Pasada las cuatro de la tarde ha quedado visto para sentencia el juicio contra Juan Francisco Cárdaba, propietario de la planta de compostaje de Fuentepelayo. El acusado, que se ha negado a responder a las preguntas de la fiscalía y de la acusación, se enfrenta a una pena de dos años de prisión por un delito contra el medioambiente. La Fiscalía ha elevado a definitivas sus conclusiones tras escuchar al acusado y a 14 testigos. Uno de los últimos, un técnico del Instituto Nacional de Toxicología, que ha declarado por vídeoconferencia, ha señalado que la cantidad de basuras existente contaminó los suelos. El abogado del acusado ha intentado argumentar durante toda la vista que no se llegó a poner en riesgo la salud del agua y del suelo.

La acusación popular, con Ecologistas en Acción y la plataforma No Más Mierda, ha realizado una valoración positiva de la vista, tras considerar que ha quedado demostrado que la basura contaminó el suelo y el agua, y de continuar en el tiempo esta planta hubiese puesto en peligro el riesgo del arroyo Malucas.