Proyectan una empresa de inteligencia artificial en Segovia

D. Aso
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Taiger, con sede en Singapur pero liderada por un segoviano, quiere abrir un centro con 150 empleados. Presentó el proyecto a la Junta el año pasado y espera alguna respuesta de cara a la captación de ayudas.

Taiger cuenta actualmente con una plantilla de 145 trabajadores, aunque prevé acabar este año con 200, terminar 2020 con 400 y rondar los 800 al año siguiente. - Foto: D.S.

La empresa de inteligencia artificial Taiger quiere abrir un centro en Segovia, en concreto una software factory, de desarrollo de programas, con previsión de generar 150 puestos de trabajo cualificados en sus primeros cinco años. Lo desvela su fundador, director ejecutivo y CEO, Sinuhé Arroyo, que no por casualidad es de esta tierra, aunque vive en Singapur, donde se encuentra la sede central de esta startup con apenas diez años de vida y un crecimiento meteórico en los dos últimos. Cuenta con otros centros u oficinas en Hong Kong, Dubai, Nueva York, México y Madrid. Este año prevé abrir en Tokio y Seúl, tiene «en lanzamiento» Vietnam, Indonesia e India; y la opción de Segovia, viva pero en stand-by, a la espera de resolver la captación de ayudas públicas que faciliten su llegada. 

Arroyo relata que presentó el proyecto a la exconsejera de Economía y Hacienda Pilar del Olmo en diciembre del año pasado, después de haber mantenido contactos previos con la Administración autonómica a través del delegado territorial, Javier López-Escobar. «Se lo tomaron súper en serio y desde Segovia se ha intentado por todos los medios cerrar algo antes de que se acabara el mandato anterior, pero en Valladolid van a otro ritmo, la situación política está difícil (con el nuevo Gobierno autonómico recién constituido) y el tema parece atascado porque hace varios meses que no sabemos nada, pero mantenemos la ilusión». El Día preguntaba por ello la semana pasada tanto a la Delegación Territorial como a las consejerías de Economía y Hacienda y de Empleo e Industria, pero ninguna de las fuentes oficiales consultadas ha aportado de momento información actualizada, ni positiva ni negativa, tras los contactos iniciales.

Sinuhé Arroyo avanzaba recientemente parte del proyecto que Taiger propone para Segovia en declaraciones a La 8, aprovechando una de las «dos o tres visitas» que hace cada año a su ciudad natal, y el martes 27 de agosto compartía unos minutos por teléfono con El Día, ya desde Singapur, para explicar sus planes con más detalle. 

Sede de Taiger en Singapur.Sede de Taiger en Singapur. - Foto: D.S.

La empresa. Taiger, nombre que reproduce la pronunciación de tigre en inglés, jugando a su vez con las siglas británicas de inteligencia artificial (AI) y la denominación económica de Singapur como ‘tigre asiático’ por sus altas tasas de crecimiento e industrialización, es la aventura tecnológica que Sinuhé Arroyo decidió emprender tras doctorarse en Inteligencia Artificial en Austria. Estudió Ingeniería Informática en Segovia, después la Superior en Málaga y un Doctorado de IA en Innsbruck, aparte de un MBA en Chicago.

De su trabajo de investigación en Austria surgió Taiger, especializada en la aplicación de la inteligencia artificial al sector financiero, legal, seguros y Administración pública. «Desarrollamos tecnología para extraer e interpretar el lenguaje escrito. Sacamos los datos (de distintos tipos de documentos digitales y físicos) para computaciones varias», explica, convirtiendo así la información en conocimiento ejecutable.

Entre sus principales clientes destacan el Gobierno de Singapur, Bank of America y el Banco Santander, que a principios de agosto recibía un premio por una iniciativa desarrollada por Taiger: «La apertura de cuentas bancarias en menos de 15 minutos sin ninguna intervención humana» por parte de la entidad financiera, según resume Arroyo. 

Sinuhé Arroyo.Sinuhé Arroyo. - Foto: D.S.

Sólo unas semanas antes, a principios de julio, Taiger también fue noticia por haber logrado recaudar 25 millones de dólares (22,5 de euros) de diversos inversores internacionales mediante una ronda de financiación, y su valoración se ha disparado así hasta los 110 millones de dólares, según la propia startup. «Los inversores nos han valorado de forma muy positiva, creen en el plan de negocio de la empresa, su facturación y perspectivas, así que han decidido apoyarnos, apostar por la empresa y por esta expansión internacional que estamos llevando a cabo», destaca el emprendedor segoviano, satisfecho de ver cómo Taiger se ha convertido en lo que, en el ámbito de las startups, se conoce como una empresa «en hypergrowth», en fase de hipercrecimiento.

En la actualidad son unas 145 personas las que trabajan para esta compañía, pero «al final del año» su plantilla habrá aumentado a 200, mientras sus planes de futuro le llevan a aventurar ambiciosas previsiones de «400 empleados el año que viene y 800 al siguiente».

Su proyecto en Segovia. El centro que quiere abrir en Segovia, una software factory, «consiste básicamente en una fábrica pero no de piezas físicas, obviamente, sino de líneas de código y programas». «Ahora que estamos en esta fase de hypergrowth necesitamos ampliar nuestra capacidad productiva de software para poder seguir creciendo y dando servicio a nuestros clientes, y ante esa necesidad de expandirnos nos llegamos a plantear distintas opciones», señala. En principio barajaron una terna de destinos tan dispar como Vietnam, India y Segovia, y fue por entonces, «hace más de un año», cuando dice que contactaron con la Junta con idea de captar apoyo público, si bien la reunión en Valladolid no fue hasta el 26 de diciembre.

«Vietnam tiene como puntos fuertes que cuenta con población joven y preparada; India, sobre todo los costes», y en el caso de Segovia, las razones eran varias: «Obviamente hay una motivación sentimental. Se trata de ayudar un poco y aportar un granito de arena para cambiar su modelo económico. Y bueno, estudié en la Escuela de Ingeniería Informática, allí hemos hecho cursos y hemos contratado a gente que sale muy bien preparada, así que se planteó, ¿por qué no?», relata.

Sin embargo, los plazos de la alternativa segoviana se han alargado más de lo esperado: «La empresa no se podía parar y, al ver que no avanzábamos en España, hemos lanzado lo de Vietnam e India porque, aunque se trata del mismo proyecto, en lugar de elegir, al final vimos que cada destino nos aportaba unas capacidades distintas».

Arroyo argumenta en ese sentido que, aunque los motivos sentimentales pesen, no bastan para determinar la estrategia de Taiger: «Yo al final represento a los inversores de la empresa y esa motivación por llevar el proyecto a Segovia también debe estar alineada con los costes». De cifras concretas declina hablar, si bien a modo de ejemplo, con cifras al azar, resume que «si llevar este proyecto a España vale cinco millones y llevarlo a Vietnam vale tres, los motivos sentimentales no pueden justificar esa diferencia económica. Así se lo planteamos a la Junta, dijimos que estábamos dispuestos, pero que es necesario un apoyo para que la base de costes no sea peor que en otras jurisdicciones y bueno, en principio notamos receptividad», pero de momento sin resultado.

No obstante, Arroyo asegura que la opción sigue abierta. «Es cierto que la oportunidad de trabajar en Segovia nos ilusiona mucho y ahora, después de haber conseguido más recursos con la última ronda de financiación, nos cuadra también desde el punto de vista geográfico, ya que Vietnam e Indonesia cubrirán una parte del mundo, y desde Segovia podríamos cubrir Latinoamérica», donde Taiger aspira a abrirse más mercado.

La software factory de Segovia asegura que generaría «unos 150 puestos de trabajo en un horizonte temporal de cinco años», cualificados y con mayoría de ingenieros informáticos, de ahí que sugiera recurrir a la escuela de la UVa. Y en cuanto a su hipotética ubicación, «eso es lo de menos», aunque descarta la posibilidad de alojarse en el Centro de Innovación y Desarrollo Económico (CIDE) del CAT. «Este tipo de empresas no se deciden porque haya un edificio u otro en una ciudad, vas donde hay talento, y después locales puedes encontrar los que quieras, aparte de que cada vez hay más teletrabajo. También está vacío el Colegio Universitario Domingo de Soto (el palacio Mansilla), por ejemplo», apunta. Pero antes habría que resolver la captación de apoyo público para cubrir costes, una cuestión mucho más compleja, lenta y con un desenlace todavía incierto.

De programar con el Amstrad en Basic a la inteligencia artificial 

Sinuhé Arroyo (Segovia, 1975) quería ser ingeniero industrial, acabó estudiando Informática en su ciudad y no parece que le esté yendo mal. ¿El responsable? Su padre. Le compró un Amstrad CPC cuando tenía 10 años, aprendió a programar Basic por su cuenta y así se fue metiendo en el mundillo. «Después de estudiar en la escuela de Segovia hice la Superior en Málaga y el Doctorado en Innsbruck, y a partir de ahí decidí arrancar el negocio con esa investigación que había llevado a cabo en Austria», relata. «Empecé a darle forma de producto y bueno, hace diez años que nos lanzamos a esta aventura y ahí seguimos», desarrollando aplicaciones de inteligencia artificial para la extracción y tratamiento de información obtenida de distintos soportes físicos y digitales, con soluciones adaptadas al sector financiero, legal, los seguros o la Administración pública.

La valoración de Taiger ya se ha disparado por encima de los 100 millones de dólares y entre sus clientes destacan el Gobierno de Singapur, Bank of America o el Banco Santander.

Taiger tiene su sede principal en Singapur, donde reside Arroyo; y cuenta con centros u oficinas en Hong Kong, Dubai, Nueva York, México y Madrid. Antes de acabar el año prevé abrir en Tokio y Seúl, están «en lanzamiento» extensiones a India, Vietnam e Indonesia, y Arroyo aspira a abrir una software factory en Segovia.De ahí la aspiración de Taiger de rondar los 200 empleados al acabar este año, 400 en 2020 y 800 en 2021.