independencia se ha hecho mal e incluso ese proyecto fracasó en vida de Bolívar: descubrió que los propios libertadores querían ser dictadores de los países que habían liberado», recordó. 

En cualquier caso, celebró que en la región «la dicotomía entre dictadura militar y revolución comunista haya desaparecido» y cuente con «más oportunidades» para salir adelante gracias a que «la mayoría de los países cuentan con Gobiernos elegidos». 

Incluso hizo un alto en el discurso para centrarse en su Perú natal, apoyando la decisión del presidente de la República, Martín Vizcarra, de disolver el Congreso. «Apoyo absolutamente ese cierre de un Congreso de analfabetos y pillos y espero que en enero los compatriotas voten mejor», señaló. 

Vargas Llosa explicó que el origen de esta novela, conectada con el dictador Trujillo sobre el que ya escribió en La fiesta del chivo, surge de una historia que le cuenta un periodista hace tres años en Santo Domingo. Precisamente, retomaba la implicación de Trujillo en el golpe militar contra Árbenz que situó en el poder a Carlos Castillo Armas.

El escritor decidió investigar y se encontró con un asesinato, el de Castillo Armas tres años después de llegar al poder, que es «uno de los mayores secretos de la Historia y que nunca se resolverá». «Lo único seguro es que la versión oficial, la del asesinato por parte de un soldado comunista, es falsa», concluyó.