Repunta la tuberculosis bovina en explotaciones de Segovia

D. A.
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En dos meses se ha pasado de 8 a 40 explotaciones con positivos en los análisis a algunas de sus vacas, según la Agrupación de Defensa Sanitaria Sierra de Segovia, que cuestiona la prueba porque «la mayoría de casos declarados no se confirma después»

Repunta la tuberculosis bovina en explotaciones de Segovia

Casi un centenar de ganaderos acudía el pasado 7 de febrero a Torrecaballeros para asistir a una asamblea convocada por la Junta Directiva de la Agrupación de Defensa Sanitaria (ADS) Sierra de Segovia ante el repunte de casos de tuberculosis bovina. El 27 de febrero se celebró otra en Villacastín, en este caso convocada por la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) por el mismo motivo, y atrajo a «70 u 80», según estima el presidente de la ADS, Alfonso Velasco. «El desconcierto, malestar e inquietud es más que evidente», ya que señala que a principios de año había ocho explotaciones declaradas positivas y «actualmente ya son en torno a 40», afirma. Demandan más información a la Junta, que «no aclara cuántas vacas han dado positivo», pero ya serían un número importante porque en cada una de las explotaciones afectadas «se han detectado tres, cuatro, seis o incluso decenas». Incluidas explotaciones que tenían su historial limpio desde hace muchos años.

También El Día preguntaba esta semana a la Junta por tal repunte y, efectivamente, aún no da datos: «Estamos en plena campaña de saneamiento, por lo que no se puede hacer una evaluación global hasta que esté finalizada en la provincia», explicaron desde la Dirección General de Producción Agropecuaria: «Hay muchos factores a estudiar como la prueba en piel, el estudio epidemiológico, los posibles aislamientos laboratoriales, el histórico sanitario de las explotaciones ganaderas, etcétera. Todas estas variables se analizan a lo largo de la campaña y no será hasta el final cuando se pueda hacer una valoración», concluyeron.

La ADS Sierra de Segovia, por su parte, cree que «las circunstancias no están del todo claras». «Algunos ganaderos desconfían de la sustancia inoculada en la piel de los animales para la prueba de la tuberculina», con la cual se analiza la reacción en la piel del animal (medida con un cutímetro) a los tres días de su aplicación, comprobando así su posible incremento de grosor. «Otro aspecto que también ha tenido que ver ha sido la llegada de un veterinario de la empresa Eulen», subcontratada por la Junta para tales saneamientos. «Este señor estuvo en la provincia de Ávila en 2019 y acumuló múltiples quejas y denuncias debido a su actitud un tanto altiva y prepotente», asegura el presidente de la ADS. «A comienzos de este año le derivaron a Segovia, donde ha generado mayor inquietud y malestar por el marcado de muchas vacas de dudosa positividad y un trato inadecuado hacia los ganaderos, haciendo que muchos se hayan negado a realizar estas pruebas con él por falta de confianza». La ADS envió un escrito el 7 de febrero al Servicio Territorial de Agricultura y Ganadería para solicitar que este veterinario no realizase ningún saneamiento ganadero más y, según Velasco, ha sido trasladado.

Mapa de incidencia máxima de tuberculosis en animales elaborado por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca con datos de 2018 (el más reciente).Mapa de incidencia máxima de tuberculosis en animales elaborado por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca con datos de 2018 (el más reciente).

La tuberculosis se puede contagiar de los animales a las personas, «pero la posibilidad es muy remota» y «las personas infectadas en España son muy pocas, la mayoría emigrantes que la contrajeron en su país de origen», subraya la ADS.

El presidente del Colegio de Veterinarios de Segovia, José Miguel Gil Sanz, por su parte, también apunta que la prevalencia de tuberculosis en personas en España es muy baja, y que muchos positivos en vacas en la primera prueba no se confirman cuando éstas, una vez sacrificadas, son sometidas a nuevos análisis en los que ya no se detectan lesiones propias de la enfermedad. 

Causas. La fauna silvestre es un claro factor de riesgo, ya que hay unas 50 especies que pueden transmitir esta enfermedad, y «estudios sobre muestras recogidas en monterías vienen a concluir que entorno al 40% de los jabalíes están infectados de tuberculosis, siendo grandes reservorios y transmisores de esta enfermedad», al estar «en contacto y convivencia con la ganadería extensiva», de nuevo según la ADS. Gil Sanz coincide en apuntar esa causa y añade otra, «la bioseguridad», en alusión a la necesidad de que el ganado sea atendido siempre con las debidas condiciones higiénico sanitarias para prevenir los contagios.

Aunque pueda sonar extraño para los no iniciados, la tuberculosis bovina sigue presente en casi toda España. Según el mapa de incidencia más reciente del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, elaborado con datos de 2018, sólo se libran la provincia de Pontevedra y Canarias, la única Comunidad completamente limpia. Ya en 1989 se puso en marcha el Programa Nacional de Erradicación de la Tuberculosis y, en la actualidad, su incidencia suele ser inferior al 1% de las explotaciones, salvo excepciones por repuntes.

«Pero como va a seguir habiendo casos positivos, los ganaderos queremos que estas explotaciones positivas puedan hacer movimientos a cualquier cebadero y desde el primer día, siempre que el destino final sea un matadero y no la exportación», matiza Velasco. Actualmente, cuando se registra un caso positivo, la explotación afectada es inmovilizada de inmediato. «No podemos hacer ningún movimiento de ganado, viéndonos obligados a destetar y cebar los terneros a la intemperie, en malas condiciones y a merced de los lobos», ya que la mayoría de las explotaciones de ganado extensivo carece de naves o cobertizos. «La indefensión del ganadero en esta prueba es tal que no tiene derecho a un contraanálisis y queda a criterio de la decisión de un veterinario contratado», prosigue. Y «cuando se produce un caso positivo, los animales de la explotación deben someterse a un nuevo saneamiento en 60 días». Según la cantidad de vacas infectadas, el ganadero se expone a un vaciado sanitario, es decir, el sacrificio de todo su ganado, en lugar de mandar al matadero sólo a las que hayan dado positivo en la prueba inicial.

Meses atrás se creó se creó un grupo de trabajo a petición de la Junta con organizaciones agrarias y asociaciones de ganado vacuno, aparte de la propia Administración regional, «para elaborar un protocolo de flexibilidad», y «ha habido pequeños avances, dependiendo de la prevalencia a la enfermedad en las distintas provincias de la región, aprecia Velasco. Mañueco anunció precisamente en febrero que se modificaría la Orden que regula la lucha contra esta enfermedad para «acortar los plazos de restricción (las ganaderías vaciadas deben pasar un tiempo así), limitar el número de pruebas a realizar y los animales que son objeto de esas pruebas, siempre con plenas garantías sanitarias», subrayó.

Entretanto, la ADS destaca que se cuentan por «miles» las vacas que se sacrifican cada año en Castilla y León por los saneamientos ganaderos. En el sacrificio se toman muestras de tejidos para realizar su cultivo y verificar si existe la enfermedad y «alrededor del 80% de las vacas analizadas dan negativo, pero para entonces ya no hay remedio y se sacrifican multitud de no enfermas». «Ante esta situación, la Administración debería devolver la calificación sanitaria perdida a estas explotaciones y, además, pedir perdón por el perjuicio, pero no sucede ni una cosa ni otra», critica Velasco, mientras la Administración «se excusa en que quizás no ha pasado el tiempo suficiente para que se produzca la carga bacteriana necesaria capaz de infectar los tejidos de donde cogen las muestras de los cultivos». Un argumento que deja dudas entre los ganaderos: «¿No ha pasado tiempo suficiente o las vacas marcadas nunca tuvieron la enfermedad? La prueba a la que someten al ganado no es ni fiable ni segura», opina. «Son más de 30 años realizando saneamientos ganaderos y la situación actual es muy parecida a la de los inicios», de ahí que piensen que «este no es el camino a seguir» y que la Dirección General de Sanidad Animal en Castilla y León «necesita un cambio». 

«A nuestros políticos se les llena la boca hablando de la España vaciada y deberían saber que son muchos los ganaderos de nuestros pueblos que quieren abandonar la actividad del vacuno extensivo debido a las inmovilizaciones del ganado, limitaciones en aprovechamientos de pastos y perjuicios económicos por este sacrificio indiscriminado de vacas que en su mayoría no están enfermas», insiste el presidente de la ADS de la Sierra de Segovia. «Los saneamientos producen en los ganaderos noches sin dormir y un estrés continuado por el temor a un vaciado sanitario que te obligue al sacrificio de toda la explotación, llevándose consigo el esfuerzo, trabajo e ilusión de toda una vida». Y el repunte de casos, un escenario que eleva la preocupación de todos.