Dos años de cárcel a un empresario que abusó de menores

Nacho Sáez
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La Audiencia Provincial de Segovia le ha absuelto de uno de los abusos y de la tenencia de pornografía infantil.

Dos años de cárcel a un empresario que abusó de menores

Un empresario segoviano ha sido condenado a dos años de prisión por corrupción de menores por haber propuesto a una adolescente acudir a un local de intercambio de parejas a cambio de dinero. También tendrá que pagar una multa de más de 16.000 euros por haber abusado sexualmente de esa misma menor y de otra. Esas penas, sin embargo, son notablemente inferiores a las que solicitaban la Fiscalía y las acusaciones particulares ya que la Audiencia Provincial de Segovia ha absuelto a I. J. M. de otro delito de abusos sexuales contra una tercera adolescente y de tenencia de material pornográfico infantil y ha concluido que, en los abusos sexuales que sí se han probado, no hubo engaño ni abuso de superioridad y la cita se había llevado a cabo a propuestas de los menores.
Los hechos se remontan a 2018. Desde años antes, el ahora condenado mantenía relaciones sexuales a cambio de dinero con una mujer cuya hija se puso en contacto con él a través de Facebook con el objetivo de que le prestara dinero para celebrar su cumpleaños. Le entregó 90 euros sin que pasara nada, pero a partir de ese momento mantuvieron un contacto continuo. A veces él le pedía a ella que le dejara tocarla de forma lasciva y, en otras ocasiones, le solicitaba fotos o vídeos sexuales. Todo a cambio de dinero, según la sentencia.

Quedaban en su coche en las proximidades de la gasolinera de Padre Claret y de la plaza de toros o en Tabanera del Monte. Hasta que un día la menor llevó a dos amigas bajo la premisa de que «podían sacarle dinero al acusado si le contaban cosas bonitas o si le zorreaban un poco», según consta en el relato de hechos probados de la sentencia. «Qué buenas estáis» o «me estáis poniendo cachondo» fueron algunos de los comentarios que I. J. M. realizó a las menores, a las que ese primer día tocó las piernas. Al día siguiente, mientras, metió la mano por el interior de sus muslos e intentó subir más allá con intención libidinosa, pero las menores se apartaron y él no continuó con los tocamientos. También las propuso acudir a un local de intercambio de parejas en Madrid a cambio de dinero.

Se enfrentaba a penas que podían alcanzar los 28 años de prisión, pero es probable que ni siquiera entre en la cárcel. La Audiencia Provincial de Segovia le ha absuelto del delito de abusos sexuales respecto a la menor con la que quedaba más veces. Tanto ella como la madre se retractaron durante el juicio de buena parte de las acusaciones que realizaron durante la instrucción e incluso aseguraron que los tocamientos fueron consentidos. Sí que se cuestiona con mayor ahínco la legalidad de la tenencia por parte del condenado en su móvil de los vídeos y fotos sexuales, pero en este caso el tribunal concluye que no tenía porqué conocer su edad. «El perfil de Facebook de [..] hacía constar que era mayor de edad y asimismo el visionado de las fotografías obrantes en autos permiten valorase que efectivamente se trataba de una chica que no aparentaba la edad que tenía sino que aparentaba ser mayor», apunta la sentencia.

Lo mismo ocurre con otra de las menores para que se le haya aplicado un tipo más leve del abuso sexual. Le dijo que tenía 18 años. «Era factible dada la complexión de la menor», afirma el fallo, que no defiende lo mismo respecto de la tercera adolescente: «En el juicio […] ha afirmado de forma rotunda y repetida que le dijo que tenía quince años. […] La complexión de […], apreciada directamente por la sala en el momento del juicio, hace que aparente menos edad de la que tiene, al contrario de lo que sucede con las otras dos menores, de forma que respecto de ella no podía caber al acusado duda alguna, salvo un deliberado intento de negar lo que sus sentidos percibían, de que […] era una adolescente menor de edad».

Al final I. J. M. ha salido bien parado de este juicio, aunque tendrá que pagar sendas indemnizaciones de 2.000 euros a dos de las menores, a las que no se podrá acercar tampoco a menos de 200 metros ni comunicarse por ningún medio durante un periodo de cinco años. Contra la sentencia, que también concluye que los abusos sexuales no fueron continuados, lo que hubiera agravado las penas, cabe recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León.