La confusión se ha apoderado del Real Sitio de San Ildefonso. «¿Está en libertad sin cargos?», pregunta a esta redacción una vecina. Muchos allí no se pueden creer que J. C. T. haya vuelto como si nada a su casa, situada en este pueblo, después de que la Guardia Civil le esposara este pasado martes al considerarle el autor del fuego que arrasó más de 400 hectáreas del que es uno de sus principales motivos de orgullo, si no el que más, su sierra. La titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Segovia, Sonia López Rojo, y la Fiscalía consideran que no existe riesgo de fuga, pero la posibilidad de que reincidiera en el delito ha provocado inquietud.

Para la Guardia Civil no hay duda de quién está detrás del fuego que tuvo en vilo a la Sierra de Guadarrama durante los primeros días de agosto del año pasado. El instituto armado da por esclarecido el caso, tal y como dejó claro a través de una nota de prensa y como confirmaron después a esta redacción fuentes del cuerpo. «Aunque la última palabra la tienen los tribunales, que serán los que determinen la culpabilidad o no de la persona a la que se ha investigado», matizaron esas mismas fuentes.

La operación ‘Madrejita’ se ha prolongado durante casi 11 meses. «Desde los primeros momentos de la investigación se barajó la hipótesis de la intencionalidad del suceso, descartándose causas accidentales o imprudentes», han señalado los responsables de esas diligencias. Durante aquellos días, el director general de Patrimonio Natural y Política Forestal de la Junta de Castilla y León y presidente de la Comisión de Gestión del Parque Nacional, José Ángel Arranz, apuntó que «posiblemente» no fuera provocado por un usuario del Parque Natural o del Parque Nacional. También corrió el rumor de que se buscaba a un ciclista que habría visto a un conductor arrojar artefactos incendiarios. Pero las pesquisas se han llevado con una extrema discreción hasta la detención de J. C. T.
Esta se produjo junto a una finca situada a escasos metros del Pantano del Pontón Alto en la que precisamente trabaja este vecino del Real Sitio, muy conocido en el municipio por el arraigo en él de su familia. Él ha vivido en Valsaín y ahora lo hace en La Granja, donde hablan de un hombre con un carácter como poco difícil. La tarea al cuidado de la mencionada finca y del ganado que tiene su propietario lo ha compatibilizado con otro empleo en una fábrica de pallets de Sanchonuño. Ahora había estado de baja y había acudido al Hospital por problemas de salud que seguro que no ayudará a curar la investigación que pesa sobre él. Aunque quienes le han visto aseguran que se encuentra «tranquilo».

Imagen aérea que tomaron en aquel momento los medios que participaron en la extinción del incendio. - Foto: DS

Así lo subrayó también su abogado, Óscar Casas, que lo arropó durante su comparecencia en el Juzgado, adonde llegó por su propio pie. 24 horas antes era la Guardia Civil quien le conducía ante la jueza, aunque ese día finalmente no prestó declaración. Resueltos los problemas que lo impidieron, el miércoles ya sí que se sometió a las pertinentes preguntas para tratar de esclarecer lo sucedido. «Viene a declarar con la conciencia tranquila y sobre la base de su inocencia», apuntaba su letrado a la entrada al Palacio de Justicia.

Allí permaneció alrededor de una hora, tras la cual pudo marcharse de nuevo a su casa. «Es completamente inocente y el único delito –o error mejor dicho– que cometió fue pasar por allí en un momento inadecuado. Como tantos pasaron ese mismo día», se reforzó su abogado, que subrayó que «no hay pruebas de cargo» y que criticó el trato hacia su cliente de «ciertos medios de comunicación». «Vivimos en sitios pequeños, ya se le ha estigmatizado, ya se le ha condenado previamente y desde nuestro despacho no vamos a consentir eso. No se le puede imputar definitivamente el delito».

Pero la instrucción continúa y J. C. T. está siendo investigado por un supuesto delito de incendio forestal, por el que podría ser condenado a entre tres y seis años de prisión, al haber afectado a un espacio natural protegido como es el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. O incluso a una pena de diez a veinte años si el tribunal  que le juzgue –en caso de que finalmente sea procesado– considera que puso en peligro la vida o la integridad física de personas. La Guardia Civil, que ha destacado que la colaboración ciudadana ha resultado «clave», tiene claro el culpable del incendio de La Granja.