Procose, titular de la marca de garantía que protege al producto gastronómico por excelencia de Segovia, desde que nace en la granja hasta que se sirve en el plato, obtenida en el año 2002, está integrado por todos los sectores que operan en torno a este producto, desde ganaderos a mataderos, comercializadores, puestos de venta y restaurantes, cuya pertenencia está perfectamente identificada con una placa en la puerta del establecimiento.

En un comunicado, explica que la marca de garantía tiene un reglamento de obligado complimiento para todos ellos, hasta el punto de que, en 2018,  se sacrificaron en matadero 205.000 cochinillos pero solo se calificaron con la marca 128.000 lo que prueba la disciplina que se mantiene para obtener un producto de extraordinaria calidad que ha marcado una tendencia positiva en el sector en general, pertenezcan o no a Procose, lo que va en beneficio de los consumidores.

El hecho de que en este acto intervengan restaurantes que no pertenecen a Procose -de un total de 20 establecimientos- coloca en situación de agravio comparativo a quienes llevan trabajando, desde hace 18 años, por blindar la calidad de este icono de la cocina segoviana que interviene directamente en la atracción de visitantes por el llamado turismo gastronómico y a quien no hay que defraudar para que repita sus visitas.

El comunicado añade: "Respetamos la celebración de esta actividad, que en algunas ocasiones nos han atribuido a Procose, aunque siempre permanecimos al margen de ella, pero la asociación se debe a sus miembros y a sus normas, fijadas en un reglamento aprobado por la Administración con unos criterios de obligado cumplimiento por todos, gracias a los cuales se ha elevado la calidad del cochinillo que se consume en la actualidad en Segovia, invitando a que se asocien los operadores que lo consideren oportuno, siempre que estén dispuestos a aceptar la normativa referida".