La UE se pone firme con May

Agencias
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Bruselas avisa a la 'premier' de que una prórroga a largo plazo del Brexit debe estar ligada a un plan «concreto» que permita un nuevo «proceso político» y justifique alargar la incertidumbre

La UE se pone firme con May - Foto: FRANCOIS LENOIR

 

A falta de 10 días para que llegue la hora señalada del Brexit, todavía quedan muchas dudas y demasiados pasos que dar. Más aún después de que el pasado lunes los planes de la primera ministra británica, Theresa May, de someter a una nueva votación el acuerdo firmado en noviembre con la UE fuesen frustrados por el presidente del Parlamento, John Bercow. Un giro de timón que obliga a la premier a solicitar ya -según la prensa, lo hizo ayer- a Bruselas que le conceda una prórroga a largo plazo, previsiblemente hasta el próximo 30 de junio, para poder preparar los pasos necesarios.

A la espera de esa petición, desde el bloque comunitario no dudaron en advertir a May de que no están dispuestos a seguir dando vueltas y, por eso, el negociador jefe del grupo, Michel Barnier, puso las cartas sobre la mesa: «Los líderes de la UE necesitarán un plan concreto del Reino Unido para ser capaces de tomar una decisión de forma informada», apuntó, en referencia a que el Gobierno de Londres deberá explicar cómo piensa proceder para que los Veintisiete puedan decidir sobre esa posible extensión del plazo.

«Una prórroga larga debe estar ligada a algo nuevo, a un acontecimiento nuevo o a un proceso político nuevo», defendió Barnier, quien insistió en que esa será la condición para permitir una extensión del divorcio, que, a su vez, alarga también la incertidumbre en la Unión Europea.

En este sentido, recalcó que los jefes de Estado y de Gobierno de los países que seguirán perteneciendo al bloque tras la ruptura -que son los encargados de decidir, por unanimidad, si se concede ese retraso- querrán saber «sobre todo, para qué» quiere el Reino Unido prolongar una salida que «tiene un coste económico y un coste político», no solo para los británicos, sino también para el conjunto de la UE.

«Las preguntas clave serán: ¿una extensión del artículo 50 incrementa las posibilidades de ratificación en el Parlamento del Tratado de Retirada? ¿El Reino Unido pedirá una extensión porque quiere un poco más de tiempo para reelaborar la declaración política sobre la futura relación?», planteó.

Barnier recordó al respecto que la declaración política con las líneas generales sobre el vínculo futuro entre Londres y Bruselas «puede hacerse más ambiciosa los próximos días si una mayoría en la Cámara de los Comunes lo desea».

«Si no, ¿cuál sería el propósito y el resultado de una extensión, y cómo podemos garantizar que al final de una posible extensión no estamos de nuevo en la misma situación que hoy?», se cuestionó.

Por todo ello, insistió, será la justificación que presente May la que realmente condicione la duración de una eventual prórroga, que garantice que allana el camino para una «retirada ordenada».

La consecución de esa posible extensión del plazo no se antoja fácil. De hecho, Francia avisó, en la línea de Barnier, de que, para obtenerla, Londres deberá ofrecer «una alternativa creíble» en las próximas horas o en los días que se acercan, según fuentes del Elíseo. 

También Alemania mostró su hartazgo, en palabras del ministro de Exteriores, Michael Roth, quien aseguró: «No tengo ganas de discusiones o negociaciones sin sustancia y abstractas sobre el Brexit. Por favor, cumplan. El tiempo corre».