Editorial

La reforma de las pensiones se pone a la cola de la negociación

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El Gobierno tiene un intenso trabajo en este último tramo del año para conseguir llegar a tiempo y con las tareas hechas ante Bruselas, que espera un cumplimiento estricto de todo lo comprometido en el programa de recuperación presentado por el Ejecutivo español. Al aparente acuerdo político -aún falta el sindical y económico-, sobre la modificación de algunas medidas de la reforma laboral se le une ya otro caballo de batalla, el de las pensiones. El tiempo aprieta y quedan muchas negociaciones antes de final de año, fecha límite para presentar el acuerdo marco necesario para que Europa libere los fondos comprometidos para nuestro país. 

 Lo cierto es que mucho se lleva hablando de una reforma en el sistema de pensiones que lo haga sostenible y garantice estas prestaciones en el futuro a todos los trabajadores que continúan contribuyendo a él con sus cotizaciones sociales. Por parte de los dos sectores que forman el Gobierno, Partido Socialista y Unidas Podemos, se lanzan globos sonda, se filtran posibles medidas como el incremento de las cotizaciones durante un periodo de 10 años y se preparan para otra batalla interna, en primer lugar, y posteriormente con los socios parlamentarios de Sánchez. Dos frentes muy duros para el ministro José Luis Escrivá y para el propio presidente, que seguramente deberá asumir en primera persona la negociación para facilitar un acuerdo que permita seguir adelante con una reforma necesaria. 

De momento, las posturas están muy lejanas y harán falta muchas horas de negociación y de pedagogía, pues está claro que las modificaciones legislativas tienen que llevarnos hacia una sostenibilidad del sistema que hasta ahora no se ha conseguido. La revalorización de las pensiones, la edad de jubilación, la limitación de las cotizaciones para los que más salario reciben… todo ello son ámbitos en los que hay que buscar entendimiento sin perjudicar a los actuales pensionistas ni a los que trabajan y aportan sus cotizaciones. El encuentro será complicado y los socios más radicales del Gobierno, los independentistas de ERC y los batasunos de EH-Bildu, ya se han colocado muy lejos de los postulados más centrados, coherentes y sobre todo realistas para garantizar un futuro que necesita soluciones integrales y estables. 

 Como en tantas otras reformas legislativas, lo ideal es que este debate se celebrara fuera de la pelea política, que tomara protagonismo el Pacto de Toledo y que se buscara un acuerdo amplio, en el que participaran los dos principales partidos políticos, PSOE y Partido Popular, sin que ello suponga excluir al resto ni a los agentes económicos y sociales. Solo un acuerdo conjunto, de consenso o al menos de una mayoría muy amplia, otorgaría estabilidad y credibilidad a un sistema de pensiones que lleva muchos años con problemas y que tan solo ha recibido parches para echar la pelota hacia delante.