Sepúlveda en miniatura

Cristina Sancho
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Carlos Sanza lleva tres años realizando recreaciones a escala de los principalesmonumentos de la villa, que ahora se exponen en la Casa del Parque

Carlos Sanza trabajando en su nuevo reto: el Alcázar de Segovia. - Foto: C.S.

Si Sepúlveda es por sí mismo uno de los pueblos más bonitos de España y no sólo porque pertenezca a la asociación del mismo nombre, ahora los visitantes que acudan a esta localidad segoviana la van a poder conocer también en miniatura. La Casa del Parque de las Hoces del Río Duratón, que se ubica en la localidad de las siete puertas, acoge una exposición de los principales monumentos de Sepúlveda a escala. 

Muchos vecinos ya conocen el trabajo minucioso de Carlos Sanza ya que desde hace año colabora en el belén que cada Navidad la parroquia organiza en la iglesia de San Bartolomé. Se trata de un nacimiento en el que empezó a colaborar hace unos tres años. Entonces decidió realizar la recreación de la iglesia de la Virgen de la Peña y desde entonces no ha parado de construir los monumentos sepulvedanos a escala 1:75. «La idea comenzó cuando me jubilé. Tenía que hacer algo con mi tiempo libre y me ofrecí a colaborar en el belén. Como todo salió bien he continuado haciendo otras recreaciones», explica Sanza.

En estos tres años de trabajo y de entretenimiento ha construido la iglesia de El Salvador, la Plaza de España con el castillo y el edificio del Reloj, el arco del Ecce Homo, la puerta del río, el lavadero y la iglesia de San Bartolomé. Todos los trabajos los realiza en madera de ocume. Él compra los tableros y después los corta adaptándolos a las medidas que necesita, los pinta y los trabaja según considera necesario para adaptarlo al máximo a la realidad. En los inicios realizaba incluso las tejas con arcilla, después decidió comprarlas y hace un tiempo volvió de nuevo a la fabricación de las mismas debido a su alto precio. Las realiza en cartón y después las pinta. Para no perder ningún detalle y que el resultado sea lo más real posible se basa en los planos que le realiza un amigo de cada monumento y en fotografías de los mismos.

Todos estos monumentos y rincones singulares de Sepúlveda forman parte del nacimiento que la parroquia realiza cada Navidad, donde se recrea un belén en la propia localidad incluso representando los cortados de las Hoces. Ahora, además de ver el trabajo de Sanza cada Navidad, podrán disfrutar de su arte y su paciencia durante los meses de junio y julio en la Casa del Parque. La idea de organizar allí una exposición nació tras una conversación con el responsable del edificio, que es aficionado a la pintura. Había oído hablar de las maquetas de Sanza y no dudó en visitarle un día en el taller para comprobar el magnífico trabajo que realiza. Tras este encuentro le propuso realizar la exposición para que tanto vecinos como visitantes puedan contemplar sus obras durante más tiempo. 

No obstante, Sanza siempre tiene abiertas las puertas de su taller para aquellos que quieran acercarse a conocer su trabajo. Todos los días dedica entre tres y cuatro horas por las mañanas a este entretenimiento. Como toda afición, además de ser bonita, también es un gasto que asume de forma positiva porque además de entretener su tiempo contribuye a hacer más bonito el belén. «Todos los años vamos ampliando uno o dos monumentos en función de lo que me da tiempo a hacer», comenta. 

En estos momentos se encuentra inmerso en un reto que no tiene que ver con Sepúlveda, ya que está recreando el Alcázar de Segovia. «Es un trabajo muy complicado que me pidió un amigo», apunta. Y aunque reconoce que está siendo muy difícil, no dudó en asumir el reto. Entre sus próximos trabajos para el nacimiento sepulvedano se encuentran la realización del conocido como ‘arco de la villa’. Se trata de un arco que fue derruido entre 1950 y 1952 y que Sanza quiere reconstruir para que quede en la memoria de los vecinos. 

Gracias a su trabajo durante los dos próximos meses los sepulvedanos van a poder conocer la villa desde otro punto de vista y compararlo ‘in situ’ paseando por sus calles. No obstante, visitar el belén cada Navidad es ya para los vecinos otra cita obligada con el objetivo de admirar la dedicación de un vecino a su pueblo.