El guitarrista Vicente Amigo y el flamenco son partes indivisibles el uno del otro, porque, como él mismo reconoce, «el flamenco no es una ciudad de donde uno se pueda marchar, es algo que echa raíces en uno y ya va con él a todos los lugares». Bajo esta premisa, con un concierto enmarcado en su gira Memoria de los sentidos, Amigo (Guadalcanal, Sevilla, 1967) será el encargado de inaugurar hoy el escenario del Baluarte de Pamplona en la VII edición del festival Flamenco On Fire, un encuentro joven pero que ya se ha convertido en todo un referente del Flamenco, reuniendo a las grandes figuras del género en un macro homenaje al maestro Sabicas.

Con su álbum Memoria de los sentidos decían que volvía al flamenco, pero no tengo la sensación de que se haya ido nunca ni tampoco de que tenga intención de irse.
Me encanta que usted tenga esa sensación. Es la misma que tengo yo. El Flamenco no es una ciudad de donde un flamenco se pueda marchar. Es algo que echa raíces en uno y ya va con él a todos los lugares, ya forma parte de ti.

No se puede hablar de este disco sin mencionar a Paco de Lucía, ¿qué supuso él para usted?
Paco ha sido el guitarrista flamenco más grande que yo he conocido. Gracias a él yo toco la guitarra flamenca.

¿Qué siente cuando toca este instrumento?
De todo (se ríe), pero trato de sentir mi centro para intentar así dar todo el amor a los demás. Si las circunstancias lo permiten es la mejor manera que tengo de abrazarme al corazón de las personas y también de entender quizás mi existencia.

¿Cree que la música puede sentirse con los cinco sentidos o, al menos, evocarlos?
Ojalá. Lo que sí creo es que los sentidos tienen memoria o, al menos, la memoria tiene un lugar para cada uno de ellos.

¿Desde que comenzó a tocar la guitarra supo que quería vivir de ello?
No, supe que quería vivir con ello. Hasta hoy he tenido la suerte de vivir de ello también y, aunque vivir de algo conlleva mucha responsabilidad, no deja de ser un privilegio. Además, todo el mundo vive de algo. Realmente mis primeras intenciones eran tener un aliciente en mi existencia que llenara mi vida, pero esto no tiene nada que ver con poder llegar a subsistir de ello.

Son ya muchos años dedicándose a esto, ¿ha cambiado mucho Vicente Amigo en todo este tiempo?
Creo que he cambiado poco, más allá de las arrugas y canas que salen. Ahora más que nunca siento que el mayor refugio para mí es aprender, aprendiendo me siento como cuando era un niño y yo creo que sigo siéndolo.

Cuando la música tiene letra parece más fácil ponerle un título, ¿le cuesta mucho hacerlo con sus canciones?
Bueno, hay que ponerle un título y se le pone. Te haces osado y tratas de ser poeta ahí, pero lo que más cuesta es lo que hay detrás de ese título, que es la música.

¿A la hora de crear sus temas la inspiración le llega o tiene que salir a buscarla?
Llega de vez en cuando, pero siempre la estoy buscando.

El del Flamenco On Fire será su primer concierto tras el inicio de la pandemia, ¿qué se siente al volver al escenario después de todo lo que ha pasado?
Es como empezar de nuevo. La verdad es que me siento extraño y a la vez tengo la enorme ilusión de dar lo mejor de mí al público de Pamplona.

¿Cómo ha vivido la situación generada por el coronavirus y el confinamiento?
La he vivido componiendo y, dentro de todo lo malo de esta situación, más unido que nunca a mi familia. Yo estoy acostumbrado a estar encerrado por mi trabajo, pero esta cuestión no deja de ser dramática.

¿Cree que habrá artistas profesionales a los que la pandemia les deje por el camino?
Desgraciadamente esta situación está haciendo muchísimo daño a todas las personas que trabajamos en algo no esencial. Y no me cabe la menor duda de que hay artistas que lo están pasando mucho peor que yo. También los hay que han colgado los trastos, al menos hasta que todo esto pase, que ojalá sea pronto.

¿Tiene algún nuevo proyecto en mente? ¿quizás un nuevo disco?
Sí, siempre. En este confinamiento he grabado lo que será mi próximo disco. Deseo que les guste.