Regreso al paleolítico

A.M.
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Varios municipios segovianos quieren luchar contra la despoblación en la zona centro del curso del río Eresma revalorizando sus yacimientos arqueológicos

Atril informativo delante de unas rocas - Foto: Rosa Blanco

Varios municipios segovianos de la zona centro del curso del ríoEresma, en cuyos términos  municipales se encuentra el macizo de Santa María la Real de Nieva, que alberga un importante conjunto del Paleolítico Superior,  con 115 grabados, busca revalorizar este patrimonio arqueológico, así como otros hallazgos de diversas épocas, para luchar contra la despoblación.  

Con el respaldo de la Diputación Provincial, que apoya la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC), el proyecto que está impulsando la Asociación Amigos de la Pizarra y de la Arqueología (APIA) es aún más ambicioso, como que los grabados realizados entre 15.000 y 11.000 años antes de Cristo tengan la misma protección que los dos conjuntos más importantes del Paleolítico Superior de la Península Ibérica,  los de Foz Côa (Portugal) y de Siega Verde, en Salamanca, que están declarados Espacio Cultural Europeo y forman parte de la lista Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. 

FINCAS. Entre otras propuestas, APIA propone a la Administración provincial que lleve a cabo y coordine las actuaciones necesarias ante los ayuntamientos de Ortigosa de Pestaño, Domingo García, Migueláñez, Bernardos y Carbonero el Mayor, dirigidas a la adquisición de las fincas que sean de titularidad privada en las que se localizan grabados del Paleolítico Superior, con el fin de garantizar su protección, conservación y el acceso de los ciudadanos a ellos, prestando una atención singular al Ayuntamiento de Domingo García.

Jesús Pastor, presidente de APIA Jesús Pastor, presidente de APIA - Foto: Rosa BlancoEl presidente de APIA, Jesús Pastor García, explica que en la zona se encuentran varios yacimientos de importancia. Por orden cronológico de su adscripción cultural cita al Cerro de San Isidro, en Domingo García y las canteras que forman parte del conjunto de grabados del Paleolítico Superior, de las culturas solutrense final y magdaleniense antigua y media.

Para Pastor García, la declaración institucional de la Diputación «supone sacar del olvido este importante recurso de nuestro patrimonio arqueológico, pues estas representaciones artísticas son el testimonio de la presencia humana entre el 15.000 y el 11.000 antres de Cristo en esta zona de la provincia de Segovia rica en vestigios arqueológicos de épocas prehistóricas e históricas».  El Cerro de San Isidro, en Domingo García, reúne aproximadamente el 50% de los grabados, un total de 57, de los que 43 son figuras definidas de las cuatro especies zoomorficas que se representan: equidos, bóvidos, cervidos y caprinos, luego hay 14 que son trazos.  

Paradójicamente no cuenta con ninguna protección,  salvo una genérica referida al arte prehistórico.  El 13 de julio de 1979, la Dirección General de Patrimonio Artístico, Archivos y Museos incoó un expediente para su declaración como conjunto histórico-artístico y arqueológico, sin que, hasta el día de la fecha, haya sido resuelto, además de que se ha ignorado el hallazgo de 1992, sostiene Pastor.

APIA pide a la Diputación y a los ayuntamientos que que apoyen la petición que han realizado al consejero de Cultura yTurismo, Javier Ortega Álvarez, para que, «de una vez por todas»,  en su opinión,  se le de la protección que corresponde al macizo declarándole BIC a este importante recurso. Se refiere al macizo en el que hay ocho emplazamientos. 

El papel de los ayuntamientos afectados es fundamental, según el presidente de APIA, en coordinación y con la colaboración de otras administraciones –Junta de Castilla y León, Diputación Provincial y Administración General del Estado–, «puesto que deben articular los medios para hacer realidad las disposiciones legales». 

Por ello, la adquisición de los terrenos, en los que están estos grabados, es la primera medida paraprotegerlos, conservarlos y garantizar su acceso a los ciudadanos. Actualmente con vigilancia,  estos trazos de profundidad milimétrica han sufrido el ataque de los desaprensivos. SegúnPastor, «la mejor forma es que la gente lo conozca, las agresiones se hacen por adolescentes, hay alguna persona de más edad fruto del desconocimiento del valor artístico de todos los grabados».  

Se trata de rocas metamórficas (pizarras y esquistos).  En los afloramientos que ha habido por los movimientos de las placas tectónicas, en la orientación sur,  se encuentram estas representaciones artisticas, junto a otras de épocas posteriores, tanto postpaleolítica como de histórica, fundamentalmente medieval. También sale a la luz la actuación de personas que han dejado sus grafitis, el primero documentado se corresponde con  la época de la Guerra de la Independencia, de principios del siglo XIX y la última de escasamente hace dos años. 

De los postpaleolíticos e históricos se solicita del Gobierno regional la correspondiente catalogación e inventariado para que, una vez estudiados, puedan ser también declarados BIC.  En el Cerro de San Isidro, que cuenta con un pequeño centro de interpretación en el casco urbano de Domingo García, se encuentran las ruinas de la ermita del siglo XII con tumbas de forma antropomorfa muy desgastadas. 

EnBernardos, la segunda campaña de intervenciones arqueológicas en el Dolmen de Santa Inés,  el año pasado, sigue dibujando la personalidad y costumbres de la gente que habitó esta zona hace 6.000 años, a través de una tumba colectiva del Neolítico que es la primera de estas características que se excava en la provincia.

El dolmen de Santa Inés, junto con los yacimientos de Matabuey (Nava de la Asunción), el castro de la Peña del Moro (Navas de Oro) y el Cerro de Tormejón (Armuña), articulan el ‘Proyecto Eresma Arqueológico’, que busca investigar el devenir de diferentes culturas asentadas en la zona desde tiempos «pretéritos», pero además, también apuesta por el uso del patrimonio arqueológico como herramienta «vertebradora» y «dinamizadora» del medio rural segoviano y «fuente de riqueza» que redunde directamente en el medio rural.

En Bernardos también, próximo a Domingo García,  se encuentran los vestigios de una fortificación tardorromana, en el denominado Cerro de la Virgen del Castillo, declarado BIC. La construcción de este recinto fortificado se ha fechado a principios del siglo V después de Cristo, en un momento de gran inseguridad a causa de la cuestión sucesoria de Teodosio I, oriundo de Cauca (Coca).

En Navas de Oro se encuentra el yacimiento de la Peña del Moro,  con presencia del final de la Edad del Bronce.  Los trabajos arqueológocios dirigidos por RaúlMartínVela, como los del dolmen de Bernardos,  pudieron determinar un ritual de condena mediante el uso de fuego en una de las viviendas que se pudo datar mediante carbono 14 en torno al 1140 antes de Cristo.

En el conocido como Cerro del Tormejón, en Armuña, se ha documentado presencia celtibérica, romana y visigoda.  Después de 43 años que se hizo la primera excavación dirigida por Francisco  Gozalo, de acuerdo conJesús Pastor, el año pasado se ha vuelto a reabrir, «apareciendo cosas espectaculares, como el enterramiento de un  niño de entre cero y seis meses, dentro de una vivienda celtibérica, junto a huesos de una oveja, posiblemente de una ofrenda, aspectos muy interesantes que pueden dar mucho campo de actuación a esta zona de la provincia si la valoramos en conjunto no como hitos aislados».

El presidente de APIA entiende que todo este patrimonio histórico artístico «puede ser un elemento que articule y potencie esta zona deprimida poblacionalmente de la provincia de Segovia».