El Torreón de Lozoya saca sus joyas

A.M.
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La Fundación Caja Segovia abre un nuevo museo, con 950 obras en un espacio expositivo de 700 metros cuadrados distribuido en 17 salas, donde muestra la mayor parte de sus fondos artísticos

Una de las salas del nuevo museo - Foto: A.M.

La Fundación Caja Segovia está a punto de ver cumplida una de sus aspiraciones más ansiadas, como es la creación de un museo con los fondos  artísticos que fue adquiriendo la entidad de ahorro a lo largo de su historia, desde finales del siglo XIX, concluida en 2012 en una fusión fría que conllevó a la creación de Bankia, ahora unida a CaixaBank.  

Una vez concedida la licencia de primer uso, tras obras de reforma interior y de instalaciones, en las que ha invertido en torno a 350.000 euros, la primera semana de septiembre se reunirá el patronato de la fundación, con el fin de fijar la fecha de apertura del espacio museístico, en el que se incluye su contenedor, el histórico Torreón de Lozoya, construido hacia el siglo XV, posiblemente uno de los edificios de arquitectura civil más destacados con que cuenta Segovia, junto al Alcázar.  

Distribuidas por 17 salas, organizadas temáticamente,  con unos 700 metros cuadrados de exposición, se mostrarán un total de 950 obras, seleccionadas de un fondo de 1.222, por lo que se dejan almacenadas las de algunos artistas que no pueden estar por falta de espacio, pero se colocarán en su día,  porque a este museo se le considera como un «ente vivo».Además, se suman 17 obras donadas o prestadas en depósito por instituciones públicas y coleccionistas privados.

Con idea de abrir hacia mediados de septiembre, teniendo en cuenta que falta el proceso de selección de personal,  en torno a seis empleos, el visitante se encontrará con gran parte del legado artístico que la Caja fue atesorando a lo largo de su existencia, llevándose a cabo una labor de musealización con el fin de que pueda realizar una contribución al panorama museístico de Segovia. Por este motivo, se centra en el arte contemporáneo segoviano, sección de la que carece el Museo Provincial, según el director de la fundación, Rafael Ruiz. 

bloques. El visitante encontrará una colección organizada en grandes bloques, comenzando por uno dedicado a la historia de Caja Segovia, explicando cómo se conformó este legado, para continuar por el paisaje, el género que más abunda dentro de la plástica contemporánea segoviana, la figura humana, el objeto y el papel del grabado y la acuarela. 

En su reunión, el patronato también fijará el precio de entrada y si se establece diferencia para aquellos visitantes de Segovia, como otros museos. Podría oscilar entre cuatro y cinco euros. El torreón forma parte del material expositivo, no solo por su valor histórico artístico, sino porque la torre está incluida en la sección del paisaje. Ruiz sostiene que «uno no puede entender la fascinación de los artistas segovianos por el paisaje si no termina viendo el paisaje real, el torreón constituye el mejor mirador para disfrutar de todo el entorno de Segovia y de la ciudad».

Prácticamente se cuenta con obra de todos los artistas contemporáneos de Segovia, desde los años cuarenta del siglo pasado hasta nuestros días,  algunos referencia del arte actual, así como todos los acuarelistas segovianos. 

La Caja, además, contaba con varias líneas de coleccionismo, como 450 monedas y medallas que se fueron comprando con el criterio de que estuviera representado todo lo que hubiera sido acuñado en Segovia, cristal de La Granja, cerámica de Daniel Zuloaga, un buen número de fotografías de Unturbe y más de un centenar de grabados y estampas de Segovia,  desde el siglo XVI al XX, con una buena representación de artistas segovianos y extranjeros, fundamentalmente para ilustrar libros.  De esta forma, obras históricas comparten  espacio con el arte contemporáneo. 

Por otra parte, la sala de exposiciones, donde ahora se exhibe la obra de Rembrandt, se pretende mantener para este tipo de muestras, con entrada gratuita, buscando un criterio diferente al de otros espacios dedicados a artistas contemporáneos, como el Museo ‘Esteban Vicente’ o el Palacio de Quintanar. De hecho las anteriores se centraron en Dalí y Durero. 

Ruiz asegura que aspiran a «volver a recuperar ese tono de foco cultural importante que, además, genera riqueza en Segovia», cuando alcanzaban 115.000 visitantes anuales, en tiempos de la Caja, sin mostrar el edificio, como se realizará ahora. 

El presidente de la Fundación Caja Segovia, Javier Reguera Garcia, ha considerado este proyecto como «esencial» para la institución, reconociendo que «ha costado varios años» sacarlo adelante, por lo que se mantienen «muy ilusionados», también en la idea de  que se integre dentro de la ruta cultural y turística que oferta la ciudad.   

Con un presupuesto anual en torno a los 700.000 euros, Reguera no oculta que «de cómo se desarrolle la vida del museo y cómo respondan los visitantes dependerá también la salud económica de la fundación, que debemos reforzar aún más». Aparte de las subvenciones, los ingresos dependen del patrimonio y hay locales difíciles de dar salida en el sector inmobiliario, como los antiguos espacios que ocupaba el campus de la Universidad de Valladolid (UVa) en el edificio Mahonías o frente a la iglesia de Santa Eulalia, en la calle José Zorrilla.

Reguera destaca el apoyo de Caixabank –que también ha patrocinado la exposición de Rembrandt, traída de Italia, ampliada un mes más–  que, en su opinión, «desde el principio, ha ayudado con fuerza, en los proyectos ya en marcha y en las conversaciones que hemos mantenido se puede esperar una colaboración muy firme entre ambos».  El presidente no oculta que el museo es el «símbolo más importante» de la fundación, pero aclara que se desarrollan más actividades sociales y culturales.