Para ganar a un rival que es netamente superior necesitas hacer un muy buen partido y tener una pizca de fortuna. Ante el Elche, la Segoviana cumplió con lo primero pero careció de lo segundo. En ningún momento pareció inferior a su rival, al que tuteó durante muchos minutos sin renunciar a su estilo de fútbol de asociación.

Además, la mejor versión del equipo de Manu González emergió en el momento más dificil. El gol de Mourad, tras un posible fuera de juego y una mala salida de David, puso a prueba el compromiso con la eliminatoria de la Segoviana, que respondió al golpe con personalidad. Mereció empatar.

Su mejor oportunidad llegó al poco de comenzar la segunda parte. Dani Calleja se agenció un penalti, pero Asier se estrelló con el larguero. Ni así renunciaron los azulgrana a sus opciones de avanzar de ronda. Volvieron a la carga con buen fútbol y valentía. Sólo falló la puntería.

La que sí que tuvo el Elche, que sentenció a diez minutos para el final con un bingo desde el punto de penalti. Pero todavía faltaba el epílogo. Javi Marcos se rompió y la Segoviana tuvo que acabar el partido con diez futbolistas. Una dolorosa despedida para una brillante puesta en escena en esta remozada Copa del Rey que ya no vivirá más capítulos esta temporada en La Albuera.