"Segovia debe dar más servicio a las pequeñas comunidades"

A.M.
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Licenciado en Ciencias Políticas, fue director de campaña del expresidente Felipe González, entre 1977 y 1986. Secretario del presidente (1982-1986), con rango de subsecretario y secretario general de la Presidencia del Gobierno, hasta 1987.

Julio Feo, fotografiado durante la entrevista en la Plaza Mayor de Segovia - Foto: Rosa Blanco

Con 84 años recién cumplidos, Julio Feo Zarandieta, coordinador de las campañas electorales del expresidente Felipe González, desde 1977 a 1986, especialista en estudios de mercado, publicidad y consultoría de comunicación, vinculado con Segovia desde 1969,  donde reside en la actualidad, ve a este provincia con futuro aunque puntualiza que es preciso «dar más servicios a las pequeñas comunidades». Militante del PSOE, «durmiente», subraya que ha tenido la desgraciada experiencia de tener que conducir con alguien muy grave en el coche hasta el Hospital General porque, a su juicio, una cosa es estar en ca capital y otra a cincuenta kilómetros del centro sanitario.  

La imagen que tengo de Julio Feo es sentado al lado del conductor de un autobús de la caravana del PSOE llegando al Teatro Juan Bravo, en la Plaza Mayor, donde Felipe González dio el mitin de inicio de campaña en las elecciones de 1982 que le llevaron a La Moncloa, ¿cómo vivió aquellos momentos?

Fueron emocionantes y únicos, aún se movilizaban masas para ir a los mítines, los militantes pegaban carteles, no dependías de las redes sociales para hacer campañas electorales, como ahora. Para ser exactos eran dos autobuses, uno con la prensa y otro en el que íbamos un grupo de colaboradores de Felipe González, que nos pateamos España de arriba a abajo en los dos meses de precampaña y campaña.

¿El hecho de salir de Segovia tenía alguna razón especial?

Se recorrieron todas las provincias, no recuerdo eso, pero si comenzó aquí fue por conveniencia de itinerario. 

¿Cómo llegó a ser una de las personas de confianza de González?

Empecé a militar en el socialismo, en la Asociación Socialista Universitaria, en 1956, después me fui a estudiar a Estados Unidos, volviendo en 1967, y estoy con un grupo de gente donde estaba Miguel Boyer [exministro de Economía], y Roberto Dorado [exdirector del gabinete del presidente González], entre otros. Curiosamente éramos todos del Liceo Francés, y nos planteábamos la entrada en las Juventudes Socialistas, muchos nos negamos a hacerlo porque la dirección estaba en Touluse, mientras que los militantes se la estaban jugando aquí, en el interior. Formalmente entro en el partido después del congreso de Suresnes, en 1974. 

Conozco a Alfonso Guerra a quien planteo que Franco ya estaba enfermo,  que se iba a morir un día y que iba a pasar algo, que por qué no empezábamos a prepararnos para saber hacer elecciones. Lo consulta con Felipe, está de acuerdo, y montamos un chiringuito que se llamaba Instituto de Técnicas Electorales, donde empezamos a trabajar yendo al extranjero a ver cómo se hacían campañas. Fui una vez a Alemania con Guerra y Tezanos, un par de veces más solo a Alemania, y aprendimos… Además, luego llega la campaña de 1977 y Alfonso decide que yo sea el que vaya coordinando la campaña personal de Felipe, que es cuando empieza mi relación con él, que ya dura hasta 1987 que es cuando me voy de Moncloa. 

¿Por qué permanece un período corto en Moncloa, existió alguna razón especial?

No me quería profesionalizar en política, de hecho en 1982, cuando ganamos las elecciones y Felipe me llama por teléfono y me pregunta que si contaba conmigo le respondí que sí, pero que  solo quería estar una legislatura. Al acabar la primera le dije que me quería ir, me respondió que no, que habían invertido mucho en mí, cosa que no acabé de entender del todo, pero es lo que dijo, estuve un año más y me fui. No me interesaba eternizarme en política,  era un buen profesional y volví a lo mío. 

Ha hablado de Roberto Dorado, vinculado a Segovia; el periodista Pedro Altares tenía casa en Torrecaballeros, por donde pasaron en varios momentos desde Felipe Gonzáles a varios de sus ministros,  y quien fuera defensor del Pueblo, Álvaro Gil Robles, está en Sotosalbos, ¿se coció algo especial en estas tierras?

La casa de Pedro Altares era un centro de ocio después de las campañas electorales… Francamente no sé si se tramó algo, pero delente de mi no, desde luego.

Felipe González sigue manteniendo peso entre parte de la militancia socialista, aunque no coincide en algunas cuestiones con el actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ¿qué le parece?

Yo tampoco (ríe)… Felipe González sigue siendo una cabeza privilegiada, probablemente ha sido el mejor político que ha habido en este país, como él mismo dice, ‘ca uno tiene sus caunás’.

¿Pero, hay tanta diferencia entre ambos?

Evidentemente, ya había diferencia antes de entrar en Moncloa, cuando estaba allí y después… Cuando llegó a la Presidencia, incluso antes, Felipe González era una esponja, absorbía información de cualquiera que estuviera alrededor, con el tiempo, el presidente del Gobierno recibe tanta información que ‘lo sabe todo’, después dejas de recibirla para exponerla tú, empiezas a hablar en vez de estar escuchando, esa es la gran diferencia, con los años más aún, en alguna medida está contándonos las cosas en un folio a dos espacios.

¿Entonces, se queda con González? 

Básicamente, sí…. 

Con cuatro elecciones generales en cuatro años, un Gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos en minoría, hundimiento de Cs, se fragmenta el Parlamento, llega la ultraderecha, ¿nos encontramos en una situación política muy compleja?

Hablar no es malo, hay que dialogar. Que la situación es compleja se puede resumir en la conferencia que hubo recientemente en el Congreso Nacional de la Sociedad Civil de los expresidentes José María Aznar y Felipe González, donde discreparon sobre la mesa de diálogo con los independentistas. Mientras no se traspasen las líneas rojas de la Constitución, de los estatutos de autonomía y del Estado de Derecho, se puede hablar de todo, evidentemente, no hay lugar para amnistía ni para la autodeterminación.    

¿Como ve a la derecha en la oposición?

Para serte honrado casi peor que a la izquierda, me parece tremendo que se haya ido de la política Alfonso Alonso, se está perdiendo gente muy importante. En Cs se han ido pesos pesados, el único que se marchó e hizo bien porque creo que es culpable de gran parte de los problemas que tenemos ha sido Albert Rivera. La ultraderecha ha estado ahí siempre, el gran mérito de Manuel Fraga, en su día, fue evitar que la hubiera e integrar a sus seguidores en Alianza Popular, dejando como minoritaria y fuerza extraparlamentaria a Fuerza Nueva, con Blas Piñar. Fue un mérito de Fraga, evidentemente muy bueno. Siempre había un núcleo de gente de extrema derecha que añoraba el franquismo.

Habla de González y de Fraga, ¿hay diferencia entre los líderes de antes y los de ahora?

Mucha, primero de formación y luego de experiencia. Una cosa que me llama la atención, esto casi convencido, es que si tomamos los currículum de los líderes de ahora hay muy poquitos que tengan tres años de cotización a la Seguridad Social, en cualquier tipo de profesión. Hablo de todos los partidos, en general, casi todos los líderes son gente de aparato, que les han salido los dientes ahí, han empezado a los quince años pegando carteles y sellos y han ido creciendo dnetro del aparato hasta llegar a posiciones de poder. 

¿No será una visión algo nostálgica?

Para nada, estoy apolitizado, acabo de cumplir 84 años y encima estoy amortizado, ni estoy ni se me espera...  

¿Qué es lo que más destaca de la política, a lo largo de todos estos años?

La dificultad para hacer lo que quieres hacer, una cosa es predicar y otra dar trigo. Gobernar es muy difícil, pese a que tengas la mejor voluntad del mundo para hacer cosas, llega un momento en que hay trabas burocráticas, callos que pisas y que no interesa pisar;  cuando tomas decisiones hay que pensar mucho, es muy difícil, esa es la lección más grande de estar estos años en política. 

¿Cómo ve que se esté denostando la transición desde algunos sectores?

Me parece una estupidez, ojalá tuviéramos ahora gente como había en la transición. De pronto se han puesto el cuchillo en la boca y van a ver si se apuñalan, en aquel momento había más razones para estar enfrentados con la derecha,  sin embargo hicimos todos un esfuerzo y las cosas funcionaron. 

¿Cree que los partidos trasladan la tensión a la calle y provocan cierto clima preguerracivilista?

No, otra cosa es que haya gestos de gente de la derecha como el alcalde de Madrid [José Luis Martínez Almeida] cuando quita el memorial de las víctimas del franquismo fusiladas en el cementerio de la Almudena o las declaraciones del segundo de Vox [Javier Ortega Smith] sobre las ‘Trece rosas’, pero no es preguerracivilista, es un tema personal de burrería política. Creo que no se traslada a la calle en general sino a una minoría de personas que están muy encima de la política, en el fondo la gente se está desentendiendo mucho, cada vez más,  personalmente estoy muy alejado de la política, llevo un par de meses en que, casi, casi, me limito a ver titulares; como ejemplo, por primera vez en mi vida, en el debate de investidura solo estuve media hora ante la televisión, antes me los chupaba enteros. 

¿Esa desidia es buena?

No lo sé, un amigo me ha mandado un wasap diciendo que teníamos que hablar, criticar lo que no nos gusta, y le respondí que llevaba toda la vida en política, que he estado siete años ‘full time’, dos en  Murcia y cinco en Moncloa, y ahora que remen otros. Estoy absolutamente desentendido. 

¿Por dónde pasa el futuro de España, en general?

Yo soy optimista, lo veo bien, creo que las cosas saldrán, al final, con dificultades pero saldrán. En los ochenta las tensiones eran diferentes, las huelgas de Nicolás Redondo a Felipe González tenían un componente personal bastante fuerte y eran momentos en los que la clase obrera aún estaba muy organizada y reivindicaba lo que creía que era justo. 

¿Los sindicatos han perdido peso, quizá se han burocratizado?

Sin duda, probablemente se han burocratizado… Ahora hay mucha gente que trabaja desde su casa, cada vez más, los sindicatos ya no tienen la fuerza que podían tener hace años.  

¿Se encuentra cómodo con la coalición de su partido con Unidas Podemos?

Cómodo no,  pero es lo que hay,  para serte sincero, yo que he sido militante del PSOE y, si fuera masón, estoy casi en la situación de durmiente, voté en contra en el partido, aquí en Segovia creo que salió 98-2, parecido a lo que ocurrió en España.  

¿Cual es su percepción de Segovia?

Llevo muchos años, aterricé por aquí en 1969, con un grupo de amigos alquilamos el Molino de Rioviejo, en Sotosalbos, era de Marichu de la Mora; dos años más tarde, le alquilé una finca en la Mata del Fraile, donde están las ruinas, hasta que me fui, en 1972. Volví y estuve danzando por El Espinar, algunos años, en 1994, me compré una finquita en Muñopedro, en 1996, me hice una casa donde he vivido un montón de años, últimamente he vivido once años seguidos. Me quedé viudo y me vine a una zona más cercana al hospital, sobre todo, fui a Torrecaballeros, donde he vivido dos años, y ahora estoy aquí en el centro de Segovia. La provincia es una maravilla, me encanta. Es una zona dura con mucha gente mayor en los pueblos pequeños, hay futuro, pero habrá que intentar dar más servicios a las pequeñas comunidades, como puede ser Muñopedro.  Una cosa son los grandes municipios cerca de la capital y otra irte a Labajos, a cincuenta kilómetros del hospital, eso lo he vivido con mi esposa cuando estaba enferma, desgraciadamente, sé lo que es tener que conducir con alguien muy grave en el coche hasta el centro hospitalario… 

¿Y la promoción cultural de Segovia, se hace bien?

Yo creo que se cometen errores, más bien de tipo personal que institucional, como lo ocurrido con el director de la Muestra de Cine Europeo [Eliseo de Pablos, que dimitió por discrepancias en cuanto al modelo que pretendía implantar la Concejalía], es un tremendo error. 

 ¿Observa una regresión casi hacia los años del franquismo?

No lo veo, lo que pasa es que ahora se ha crecido la gente de la derecha, pero en toda España, así como han estado calladitos y achantados, muchos años, de pronto presumen de ser de derechas…