Todos los dardos apuntan contra la misma diana

M.R.Y. (SPC)
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Pedro Sánchez se reivindica como única opción contra «las tres derechas» y deja entrever que no pactará con Cs

Todos los dardos apuntan contra la misma diana - Foto: JUAN MEDINA

Fue un nuevo duelo de dos contra uno.  Y de uno contra dos. Pedro Sánchez volvió ayer a convertirse en el epicentro de los ataques de «las derechas» de PP y Cs y el presidente del Gobierno apenas pudo contener las sacudidas que le llegaban desde ambos bandos, aunque, a su juicio, sendas formaciones forman un único bloque en el que también incluyó a la «ultraderecha». 

Como sucediera en el debate a cuatro del pasado lunes, el líder socialista fue el encargado de sacar a la palestra a Vox, el gran ausente de la cita. Y lo hizo para cargar contra Pablo Casado -«cada vez se parecen más», le interpeló- y contra Albert Rivera, del que censuró que ponga «un cordón sanitario al PSOE» y no se lo ponga a la formación de Abascal.

Fue esa premisa la que utilizó para dejar en el aire un posible pacto con Ciudadanos tras las elecciones. «No entra en mis planes pactar con quien nos pone un cordón sanitario», aseveró, aunque no rechazó totalmente esa opción, planteada por Podemos. Eso sí, dejó entrever que serán «las tres derechas» las que se unirán y, por ello, instó a «mirar al futuro» con el «único partido que puede ganar».

Otra vez acusó a Rivera y a Casado de «mentir» y, por ello, aprovechó para dejar «claro que nunca hemos pactado con los independentistas». «Es falso», agregó ante las risas propiciadas por ese comentario entre los líderes de Cs y PP.

En esta ocasión, Sánchez no tendió la mano a Pablo Iglesias, como hiciera en el anterior debate, y centró su discurso en el trabajo conseguido durante sus 10 meses de gestión y los retos que quedan por delante. 

Especialmente «indignado» se mostró frente a Casado al abanderar la defensa de las mujeres y elevó el tono en materia de violencia machista, cuando nuevamente alertó de que la ultraderecha «es peligrosa». También en el asunto de Cataluña, cuando defendió su negociación con la Generalitat e insistió en que «hablaremos con todos dentro de la Constitución».

Un diálogo que se antoja imposible con PP y Ciudadanos, tras comprobar en los dos debates que ha sido una víctima común para ambos.