La mayoría de menores con discapacidad sufren acoso

SPC
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El INICO y la Consejería de Familia dan a conocer el I Estudio sobre la situación de las mujeres con discapacidad en Castilla y León

La mayoría de menores con discapacidad sufren acoso - Foto: Nacho Valverde

Las mujeres con discapacidad menores de 18 años tienen sentimientos de baja autoestima, acoso o inseguridad y estos duran hasta que cumplen los 24 años. Ello determina que, a partir de los 25 años, e incluso un poco antes, algunas padecen problemas de depresión. Así lo pone de manifiesto el estudio sobre la situación de las mujeres con discapacidad en Castilla y León, elaborado por el Instituto Universitario de Integración en la Comunidad (INICO) y Cermi.

El  estudio de investigación, en el que participaron 526 mujeres de Castilla y León, refleja experiencias relacionadas con la total dependencia de los padres de estas mujeres, que aluden a las modificaciones en su hogar que han tenido que realizar y que les ha supuesto un gasto económico, según explicó María Cruz Sánchez Gómez en la presentación de las principales conclusiones de este estudio, elaborado con perspectiva de género y que centra su atención, sobre todo, en las mujeres con discapacidad que viven en el medio rural.

Las mujeres subrayan la importancia de cumplir con los derechos de las personas con discapacidad, hacen referencia a sus problemas de salud y la necesidad de medicación para su estado y evidencian sus dificultades para iniciar relaciones interpersonales.

Como conclusión general, Sánchez Gómez, aseguró que las mujeres encuentran los mayores escollos en la autodeterminación e inclusión, y quedan en un segundo plano las relaciones interpersonales y el bienestar físico.

Asimismo, hizo hincapié en que las participantes revelan problemas emocionales, tales como baja autoestima, que no son abordados por profesionales hasta que no derivan en depresión u otros problemas de salud mental más serios.

“Es necesario que este apoyo emocional esté presente desde los inicios de la manifestación de la enfermedad, cuando esta surge en el desarrollo evolutivo de la persona, y que se trabaje este aspecto desde etapas infantiles cuando la persona presenta la discapacidad desde el nacimiento”, destacó.

El estudio refleja también que el 33,7 por ciento de las mujeres encuestadas no tienen estudios; el 74,1 por ciento percibe menos de 11.500 euros y tan sólo un 4,2 por ciento se encuentra en el intervalo 20.000-30.000 euros. Además, el 53,4 por ciento de los ingresos recibidos proceden de una pensión y el 32,9 por ciento, del trabajo remunerado. “El 63,8 por ciento informa de que no ha sufrido discriminación. El 36,2 por ciento, por tanto, sí manifiestan sentirse discriminadas, destacando que se encuentran valores significativos en función del medio donde habitan, de los ingresos anuales y en mujeres con el certificado de discapacidad concedido”, aludió.

La presentación del estudio contó con la participación de la consejera de Familia, María Isabel Blanco, quien significó que las demandas de las mujeres con discapacidad pasan por exigir una mayor autonomía, mayores niveles de inclusión social que les permita una participación más efectiva en la sociedad, limitada por las barreras físicas o arquitectónicas y las “más difíciles de quitar como son las mentales o prejuicios que existen.

“Las mujeres con discapacidad tienen una necesidad de apoyo emocional. El estudio nos ha permitido conocer el valor que para ellas tienen el apoyo público que reciben. Nos consideran imprescindibles para darles más autonomía y dar descanso a sus familiares”.

Asimismo, subrayó que el estudio revela las carencias que sufre el colectivo en su vida diaria. “En Castilla y León hay 85.000 mujeres con discapacidad, que se enfrentan a una triple discriminación: por ser mujer, por tener discapacidad y por vivir en el medio rural, que propicia ese aislamiento social”, destacó.

Es por ello, que abogó por implicar al colectivo en las red de mujer rural y educar en igualdad y luchar contra la violencia de género. “Ponemos en evidencia la especial vulnerabilidad de la mujer con discapacidad y la necesidad de prestarle una especial atención”, incidió.

El estudio revela, según apostilló Blanco, que el 34 por ciento de las encuestadas revelaron que no tenían estudios, un “síntoma de lo que queda por avanzar", y defendió la validez de este estudio de investigación para el diseño de nuevas fórmulas de actuación que sean más eficaces.

Por su parte, el director del INICO, Miguel Ángel Verdugo, subrayó que el estudio evidencia que existen unas negativas “sociales, negativas e históricas” para discriminar a las mujeres con discapacidad, y agregó que sufren estereotipos “muy humillantes", que generan barreras mentales.