Malestar en el Camino de la Presa

Nacho Sáez
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Los vecinos de esta vía de San Lorenzo mantienen un pulso por una avería de agua con el Ayuntamiento, que simultáneamente ha eliminado una treintena de plazas de aparcamiento.

Línea amarilla que ha pintado el Ayuntamiento para prohibir aparcar. - Foto: Rosa Blanco

Mejor no decir nada». Jesús Juárez trata de morderse la lengua, pero finalmente no aguanta. «Somos ochenta vecinos y nos han dejado siete plazas de aparcamiento cuando, abajo, caben otras cuatro y, arriba, también se podría aparcar. Por lo menos se sacan quince o veinte plazas si se quisiera, pero se oye que esto puede ser una represalia», explica este vecino de uno de los bloques de la calle Camino de la Presa, donde se ha instalado el malestar con el Ayuntamiento. La alcaldesa, Clara Luquero, tendría difícil cosechar votos en esta vía del barrio de San Lorenzo si se celebrasen elecciones mañana.

Cualquier mención a ella suscita rechazo por parte de quienes viven en estas casas junto al puente de la avenida Vía Roma –a muy pocos metros de la ribera del río Eresma–, después de que se hayan sucedido uno detrás de otro los choques con el Ayuntamiento durante los últimos tres meses. Las desavenencias comenzaron a finales del pasado marzo y principios de abril cuando una avería en la red les dejó sin agua durante unas horas. Al final ese era el menor de sus problemas porque el suministro regresó en poco tiempo pero quedó abierta una zanja que, tres meses después, impide el paso por la acera y ocupa también parte de la carretera.

El Consistorio mantiene un pulso con los propietarios de estas viviendas por ver quién se hace cargo del arreglo definitivo de la tubería rota. Los servicios municipales sostienen que tienen que ser estos en cumplimiento de una reciente sentencia del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo de Segovia. Lo surrealista es que los vecinos se agarran a ese mismo fallo de los tribunales para defender justamente la postura contraria.

Zanja que permanece abierta por una avería.Zanja que permanece abierta por una avería. - Foto: Rosa BlancoRatificada hace sólo unos días por el Tribunal Supremo –que rechazó el recurso de casación interpuesto por el Ayuntamiento–, la sentencia cambia definitivamente el criterio ante este tipo de averías. El Ayuntamiento venía cobrando las que se localizaban en los ramales que unen la red general y las instalaciones interiores de los inmuebles, lo que ahora ha abierto la opción a que las comunidades de propietarios que hayan estado en esa situación reclamen la devolución del dinero abonado, tal y como hizo la de San Lorenzo que ha propiciado el origen de esta nueva jurisprudencia.

El Consistorio, por ahora, se queda con la interpretación de aplicar como criterio la asunción de los costes de reparación de las acometidas que van de la red general a las llaves de paso, pero no del tramo posterior a pesar de que la sentencia no acaba de dejar claro el límite. Por un lado, el juez cita la llave de paso como referencia, pero por otro, al argumentar por qué esa acometida debe costearla el Ayuntamiento, señala que, si se hiciera responsable al particular, se estaría exigiendo la conservación y mantenimiento «a quien no tiene posibilidad de acceder a la misma por estar situada en la vía pública y ser el Ayuntamiento o la empresa que gestiona el servicio los únicos que pueden abrir zanjas, revisar tuberías y enlaces, y cambiar según su criterio las que se encuentren en peor estado». ¿Pero qué pasa entonces con los tramos que discurren por vía pública pese a estar justo después de la llave de paso?

En Camino de la Presa todavía no hay solución y los vecinos han añadido otro motivo de enfado después de que el Consistorio haya prohibido de manera casi total el aparcamiento en esta calle. Apenas unos días después de las elecciones, trabajadores municipales pintaron de amarillo el margen más cercano a las viviendas (en el otro ya lo hicieron tiempo atrás). Una decisión que ha supuesto en la práctica la eliminación de unas treinta plazas para estacionar en esta zona, que cuenta con cerca de un centenar de vecinos.

Bolardos para proteger un acceso de minusválidos. Los vecinos piden su retirada ahora que no se puede aparcar.Bolardos para proteger un acceso de minusválidos. Los vecinos piden su retirada ahora que no se puede aparcar. - Foto: Rosa Blanco«Y aquí quien más y quien menos tiene dos coches», indica Antonio García, un vecino que lamenta la vigilancia a la que se encuentran sometidos, dice, por la Policía Local: «A veces bajan a las diez de la noche». Belén Sacristán, que también vive en estos bloques, critica que «han llegado de la noche a la mañana y han pintado las líneas amarillas sin darnos ninguna alternativa». Ella tiene tres coches y no pierde ojo cuando se queda libre alguna de las siete plazas que el Ayuntamiento ha respetado en la parte más cercana al río. «Lo que no entiendo es por qué siguen aquí estos», señala refiriéndose a unos bolardos que fueron colocados para que los vehículos respetasen un acceso de minusválidos. «Si ya no se puede aparcar que los quiten porque lo único que puede pasar es que nos los llevemos por delante con el coche», remacha.

¿Suprimir las plazas de aparcamiento ha sido una represalia por el pulso que los vecinos mantienen con el Ayuntamiento por la avería de agua? «No sé pero pudiera ser», afirma García. Sin embargo, el intendente jefe de la Policía Local, Julio Rodríguez Fuentetaja, asegura que no. «También me ha llegado ese rumor, pero no es cierto. Ni siquiera sé lo que ha pasado con la avería de agua», esgrime. Las razones de los agentes municipales para adoptar esta medida responden a cuestiones de seguridad después de que los Bomberos no pudieran cruzar esta calle Camino de la Presa – por culpa de los coches que estaban estacionados– para sofocar un fuego hace pocas semanas.

«El informe que redactó la patrulla que estuvo allí subrayaba que la situación era insostenible y que en caso de siniestro las consecuencias podían ser muy graves», desvela Rodríguez Fuentetaja, que elevó la cuestión a la Concejalía de Tráfico apoyado en ese informe. «Como la calle sólo daba paso a un garaje hacíamos un poco la vista gorda, pero con este nuevo análisis estábamos obligados a tomar medidas. Es más importante la seguridad de los vecinos que su comodidad y por allí no entraba ni una ambulancia o una UVI móvil», concluye.

Únicas plazas de aparcamiento que se han mantenido.
Únicas plazas de aparcamiento que se han mantenido. - Foto: Rosa Blanco
Elena Vázquez, que no reside aquí pero pasa habitualmente, extiende el dedo índice hacia la línea de la acera junto a las casas, ahora pintada de amarillo. «Hasta la señal o un poco más abajo aparcaban los coches. Para la gente que tiene dos vehículos es una faena, pero es verdad que el otro día no pudieron pasar los Bomberos cuando hubo un incendio. Quizás lo peor es que no han dado alternativa», se despide antes de montarse de nuevo en su coche, el cual había dejado parado junto a la línea amarilla con las luces de emergencia encendidas. Por si acaso la multa.