«Estamos mejorando pero no se puede excluir que tengamos un repunte en estas últimas semanas, sobre todo coincidiendo con el final del curso escolar». El jefe de Pediatría del Hospital General, Carlos Santana, todavía no quería este miércoles lanzar las campanas al vuelo tras unos meses de mayo y junio especialmente intensos en su servicio debido a un pico «inusual» de los contagios de virus respiratorios infantiles. La bronquiolitis, la enfermedad causada por esos virus entre niños que más preocupa, ha llenado las consultas de Atención Primaria y hasta una planta del Hospital General en plena primavera y no en otoño y en invierno, como solía ser habitual.
«Nosotros aquí en el Hospital hemos pasado de no tener ningún ingreso diario e incidencias de cero durante semanas a tener cuatro o cinco ingresos diarios y tener la planta casi llena de niños con bronquiolitis», señala Santana. La situación ha sido similar en otros puntos del país. Según los datos más recientes publicados por la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica, las enfermedades respiratorias agudas –dentro de las que se incluye la bronquiolitis– volvieron a aumentar en la semana 25 (de 217 casos por cada 100.000 habitantes se pasó en siete días a 221) y las mayores tasas de incidencia fueron notificadas de 0 a 4 años.
Este grupo de edad registra una tendencia ascendente desde la semana 10 del calendario epidemiológico en el conjunto de España. En Segovia no se sabe con exactitud ya que, al no tratarse de una enfermedad de declaración obligatoria –al contrario que la gripe o la Covid-19–, el Servicio Territorial de Sanidad no recoge datos. Sin embargo, el cambio estacional detectado ha puesto el foco en esta patología, que puede llegar a ser grave en menores de dos años y sobre todo en niños que aún no han cumplido los seis meses. Todavía no hay un consenso en la comunidad médica y científica acerca de los motivos que han provocado este pico, pero sí que circulan algunas teorías en ese mismo entorno. «Sí que sabíamos que al aplicarse las medidas de prevención del coronavirus (la distancia social, las mascarillas y el lavado de manos) iba a influir positivamente en la disminución de las infecciones por virus. Se prevenía el coronavirus pero también otras infecciones. Quizás se hayan relajado las medidas, aunque nos consta que en los centros escolares han seguido con todas las medidas», indica el jefe de Pediatría del Hospital General en una primera explicación.
Otra podría tener que ver con un componente social: «Tenemos la percepción también de que el número de niños que asisten a la guardería se ha ido incrementando conforme ha mejorado las cifras de afectación por coronavirus. Esto ha podido ser un factor de propagación». La tercera hipótesis que maneja el doctor Santana apuntaría a un factor biológico. «Los microbiólogos también especulan sobre lo que se denomina nichos en cuanto a los lugares que ocupan los distintos virus, puede haber competencia entre ellos y desplazarse unos a otros. El lugar del coronavirus ha podido ser ocupado por otros virus más habituales».
«Cuando hay un virus dominante desplaza a los demás. Pasa con este tipo de enfermedades. Además, el nicho de población de los niños, que otros años se habían ido contaminando a lo largo del curso poco a poco, esta vez no se han contagiado por las medidas de precaución o por la incidencia del coronavirus y por eso en esta época la población susceptible es mucho mayor que en un año normal y corriente», abunda el jefe del Servicio Territorial de Sanidad en Segovia, César Montarelo. Los niños que enferman de bronquiolitis suelen empezar con un cuadro catarral y en los o tres días siguientes van añadiendo tos, dificultad respiratoria, moco y, en los casos graves, pausas de apnea y afectación general. «Es diferente de la bronquitis, que se define por la inflamación de bronquios de mayor calibre. Las bronquitis ocasionan más tos, producción de moco y no afectan tanto a la respiración y a niños tan pequeños», remarca el doctor Santana.
Para evitar los contagios recomienda extremar el cuidado. «Las medidas de prevención que hemos utilizado contra el coronavirus nos han venido muy bien para evitar la transmisión de infecciones virales y nos pueden servir de lección. Hay que ser muy cautos con los contactos en ambientes propicios al contagio y especialmente en niños por debajo de dos años y mucho más en los niños por debajo de tres meses. Hay que tratar de evitar la exposición a infecciones muy virales en sitios cerrados donde pueda haber mucha concentración de personas», concluye el jefe de Pediatría del Hospital General.