El sonido del Viernes Santo en la Plaza Mayor

A.M.
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La Plaza Mayor no ofrece hoy la imagen habitual de otros años en un Viernes Santo, llena de público esperando la salida de la Catedral de la 'procesión de los pasos'.

El sonido del Viernes Santo en la Plaza Mayor

Pocos minutos antes de las ocho de la tarde, solo se escuchaba el lenguaje de algunos pájaros, dueños ahora de la Plaza Mayor, con sus acacias florecientes, en esta primavera robada,  presidida por la Catedral en el poniente y, en el este el teatro Juan Bravo y la figura en homenaje al autor de 'Campos de Castilla', Antonio Machado, que también dejó escrita su saeta al "Cristo de los gitanos/ siempre con sangre en las manos,/siempre por desenclavar!". 

Otrora, diría el poeta romántico, llena de público impaciente para comenzar a presenciar la procesión de los pasos, el sonido desgarrador de los tambores y la tristeza en los toques de las cornetas de las bandas de las cofradías, con los nazarenos escoltando a las imágenes de este desfile segoviano, acompañada por feligresías y barrios. iluminados con velas y faroles. Hoy, la pandemia de la Covid-19 dejó vacío el escenario, las calles emborrilladas ausentes de penitentes, hasta que, con el sonido de las ocho campanadas, se rompió el silencio con los aplausos de los vecinos, en recuerdo de quien ha fallecido y como reconocimiento a sanitarios y de quien se preocupa de la salud de los ciudadanos. El aplauso por poder contarlo, fraternal entre balcones. Un testimonio único que, desde luego, nadie hubiera querido ser testigo por esta causa. 

En otros puntos de la ciudad, la banda sonora la han puesto desde sus casas miembros de las bandas música de las cofradías, combinando con silencio y aplausos. Es un Viernes Santo extraño,  el día de luto para los creyentes, por la crucifixión de Jesús, y el que se recordará por todos, también, en esta tragedia no hay religión ni clase social, por la muerte de muchos seres queridos a quien ni siquiera se pudo despedir y por los abrazos que no se pueden repartir entre aquellos que se quedan.