Los sanitarios temen rebrotes por un exceso de relajación

Sergio Arribas
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Médicos y enfermeras aplauden el civismo de la mayoría de los segovianos, pero temen que un exceso de relajación o actitudes irresponsables provoquen el rebrote

Los sanitarios temen rebrotes por un exceso de relajación - Foto: Rosa Blanco

Cada día, desde el inicio de la pandemia, los aplausos desde balcones y ventanas han servido para expresar el agradecimiento unánime hacia su trabajo. Son los médicos y personal de enfermería, del Hospital General de Segovia y de los consultorios de Atención Primaria, que estos días asisten con alivio a una notable reducción del número de contagios y víctimas. Sin embargo, en ellos aflora la preocupación de un posible rebrote si la ciudadanía afronta la desescalada con exceso de relajación y sin tomar medidas como el distanciamiento social.

«Me da miedo que la gente no haya comprendido a lo que nos enfrentamos y que crean que esto está acabado» , opina el jefe de Medicina Interna del Hospital General, Javier Moreno Palomares. «Hay una minoría que no se lo toma en serio y les veo en grupos hablando sin respetar la distancia de seguridad y sin mascarilla», afirma, preocupada, la enfermera Ana de Pablos. 

¿Qué piensan los sanitarios de lo que ven en la calle? ¿Creen que la ciudadanía respeta normas y recomentaciones? ¿Temen un rebrote? ¿Piensan los sanitarios que protestas, como las ya bautizadas ‘caceroladas’, suponen un riesgo en estos momentos? Sobre estas cuatro cuestiones, El Día de Segovia ha pulsado la opinión de una decena de sanitarios segovianos, que coinciden, sin matices, en una impresión: no hay tiempo para el relax porque el virus no ha sido aún derrotado.

Los sanitarios temen rebrotes por un exceso de relajaciónLos sanitarios temen rebrotes por un exceso de relajación - Foto: Rosa Blanco

1.¿Qué piensa de lo que ve estos días en la calle, al inicio de la desescalada, cuando han comenzado a aliviarse las medidas de confinamiento de la población?
«Creo que a estas alturas de confinamiento la gente tiene cierta impaciencia por retomar la normalidad. Puede ser comprensible tanto por el largo semiencierro como por la necesidad de sacar adelante cada uno su trabajo», opina el médico segoviano Alberto Montarelo, de 51 años, residente en La Lastrilla, que ha desarrollado su carrera en Urgencias, en Hospital y en el SUMMA 112. «Sin embargo —añade— como sanitario resulta preocupante en tanto que puede llegar a poner en riesgo la efectividad de las medidas».
Preocupado también se muestra el jefe de Medicina Interna del Hospital General de Segovia, Javier Moreno: «me da miedo que la gente no haya comprendido a lo que nos enfrentamos y que crean que esto está acabado».

La especialista en Reumatología del Complejo Hospitalario, Elena Ciruelo, admite que, en un primer momento, se enfadó al ver corredores sin mascarilla y sin mantener la distancia de seguridad, jóvenes «que han pasado directamente a la fase 1» o vecinos que reciben visitas desde hace semanas. «Luego entiendes —añade— que la mayoría somos prudentes, necesitados de tribu y afectos, aunque también hay gente egoísta e insolidaria».

Para la enfermera del Hospital General Elena Fernández-Vega la mayoría de los segovianos «está haciendo bien las cosas», aunque «también he visto por la calle a gente en corrillos, niños y mayores fuera de su horario, y con que dos o tres lo hagan mal, el resultado puede ser muy negativo».
«Da terror volver atrás». Por su parte, Ana de Pablos, enfermera en el Ambulatorio de Santo Tomás sostiene que «hay un grupo de personas poco responsables que se toman esta pandemia con mucha relajación y no son conscientes de lo letal que es este virus y las secuelas que deja en algunos pacientes y me da terror solo el pensar que por culpa de gente irresponsable podamos volver hacia atrás».

Al jefe de Radiología del Hospital General, Javier Rodríguez Recio, ver a las personas por la calle, disfrutando del paseo le provoca una «gran alegría». «Como sanitario —agrega— me provoca una gran satisfacción, porque si hemos llegado a esta nueva situación, en buena parte se debe al esfuerzo de muchos compañeros».
La enfermera María García, que suma 26 años en la profesión, considera que niños y mayores han aguantado el confinamiento absoluto «de forma ejemplar». «Nosotros los sanitarios no bajamos la guardia», comenta García, para quien «el riesgo de repunte (...) nos tiene preocupados y alerta. Esto no ha acabado, es una fase más, de otras muchas que nos quedan por delante. La gente no debe olvidarlo».

2 ¿Cree que la población dispone de suficiente información y está respetando las medidas, bien sean obligatorios o recomendadas, para evitar un rebrote en la cifra de contagios?

La enfermera del Hospital General, Carmen del Caz, ha sido testigo de escenas que le han sobresaltado, como personas que mantienen conversaciones en la calle sin respetar la distancia de seguridad. «Me da miedo, porque es como volver hacia atrás y revivir aquellas primeras semanas tan duras que vivimos», apunta Del Caz que atribuye estos comportamientos a personas a quien la enfermedad no les ha tocado de cerca, «quizá también insensibles o egoístas, cuando lo que toca ahora es ser generoso». “Creo que tienen información más que suficiente —añade— para cumplir y evitar consecuencias terribles».

Por su parte, la enfermera de UCI en el mismo centro hospitalario, Merche María, opina que «muchos no creen que esto vaya en serio, salvo el que ha sufrido la enfermedad en sí mismo, en algún familiar o amigo». A su juicio, es «muy efectivo» el lavado de manos y el uso de mascarillas en lugares donde es difícil mantener la distancia  y  «lo que veo a mi alrededor no es tan malo. En general la gente cumple las normas o , al menos, lo intenta, que ya es bastante».

Para la enfermera María García  «hay tanta metralla de información que la gente está confusa y asustada. Hay que ponerse la mascarilla quirúrgica, sin filtro, la más fácil de conseguir y la más económica. Yo me la pongo para protegerte a tí, ponte tú una igual para protegerme a mí», aconseja.

El doctor Rodríguez Recio opina que existe información suficiente, de ahí que «la gran mayoría de las personas estén respetando las normas». No obstante, según dice, «vemos actitudes incívicas que no deben permitirse (…). Son inevitables las sanciones para controlar a los insolidarios, pero deberían ser con trabajos para la sociedad, un día de trabajo en una residencia de ancianos enseña más que una multa económica».

Por su parte, la enfermera Elena Fernández-Vega, sostiene que «a estas alturas creo que tenemos bastante información». «Hay gente —señala— que se queja de que no se han mostrado imágenes de la realidad pero solo con el dato de casi 30.000 fallecidos nos debería sobrar para comprender la gravedad». 

Opinión distinta manifiesta el doctor Alberto Montarelo, para quien «la relajación en el cumplimiento de las medidas que todos conocemos puede en parte ser debida a que no se ha comunicado realmente el horror que ha acompañado a esta pandemia. Por algún tipo de paternalismo se ha evitado mostrarlo con toda su crudeza».

La enfermera Ana de Pablos mantiene que  « hay minoría que no se lo toma en serio y les veo que van en grupos hablando sin respetar la distancia de seguridad y sin mascarilla». «Posiblemente —continúa—si esa gente hubiera tenido cerca alguien de su familia que haya pasado la enfermedad en un hospital o en una UCI oincluso en su domicilio no actuarían como lo hacen y serían mas conscientes de la gravedad de sus actuaciones».

3. ¿Teme que, de no cumplirse el distanciamiento social y otras medidas preventivas, como el buen uso de las mascarillas, puede producirse un rebrote?

Al doctor Montarelo le preocupa mucho la posibilidad de un rebrote, aunque, a su juicio, «el distanciamiento como único recurso, tal y como se planteó, ha sido una medida cuando menos incompleta. Debería haber sido acompañado de test para identificar los focos de riesgo, y del uso obligatorio de mascarillas para reducir el riesgo de contagio [lo son desde este jueves]. Me temo que algunos quieran haber hecho pasar estas medidas como innecesarias para disimular su propia incapacidad para proveer a la población de test fiables y de mascarillas para todos. Y la gente, si percibe esto, puede llegar a impacientarse, si no a cabrearse».

«No lo hacemos tan mal». «No debemos relajarnos ante este enemigo, el que haya menos fallecidos es una buena noticia pero si no hacemos las cosas bien podríamos echar a perder el esfuerzo de estos meses», opina la enfermera Elena Fernández-Vega.  La también enfermera, en este caso en UCI, Merche María, considera que los expertos apuntan a la posibilidad de un abrupto repunte de casos. «En nuestro hospital siguen llegando casos, pero nada que ver con lo que hemos pasado. Puede haber un repunte por no seguir las normas. Creo que lo habrá, pero también que no lo estamos haciendo tan mal».

También teme un rebrote la hematóloga del Hospital Carmen Olivier. «Lo temo, aunque confío en que no sea tan intenso cómo el primero. Hay que estar muy vigilantes».  A su ‘colega’ el doctor Moreno también le preocupa un posible rebrote de la Covid-19, aunque «me da mas miedo el no cumplir con el distanciamiento social. Es más importante separarse que llevar guantes, por ejemplo. Y la mejor mascarilla son dos metros, porque a esa distancia no llegan secrecciones respiratorias».

El radiólogo Javier Rodríguez Recio sostiene que los sanitarios y las familias que han tenido enfermos graves o fallecidos son los más preocupados con un rebrote de la enfermedad, porque «conocemos de cerca el dolor que produce». «Soy optimista —afirma el especialista—porque si vuelve estaremos mejor preparados para abordarlo. Según pasen los meses estaremos más cerca de tratamientos o vacunas efectivas. Quiero pensar que nosotros también seremos mejores personas para luchar juntos contra una crisis».

«Claro que temo un rebrote y mucho», afirma la enfermera Ana de Pablos, que considera que «con el desgaste que tenemos los sanitarios, tanto a nivel físico como psicológico, no se cómo podríamos enfrentarnos a volver a revivir lo pasado. Por eso pedimos a la población que se responsabilice de su salud y se proteja y piensen no solo en ellos, también en los demás, porque el virus sigue estando ahí y tenemos que ganarle».

4. ¿Cree que las protestas o caceroladas contra la gestión del Gobierno, surgidas en Madrid y ya extendidas por diversos puntos del país, también en Segovia, suponen un riesgo o un acto imprudente contra la salud pública en el momento actual?

Para la doctora Elena Ciruelo la libertad de expresión es síntoma de salud democracia y no habrá riesgo mientras se guarde la distancia de seguridad, aunque estas protestas «creo que se están celebrando en un momento inadecuado». En la misma línea se expresa la también enfermera Carmen del Caz. «La libertad de expresión es un derecho, pero en la situación en la que nos encontramos creo que debe prevalecer la protección de la salud de la mayoría. Seguro que todos tendremos la oportunidad y el momento de manifestarnos».

Para el médico segoviano Alberto Montarelo, «creo que, dadas las circunstancias, manifestar públicamente la opinión ante a las medidas adoptadas por el gobierno no sólo es respetable, sino probablemente muy sano desde el punto de vista democrático». Sin embargo, «cualquier concentración que no respete el distanciamiento implica un mayor riesgo de retroceder en esta batalla».

A su juicio, habría que celebrar cualquier acto público con «riguroso respeto» a las normas «por mucho que éstas sean a veces confusas o contradictorias. Pero también las concentraciones que convoca Bildu o las que a veces hacemos los propios sanitarios(…) Demonizar unas mientras se pasan por alto otras es un ejercicio de cinismo político que sólo puede aportar más tensión social».