El pasado 6 de julio Javier Guerra Polo recibía la medalla al Mérito Deportivo de la Ciudad de Segovia, en un acto en el que todos los presentes destacaban la importancia del Javi persona, por encima de sus éxitos deportivos nacionales e internacionales. Compromiso, humildad, empatía, esfuerzo, motivación, fueron algunos de los valores que destacaban del mejor maratoniano español del momento, y uno de los mejores de la historia.

Meses antes otro segoviano, Jorge Martín, alumno del Máster de Innovación e Investigación Educativa en Educación Física de Alto Rendimiento en la Universidad Autónoma de Madrid y también atleta, se fijó en Guerra para llevar a cabo un trabajo sobre los valores olímpicos. La Real Academia Olímpica Española ofrecía una beca para asistir al vigesimoquinto Seminario Internacional en Estudios Olímpicos para alumnos de postgrado, en Olimpia, cuna de los Juegos Olímpicos, y Jorge no dudo en participar animado por un profesor universitario.

La pasión de Martín por el atletismo facilitó la investigación al conocer algunos de los valores que este deporte imprime en aquellos que lo practican. La etapa de documentación fue complicada por el fallecimiento de Isaac Sastre, el primer entrenador de Javi Guerra, que gracias al trabajo aeróbico realizado en los inicios ha logrado que el atleta tenga un corazón único. Paco Guerra, Pedro Luis Gómez Moreno, o el actual entrenador Ricardo Serrano ayudaron a este joven investigador para hacer una radiografía con todo tipo de detalles del campeonísimo segoviano. 

«Compromiso, constancia, amor por el atletismo», destacaba Paco Guerra de su primogénito. «Constancia, confianza, y liderazgo», resumía Ricardo Serrano de su pupilo. «Líder social, y comprometido con la sociedad», subrayaba Pedro Luis Gómez Moreno, amigo y preparador del atleta. 

Con el avance de la investigación consiguió descubrir el lado más personal de Javier Guerra, deportista de alto rendimiento, reconvertido en un líder social. «Antes no era tan reconocido en Segovia, pero ahora muestra una gran cercanía, es un líder social», destaca Jorge Martín. En su trabajo subraya que «todas las personas que han sido importantes en su vida le han dejado un rastro». 

La práctica de un deporte hace que «se entienda perfectamente lo que se quiere hacer. Son muchos sacrificios para lograr marcas», afirma Martín que desarrolló este análisis entre febrero y mayo del presente 2018.

Su propuesta fue elegida por el Comité Olímpico Español, bajo el título: ‘Liderazgo social en la vida de Javier Guerra Polo y su relación con los Valores Olímpicos’. Este trabajo fue expuesto el pasado mes de septiembre en Olimpia, en un seminario con jóvenes investigadores de 32 países representantes de las distintas Academias Olímpicas Nacionales, e investigadores especialistas en temas de olimpismo de varias universidades.

Martín tuvo que exponer su trabajo, y además hacer una presentación histórica del deporte en nuestro país. Investigación que quedó recogida en las actas en inglés de la Academia Olímpica Internacional, y también estará a final de año en la publicación ‘Citius, Altius, Fortius, Humanismo, sociedad y deporte: investigaciones y ensayos’ promovida por la Real Academia Olímpica Española.

En su análisis señala que la trayectoria de Javier Guerra Polo se asemeja y mucho a los valores que recoge la carta olímpica, tales como el esfuerzo, el valor educativo del buen ejemplo, la responsabilidad social y el respeto por los principios éticos fundamentales universales. 

También destaca que para Guerra «su bandera es no rendirse», y ese ejemplo de superación se pudo ver después del golpe más duro de la carrera del atleta como fue el no poder competir en la Maratón en los Juegos Olímpicos de Río en 2016, regresando con más fuerza para pulverizar sus marcas personales tanto en Media Maratón como en larga distancia, y disputando a un nivel óptimo cada competición.