Bankia-Caixabank, con oficinas 'duplicadas' en 10 municipios

David Aso
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La mitad de las sucursales de Segovia son de Bankia (47) o Caixabank (13), que tienen varias a pocos metros de distancia. Entre los dos bancos superan los 250 empleados en la provincia

Oficinas de Bankia y Caixabank situadas a escasos metros una de otra en la avenida del Acueducto. La de la entidad catalana lleva un mes en obras. - Foto: Rosa Blanco

Al filo de la medianoche del jueves 3 al viernes 4 de septiembre, con una diferencia de sólo tres minutos (a las 23.42 y 23.45), Caixabank y Bankia emitían sus comunicaciones a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para confirmar las «conversaciones» que mantienen de cara a una fusión que, si se consuma, dará lugar al mayor grupo bancario de España. Será también la operación más importante del sector a nivel nacional en dos décadas; y desde el humilde punto de vista local, una nueva vuelta de tuerca a lo que en su día fue Caja Segovia, integrada con otras seis cajas de ahorros en la ‘fusión fría’ que derivó en Bankia hace ya casi diez años.

La operación cuenta con el beneplácito de los reguladores y el Gobierno, más allá de las discrepancias manifiestas entre el PSOE y Podemos, ya que la formación morada defendía crear un banco público a partir de Bankia y recela de la «oligopolización» del sector. No obstante, la mayoría política valora ventajas como la concepción de una entidad más solvente para moverse en un escenario todavía muy difícil para el negocio bancario, lastrado por los bajos tipos de interés; y también con más capacidad para sostener proyectos de inversión que contribuyan a reconstruir el país tras la pandemia. La Fundación Caja Segovia considera que puede ser positiva e incluso los sindicatos la asumen, pese a su preocupación por la pérdida de empleo que siempre acompaña estos procesos de integración.

Si efectivamente se cierra la fusión en los próximos meses, la reestructuración empezaría a cobrar forma en 2021 con cierres de oficinas que se consideren duplicadas y la consecuente pérdida de puestos de trabajo a través de un expediente de regulación de empleo de enormes proporciones, independientemente de que se confíe en despidos negociados. Saldrán ganando los empleados que estén más cerca de la edad de jubilación y los ciudadanos verán menguar más la red bancaria a pie de calle por el solapamiento de sucursales, acelerando así una tendencia de cierres que además, con o sin fusiones, ya se viene produciendo desde hace años por la transformación tecnológica y la apuesta general por la banca online. 

Bankia y Caixabank suman unos 51.600 trabajadores (16.000 y 35.600, respectivamente) y, a falta de datos oficiales, la horquilla del ajuste que se estima oscila de 5.000 a 17.000 puestos. Por de pronto, un informe de Barclays apunta que, de las 6.600 oficinas que tienen entre ambos bancos (2.200 y 4.400), alrededor de 1.400 estarían duplicadas, según se desprende de sus códigos postales. Claro que tales duplicidades afectan de forma muy dispar en unos y otros territorios: en un extremo está Cataluña, por ejemplo, que puede verse poco afectada por la escasa presencia de Bankia allí, con la excepción de Barcelona, y en el otro Madrid, el territorio con más sucursales que pueden solaparse, junto con Baleares y la Comunidad Valenciana.

En el caso de Segovia, Bankia dispone de 47 oficinas (la mayoría heredadas de Caja Segovia, que llegó a tener unas 80) repartidas por 38 municipios y un total de 215 empleados, según cifras oficiales facilitadas a El Día por la propia entidad y actualizadas al cierre del primer semestre. Caixabank, por su parte, contabiliza 38 empleados entre las 13 oficinas que mantiene operativas en diez municipios donde Bankia también tiene presencia. Cada despido en esta entidad costaría menos de la mitad que en la catalana, pero cuántas oficinas y cuáles se cerrarán tras la fusión es algo que a estas alturas, con la operación aún abierta, está por verse.

Municipios afectados. Mozoncillo, por ejemplo, siendo un pueblo de apenas 900 habitantes, cuenta con tres sucursales: una de Bankia, una de Caixabank a 200 metros escasos de la primera y otra de Cajaviva. Una dotación importante en comparación con otros puntos de la provincia, teniendo en cuenta que unos 170 de sus 209 municipios ya no tienen ninguna entidad bancaria a pie de calle como consecuencia de una red de oficinas que no ha dejado de menguar en los doce últimos años (llegó a tener 210 en 2008 y al cierre del primer trimestre de 2020 le quedaban 122, aunque en la práctica son menos por algunas que oficialmente siguen abiertas pero ya no dan servicio al público).

En Segovia capital, mientras, Bankia mantiene nueve oficinas y Caixabank cuatro. Dos están casi pegadas, en los números 37 y 33 de Vía Roma, sólo separadas por una de Cajaviva en el 35; pasa parecido con las de la avenida del Acueducto, aunque la que tiene allí la entidad catalana está en obras; y en Nueva Segovia, una en Vicente Aleixandre y otra en Jorge Manrique, a tres minutos andando.

Bankia y Caixabank coinciden en otros ocho pueblos de la provincia con una oficina cada entidad y, en teoría, cuanto más pequeños son estos, más probabilidades se presumen de que alguna cierre, aunque también se valora la población de localidades dentro de sus respectivas área de influencia. De menor a mayor población, los municipios segovianos con una oficina de cada entidad son Sepúlveda, Villacastín, Coca, Nava de la Asunción, Cantalejo, San Ildefonso, El Espinar y Cuéllar.

El secretario provincial de la Federación de Servicios de CCOO, Ángel Luis Torrego, espera que ese solapamiento de sucursales «no afecte mucho» a Segovia, «aunque es más un deseo», reconoce. «De momento sólo sabemos que Bankia y Caixabank tienen interés por fusionarse, pero primero hay que ver si llegan a un acuerdo», matiza. «Lo ideal sería que no cerrasen ninguna oficina de Segovia, evidentemente, aunque ya sabemos la tendencia de abaratar costes que hay en el sector bancario, que ya no mueve el volumen de negocio de antes ni es tan rentable por los bajos tipos de interés de ahora».

En cualquier caso, CCOO, que entiende que esta operación de fusión «puede tener su lógica», «exige» un acuerdo laboral y, «como sindicato mayoritario en Bankia y Caixabank», asegura que liderará las negociaciones «con unos objetivos claros», entre los que subraya la vía de las salidas voluntarias si efectivamente se plantean excedentes de plantilla.

UGT va en la misma línea: «Vamos a poner todo nuestro esfuerzo para salvaguardar los puestos de trabajo y los derechos sociales y económicos de los trabajadores si este proyecto de fusión se lleva a cabo», avanzaba esta semana en un comunicado. Todo a expensas de que Bankia y Caixabank enfilen el proceso en próximos días para hacerlo efectivo en pocos meses y emprender la reestructuración en 2021.