En total sintonía con su pueblo

Nacho Sáez
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El Nava afronta el primer parón de la temporada con buenas sensaciones. Su técnico destaca la autoexigencia del equipo

Darío Ajo Martín realiza un disparo desde el extremo durante uno de los partidos de esta temporada. - Foto: Dani Pérez Balonmano Nava

La Golden League –un torneo amistoso creado en 2012 por daneses, franceses y noruegos– y el Torneo Cuatro Naciones provocan el primer parón de selecciones de la temporada en la Liga Asobal, donde el Viveros Herol Nava se ha convertido en una de las grandes revelaciones. El equipo que entrena Daniel Gordo ha superado el primer tramo del curso con nota –tras haber cosechado una victoria, cuatro empates y dos derrotas– y el único borrón de la eliminación en la Copa del Rey frente al Acanor Atlético Novás. Un más que aceptable estreno en la máxima categoría del balonmano español que su entrenador hubiera firmado antes de que comenzara la competición. 

«El balance es bastante positivo. Tengo confianza en el equipo, pero en estas primeras jornadas me he cerciorado de que tiene capacidad para competir», señala Daniel Gordo, que recuerda que cuentan con una plantilla en la que se mezclan jugadores jóvenes con veteranos que, sin embargo, no tenían experiencia en la Liga Asobal. Un hándicap que han conseguido suplir a base de «esfuerzo» y «autoexigencia», según remarca el propio Gordo. «En estas primeras trece semanas nos hemos vaciado. Hemos trabajado a destajo con mucha implicación por parte de todo el grupo, y el parón nos va a venir muy bien para coger aire y recargar fuerzas».

La irrupción del Nava ha sido uno de los principales alicientes del arranque de la temporada en Asobal. El seleccionador nacional, Jordi Ribera, ha visitado el Pabellón Guerreros Naveros en dos ocasiones y los equipos que han pasado por ese escenario han destacado el ambiente que se vive en él. «Es algo diferente. Ese ‘tercer tiempo’ que se hace en Nava no se ve en Asobal. Hay una cultura que transmite que detrás del balonmano hay algo más», razona  su entrenador, que también resalta la identificación entre el equipo y la afición: «En Nava de la Asunción la gente se levanta muy pronto y tiene que hacer el doble que en las ciudades para ganarse la vida. Nosotros, como equipo, somos así».

Esa idiosincrasia encarna una de las armas del conjunto navero para tratar de conseguir la permanencia en la Liga Asobal. «Si morimos, lo vamos a hacer con las botas puestas», afirma Gordo, que el lunes empezará a preparar el próximo compromiso en casa ante el Sinfín.