El director de Drylock, ante la nueva crisis económica

D. A.
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«Vamos a necesitar empresas con alma, que pongan a sus trabajadores por delante», señala el director general de la fabrica segoviana de Drylock, Miguel Ángel González

Miguel Ángel González, director general de Drylock en Segovia.

¿Qué lectura hace de la situación en que se encuentra la economía segoviana ante semejante crisis sanitaria?

Es obvio que confluye una gran pandemia sanitaria con un grandísimo colapso en todo el sistema económico. La provincia de Segovia tiene apuntalado el sector primario de una manera muy potente, pero también es verdad que el efecto sobre la capital, que está muy vinculada a los bienes y servicios, y sobre todo al turismo... La situación es realmente explosiva. 

¿Qué le parecen las medidas económicas que ya se han ido adoptando a lo largo de estas semanas? 

Las medidas adoptadas están muy bien desde el punto de vista del enunciado, pero creo que el punto de vista práctico pasa lo mismo que con la falta de respiradores en la sanidad. Incluso aún con poca perspectiva del caos en el que estamos ahora sumidos, la situación desde luego no es nada halagüeña, ni muchísimo menos. Retomando la comparación que decía antes, se trata de que igual que la falta de respiradores puede traer como consecuencia que un paciente no pueda salir adelante, la falta de liquidez de las empresas en estos momentos, desde un punto de vista puramente práctico, puede llevar a… En estos días, muchas empresas, muchos autónomos, van a tener que pagar cantidades importantes, facturas que les llegan a final de mes tanto de alquiler como de seguros, de material que hayan comprado, etcétera, cuando llevan 15 días absolutamente parados. Con otros 15 esto será una catástrofe, y en ese sentido, esa necesidad inmediata de liquidez es lo que yo a día de hoy desgraciadamente no veo que esté operativa, lo cual supone una mezcla absolutamente explosiva.

¿Qué iniciativas plantearía para facilitar la reactivación económica cuando pase el Estado de Alarma?

Yo creo que el análisis debe hacerse de manera pormenorizada, sector por sector, porque es obvio que nada tiene que ver un autónomo con un pequeño comercio o con un bar de la esquina, que desde luego va a tener que seguir funcionando. Sector por sector debería hacerse un análisis de cuáles son las necesidades más urgentes para que no veamos el campo de batalla absolutamente lleno de cadáveres cuando nos despertemos de este grandísimo sueño terrible, porque entonces eso sería un segundo impacto, desde el punto de vista también social, ante el cual no sé si sociedades como la nuestra están muy preparadas. Sector por sector y descendiendo hacia los niveles que sean más urgentes para poder reactivar, que además será algo lento, porque tendrá que ser lento también. Los mínimos resortes para que nadie se quede atrás, que para mí es lo más importante ahora mismo, más allá de que lo más importante es el tema de salud, por supuesto. Y luego cada uno en el ámbito de sus posibilidades, pues obviamente yo creo que aquí el tema de la solidaridad va a ser también absolutamente fundamental. Que cada uno en su pequeño ámbito sea capaz de poner encima de la mesa soluciones, porque si no la situación será más dramática de lo que es en estos momentos. 

¿Teme que esto pueda ser peor que la crisis de 2008?

Sin lugar a dudas que será peor ahora. Hay que tener en cuenta que la crisis de 2008 afectó de manera clarísima a todo el sector financiero a nivel global, pero es que aquí se mezcla otra cosa. La mezcla de ahora es tan explosiva porque tenemos un tema de salud también a nivel global con un tema de paralización, por circunstancias precisamente de salud, de todo el proceso productivo; y por lo tanto nada tiene que ver, pero nada, con la situación de 2008. Es una situación absolutamente novedosa. Por eso yo últimamente estoy dándole vueltas a un concepto que me parece fundamental: aquí tienen que aparecer las empresas con alma. Con empresas sin alma será imposible que podamos remontar una situación como esta. Una empresa con alma es evidentemente la que pone por delante la situación de sus trabajadores. Para muchas empresas los ERTE serán absolutamente necesarios, pero también hay grandes corporaciones que tienen otro tipo de flexibilidad para sus trabajadores y no puede ser que después de esto nos encontremos con un panorama donde el porcentaje de paro se haya disparado por encima del 30%. Por eso pienso que ahora mismo tienen que aflorar las empresas con alma, me parece fundamental.