"Me alucinó conocer que había nazis en la España en los 80"

Juana Samanes
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Precoz. Con tal solo 14 años empezó su carrera profesional y, desde entonces, no ha parado de hacer teatro, televisión y cine con gran aceptación de la crítica

La intérprete balear. - Foto: Itziar Jiménez

La naturalidad que despliega en sus actuaciones es la nota característica de la joven actriz Vicky Luengo, cuyo rostro se ha hecho muy popular gracias a la serie televisiva Antidisturbios, de Rodrigo Sorogoyen, por la que fue nominada a diversos premios. En El sustituto, una película de Óscar Aibar que recuerda la inquietante presencia de nazis en el Levante español después de la Segunda Guerra Mundial, interpreta a una doctora que colabora con un joven inspector de Policía. 

Su personaje es muy atractivo y vuelve a encarnar, como en Antidisturbios, a una mujer fuerte. Al parecer, esa es la imagen que proyecta ante algunos directores, pero no sé cómo se ve usted haciendo de esa inteligente médica.

Yo no sé por qué me eligen, habría que preguntárselo a ellos, pero sí sé lo que me atrae. Son personajes que, de primeras, podrían tener comportamientos reprochables, y eso me permite construir mujeres con claroscuros, que hacen unas cosas bien y otras mal. En el caso de Eva Vidal, es una persona inteligente, con gran capacidad, con muchas ganas de ascender profesionalmente. Y como es una chica tan decidida toma decisiones algo censurables para conseguir sus objetivos profesionales. 

Recalcando lo que dice, El sustituto lanza una mirada pesimista de la sociedad, con el argumento de que casi todas las personas tenemos un precio. ¿Lo cree usted así?

El sustituto habla de tantas cosas que es difícil de concretar en poco tiempo. Todas las tramas de la película tienen en común el silencio. Todos los personajes están envueltos en soledad. Respecto a Eva Vidal, podemos concretar que también tiene precio, quizás por sus circunstancias, porque en 1982 toma la decisión de priorizar su carrera profesional antes que formar una familia. 

Supongo que, como los espectadores, cuando leyó el guion quedó alucinada de esos hechos históricos: la presencia de nazis en plena Costa Blanca.

A mí, sobre todo, lo que me ocurrió cuando leí el guion, es que le pregunté al director, Óscar Aibar, si era ficción o realidad. Y me dijo que la parte histórica era totalmente auténtica. Personalmente, la parte de la fiesta donde conmemoran el cumpleaños de Hitler a mí me volvió loca. No me podía creer que, a principios de los años 80, ese Día de Primavera, todos esos hombres se vistieran con el uniforme de las SS y la banda del Denia fuera a tocar allí. 

Una de las constantes de su trabajo es la naturalidad. ¿Cómo lo hace?

Una de las cosas que más me ha ayudado es que he hecho mucho teatro, he crecido sobre las tablas, llevo más de 17 montajes de teatro y me ha enseñado muchísimo.

¿Cómo se prepara los papeles?

Cuando recibo un guion, me preparo el personaje, hablo mucho con el director para entender bien lo que quiere contar y unir fuerzas. Después, me documento mucho y, luego, el siguiente paso, es olvidarlo todo y estar en presente, recibiendo lo que el compañero te da. Para mí, la interpretación es un arte que se hace en grupo.