"La ganadería está más amenazada que el mismo lobo"

David Aso
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El naturalista Julio Vías, portavoz de Ecologistas en Acción Segovia, defiende la protección del emblemático cánido, pero pide también más ayudas para el ganadero

Julio Vías, en la sierra de Guadarrama en una imagen de archivo.

El portavoz de Ecologistas en Acción (EA) en Segovia, Julio Vías, celebra como «un gran avance» la iniciativa de incluir el lobo en el listado de especies de especial protección, pero subraya la «necesidad» de brindar más apoyo público a la ganadería extensiva para facilitar su «complicada convivencia» con el emblemático cánido. No obstante, matiza que las medidas preventivas de protección del ganado pueden ser mejores en Segovia y que «el gran problema del ganadero no es tanto el lobo como una crisis»  con muchos otros frentes abiertos. Vías también es docente, comunicador y escritor. Ya en 2013 fue galardonado por el Ministerio de Medio Ambiente por su labor de cara a la conservación de la sierra de Guadarrama, sobre la que ha publicado tres libros, incluido uno (‘Memorias del Guadarrama’, 2001) que fue adaptado como guion para una serie documental de Telemadrid.

«En Ecologistas en Acción valoramos la decisión (de proteger más al lobo) como la valora cualquier persona concienciada con la conservación de la biodiversidad, muy positivamente porque supone llegar al final de un proceso que se inició ya en los años 70 con Félix Rodríguez de la Fuente», recuerda. Sin el papel del divulgador burgalés se hace difícil pensar que el lobo hubiera dejado entonces de estar catalogado como alimaña, y ahora «se dará el paso definitivo al quitarle la categoría de especie cinegética para darle el estatus de protección que merece como especie amenazada, igual que el oso pardo o el lince ibérico», aprecia Vías. Pero no por ello deja de incidir en que también debe elevarse la protección pública al ganadero.

«Defender el lobo no significa atacar la ganadería, estamos hablando de dos realidades que forman parte de una misma cultura y la ganadería extensiva, en cierto modo, está más amenazada que el mismo lobo», recalca. Apuesta por ello por que la Administración pública garantice agilidad en la concesión de indemnizaciones por los ataques a ganado y que estas no sólo lleguen rápido, sino que se amplíen para costear también daños que ahora no están cubiertos, como el lucro cesante derivado de la pérdida de fertilidad de las reses por estrés, entre otras cuestiones.

En cualquier caso, el portavoz de EA también opina que los ganaderos del sur del Duero, y por ende los de Segovia, aún pueden adoptar más medidas preventivas ante los ataques. «Estuvieron casi 50 años sin convivir con el lobo, hasta que éste reapareció a finales de los 90, y aún no se han adaptado del todo a su presencia, pero yo creo que con la experiencia, los medios técnicos disponibles ahora y las ayudas de las administraciones, se pueden minimizar más los daños», los cuales por otro lado también relativiza al apuntar que los jabalíes causan más.

«Al final el gran problema del ganadero no es tanto el lobo como la falta de atención a un sector amenazado por una crisis mucho más amplia», argumenta. «Estamos hablando de una actividad en crisis porque una canal de cordero se paga hoy prácticamente al mismo precio que hace 30 años, pero se ha disparado lo que se paga por los piensos, por ejemplo». «Hay que ser muy vocacional para dedicarse a la ganadería extensiva con la rentabilidad que tiene y el esfuerzo que exige, pero su actividad es fundamental, además de sostenible, y las administraciones deben ayudar más para preservarla», concluye.