Laura de Jesús Sen (Segovia, 1987) fue elegida el pasado 15 de diciembre para formar parte de la Ejecutiva de la Confederación Española de la Abogacía Joven (CEAJ), una organización que representa a más de 50.000 profesionales en toda España.

¿Qué objetivos se marca en esta nueva responsabilidad?

La abogacía es una profesión exigente, de constante adaptación a los cambios jurisprudenciales y normativos que se producen, y tremendamente solitaria. Por ello, uno de los objetivos de la Confederación Española de la Abogacía Joven (CEAJ) es ayudar a que el inicio de la profesión sea menos duro, apostando por la formación continua y la suscripción de convenios que nos ayuden a la adquisición de distintos materiales que nos son necesarios para nuestros ejercicio diario. Asimismo, queremos trasladar y llevar a efecto las inquietudes y reivindicaciones del colectivo joven, con el fin de posicionar a la abogacía joven en el lugar que merece dentro de las instituciones. Considero que la abogacía joven tiene mucho que aportar tanto a la profesión como a la sociedad.

¿Tienen poca voz los jóvenes en la abogacía?

CEAJ aglutina a las distintas agrupaciones y federaciones de abogados jóvenes que existen en los distintos colegios de abogados del territorio nacional, lo que supone que representa a cerca de 50.000 profesionales de toda España. Por ello el papel que ejerce cada agrupación o federación en su respectivo territorio es fundamental para la abogacía joven, pues CEAJ al final es la voz de todas ellas frente a las instituciones. Lo que pretendemos es potenciar la labor realizada por todos y cada uno de nosotros, en los distintos puntos de la geografía española, para hacer así una abogacía joven más fuerte y unida. En la actualidad CEAJ participa en todas las comisiones de trabajo del Consejo General de la Abogacía Española, teniendo además voz pero no voto en el pleno de este. Una de nuestras mayores reivindicaciones es precisamente esa, la de conseguir tener no sólo voz en el pleno sino también voto.

¿Cuáles son las principales dificultades a las que se enfrentan los abogados jóvenes?

Uno de los mayores problemas en los inicios de la profesión es la figura del falso autónomo, tan extendida, desgraciadamente, en nuestra profesión. Una encuesta realizada a nivel nacional por CEAJ puso de relieve que casi la mitad de los jóvenes abogados trabajan por cuenta ajena pero mediante una relación mercantil con el despacho profesional para el que trabajan. Desde CEAJ estamos trabajando, junto con el Consejo General de la Abogacía, para erradicar esta figura a través de la modificación del Real Decreto que regula la relación laboral especial de nuestro colectivo.

Antes de final de año protagonizaron concentraciones los abogados en toda España por el impago del turno de oficio. ¿Está suficientemente reconocido este servicio?

Personalmente considero que está poco reconocido por parte de los poderes públicos. Por ello una de las constantes reivindicaciones es precisamente esa, que se dignifique el trabajo que realizamos todos los letrados y letradas adscritos al turno de oficio, pues somos los garantes de que los legítimos derechos de los ciudadanos no se vean mermados por la capacidad económica de la que dispongan. Lo que venimos reclamando es que los módulos de compensación económica que percibimos sean acordes con el riguroso trabajo que prestamos, así como que exista un calendario de pagos puntual que impida demoras en el pago, tónica habitual por parte del Ministerio de Justicia. 

En general la Justicia vive un momento de cierto descrédito por el tema del impuesto de las hipotecas, de la elección del CGPJ... ¿Dónde cree que radica el problema de esta mala imagen?

La institución que garantiza la división de poderes en un estado democrático y de derecho es la Administración de Justicia. El problema radica cuando, en lugar de impulsar una separación real de poderes, lo que se pretende es politizar al poder judicial. Me entristece profundamente que los ciudadanos, con las noticias de los últimos meses, estén perdiendo la confianza en la justicia. 

También está en el disparadero la Justicia Digital. ¿Qué le parece cómo está funcionando?

En este punto se ha comenzado la casa por el tejado. No se puede imponer una justicia digital y obligar a que todos los profesionales nos adaptemos a este cambio sin dotar previamente a la Justicia de los medios necesarios para ello. El famoso ‘papel cero’ está resultando un auténtico fracaso pues, como señaló recientemente en una entrevista el magistrado y juez decano de Valladolid, don Emilio Vega González, ‘ahora hay tres veces más papel en los juzgados que antes del expediente digital’. El intento de digitalizar la Justicia está conllevando verdaderos quebraderos de cabeza para todos los operadores jurídicos, pues supone trabas constantes a nuestro trabajo diario, con sistemas informáticos que no disponen de capacidad suficiente para su misión y que dan fallos continuamente.

Nadie mejor que los jóvenes seguramente para liderar cualquier cambio. ¿Pero están suficientemente formados? Me refiero sobre Justicia en general, no sólo acerca de los nuevos entornos digitales.

Los jóvenes abogados están igual o más preparados que los compañeros más veteranos. Hay que tener en cuenta que actualmente para ejercer la profesión no basta con cursar el grado en Derecho sino que se requieren una serie de requisitos específicos, como son la realización  de un máster y superar un examen de acceso convocado por el Ministerio de Justicia. Como ya he manifestado anteriormente, la abogacía es una profesión dinámica, lo que exige una formación permanente y un constante reciclaje legislativo y jurisprudencial. Por ello desde CEAJ apostamos por la formación continua y queremos dotar a la web de CEAJ de un aula virtual, donde podamos subir información, enlaces de ponencias realizadas por las distintas agrupaciones en sus respectivos colegios, realizar una base de vídeos formativos de derecho procesal en las distintas jurisdicciones...