El campo contrarresta al resto e impulsa la economía un 2,9%

David Alonso
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El PIB autonómico avanzó durante 2018 cuatro décimas más que a nivel nacional y cerró el año con 27.456 puestos de trabajo a jornada completa más que en el curso anterior

Un agricultor conduce su tractor por un campo de labranza - Foto: Reyes Martínez

La economía de Castilla y León carburó a buen ritmo durante el pasado año, donde el PIB autonómico repuntó un 2,9 por ciento a pesar de que durante la segunda mitad del año el músculo económico regional mostró claros síntomas de  desaceleración. A pesar de esto, contra todo pronóstico y haciendo caso omiso de las negativas previsiones de instituciones financieras y organismos independientes, que situaban el crecimiento de la Comunidad este año próximo al dos por ciento, el producto interior bruto de Castilla y León anotó su segunda mejor tasa desde que comenzó la recuperación económica en 2014. Un avance del 2,9 por ciento que se traduce en una producción de bienes y servicios por valor de 64.225 millones de euros, 3.000 más que el año anterior, según la Contabilidad Regional presentada ayer por la consejera de Economía,Pilar del Olmo, y que sitúan a la Comunidad por encima del 2,5 por ciento calculado para España, el 1,8 por ciento de la zona Euro y el 1,9 por ciento de la UE.

El campo, culpable del «mal año» registrado en 2017 por la «pertinaz sequía», fue el sector encargado de liderar el crecimiento económico de Castilla y León, con un avance del 12,1 por ciento, frente a la caída de casi diez puntos del curso anterior, con un importante incremento de la producción ganadera. De hecho, la agricultura y la ganadería fue el único puntal que mejoró sus cifras respecto a 2017, toda vez que la industria creció un 1,3 por ciento, tres décimas menos; la construcción un 2,9 por ciento, cuatro décimas menos que en 2017; y el sector servicios avanzó un tres por ciento, cuatro décimas menos.

Según detalló la consejera, desde el punto de vista de la demanda el mayor crecimiento del PIB se explica por la menor contribución negativa de la demanda externa que ha restado -0,1% frente a los -1,3 de 2017, mientras que la demanda interna anotó una aportación del 3%, ocho décimas menos que en 2017. Además, constató una desaceleración del gasto en consumo final que ha pasado del 2,7 al 2,4 por ciento, a pesar de que el gasto en consumo final de los hogares aumentó el 2,8%, tres décimas más que en el año anterior. En este caso, la caída se debe al gasto en consumo final de las Administraciones Públicas que pasó del 3,3% e al 1,4%. 

Tal y como reconoció Del Olmo durante su intervención, «estamos notando una desaceleración de la economía, aunque se sigue generado empleo». En este punto, explicó que el crecimiento de la economía de Castilla y León se aceleró en la primera mitad de 2018, hasta el 3,4% del segundo trimestre, para después contraerse hasta el  2,5% que avanzó el PIB autonómico en el cuarto trimestre, según , la «primera estimación» sobre datos coyunturales y, por lo tanto, revisables.

Mejora del empleo

«Hemos registrado incrementos del empleo durante todo este año», reiteró la consejera de Economía durante la presentación de la Contabilidad Regional, que cifró la mejora en un uno por ciento, dos décimas más que en el curso anterior. Unas cifras que, como apuntó se traducen en, de media, 10.000 puestos de trabajo equivalentes a jornada completa más que en 2017, aunque matizó que, al comparar el cuatro trimestre de ambos ejercicios se aprecia una mejora del mercado laboral de 27.456 puestos de trabajo más, hasta cerrar el año en los 1.025.520 empleos.